Haikú

Amanece nublado

un cielo gris brilla

el olor del amor.

Quizá

Quizá...

Me mira atenta y vaga a la vez.
Contempla mi figura haciendo cosas, olvidando que yo siento las miradas. Y aún más la suya.

Quizá está grabandome en su mente, como si me fuera a decir adiós y quisiera recordarme lo más nítido posible.

Quizá sea una mirada arrepentida incapaz de expresar su fallo. O quizá me mira intentando envalentonarse a sí misma para decirme algo.

Quizá no se da cuenta, que al esconderme algo, tengo que llenar ese algo ...con otro algo. Y que ese algo no puede ser cualquier algo.

Quizá un fantasma del pasado.
Quizá un revés incomentable.
Quizá una causa más mundana.
Quizá una trampa deleznable.

O una tristeza arraigada.
Quizá una piedra en el alma.

O quizá ....
quizá ya no tengo ni  idea de cuál sea el quizá.

De aquí al tiempo

Dos mil veinte. Lo escribo con letras y cobra mas fuerza. Se impregna de algo, que no se cómo llamar.

Lo cierto es que soy yo quien le impregna ese algo. El tiempo en números es sólo una referencia, pero el tiempo con letras está vivo. Casi diría que respira. A esta década que cierra, a estos diez años que terminan pronto, seguramente los recordaré con sorpresa y fascinación cuando sea aún mayor, como la amalgama de mi juventud y mi madurez, como los tiempos de la gran revolución, como el turbulento agujero de gusano, pasadizo contraído y largo entre el espacio-tiempo que me condujo a otro universo permitiéndome llevarme mi historia y mis recuerdos.

Y por supuesto un vínculo. Un vínculo inquebrantable que camina de mi mano por la costa de la playa de esta vida. El sol y la luna alumbrando alternadamente nuestras pisadas en la arena. Y por momentos, por breves momentos en extremos opuestos de este viaje de la Tierra, ambos en el cielo del crepúsculo y del amanecer.

La gran pregunta, para que eso suceda... al fin. 2019, a punto de morir.

Xilografía de un amor.

Una pintura de Hiroshige
se dibuja en mi alma
Es la vida
y este amor,
que aun sigue.

Es la calma
de un espíritu invernal
que te persigue.

Kanji

Finalmente lo logré,
abrí su blanco pecho
cual papel arroz
y escribí un kanji en su corazón
que jamás podrá olvidar.

53 seconds later...

Damn!

I can't stop it.

I love her so much

Better I go to sleep before I got crazy

Furia(?)

Repentina furia
disfrazada de indiferencia.
¿Qué será?
¿Qué culpa ignota
golpea en la cabeza?

Ya descansa...

Palabra inmune
y el feo sabor de la impotencia.