lunes, junio 15, 2020

Un antiguo espíritu...

Alguien a quien le tengo mucho cariño una vez me describió, en medio de un ejercicio literario como 'un alma vieja', un 'espíritu antiguo', '...que ha andado incontables pasos sobre esta tierra...', y que ha aprendido mucho de ella.

Mas allá de que se refería al personaje que me representaba dentro de aquella historia que creamos juntos, sé que volcaba sus percepciones sobre mí en aquella recóndita pero profunda descripción. Que alcanzaba a ver, mas allá de mi cuerpo y mi humanidad, el ya dilatado camino de mis pies sobre esta tierra, las lecciones aprendidas, las virtudes cosechadas, las tragedias asimiladas, el conocimiento atesorado, los errrores cometidos...el espíritu añejado de quien ha visto y vivido 'un poco más'.

Y es que... volteo la mirada hacia atrás justo a mitad del puente y ya a veces me cuesta reconocer los detalles en la orilla. La xilografía de Hiroshige, Chubasco repentino en el puente Ohashi en Atake, captura este momento de mi vida con todo su impresionismo. Esa hermosa y salvaje noche, esa inclemente  lluvia omnipresente y renovadora, ese fuerte y frágil puente ancho de madera sosteniéndose sobre el agua que lo cubre casi todo, que lo gobierna todo, ese barquero en la lejanía arreglándoselas por su cuenta propia, ¡esa jungla eterna y amorfa de fondo siempre testigo de nuestras vidas!, ... y esos murmullos caligráficos a los costados arriba y abajo que nos recuerdan que somos ideas, que somos lenguaje, que somos mente,  unas almas viejas... unos espíritus antiguos...