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Oh! Mi Hiroshima, me niego a abandonarte. Y a pesar de que ya no queda nada de tu geografía original, sigo reconociendome en ti.
Claro esta que ahora otras estrellas, a casa hermosas como tu, miles mas poblan mi cielo.
No es que me sienta mal en estas tierras, un poco extraño tal vez. Pero por donde quiero yo ando, con la consciencia de esta existencia, y mis tintas derramadas sobre las hojas ya entintadas.
Vientos de los nuevos bríos, que se expanden por el universo. mi locura, mi razón, mi ciencia y mi arte. ¡¿Qué sería de mí sin sus pasiones?!
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