El domingo pasado Coken y yo fuimos al Aki Matsuri, festival de otoño japonés que los orientales celebran cada año el segundo domingo de octubre. Se realizó cerca del Metro Barranca del Muerto, allá pro la colonia Las Aguilas.
El evento esta auspiciado en las instalaciones del restaurante japonés Kaikan, y al lugar asisten centenares de japoneses residentes en México. Cabe hacer mención que hace unas décadas, tras el fin de la segunda guerra mundial y la situación de crisis que ella dejó en la isla, hubo una fuerte migración de japoneses al extranjero, y entre esos inmigrantes muchos eligieron nuestro país para buscar un mejor futuro. Por ello, no es raro encontrar mucha gente de rasgos latino-asiáticos, asiáticos que hablan muy bien el español, o latinos que hablan bien el japonés. Una mezcolasa (válganme la palabra) de nombres y apellidos japoneses y "mexicanos".
El costo del boleto es de $10.00 y junto con un pequeño folleto al comprarlo te obsequian un Yakult. Entrando por el estacionamiento y a mano derecha, se instala una carpa gigante que cubre una extensión de césped pulcramente cuidado, y es alli donde se colocan las sillas y mesas en donde se sientan a deleitar la comida que los puestecitos de comida oriental venden con afanoso escándalo alrededor de la carpa. Prácticamente, podríamos llamarlo una especie de quermés. Compras "dinero de papel" en una mesita situada al centro llamada el "Banco Kaikan" y con ella compras en el interior. También hay estantes de escuelas de japonés o de artes japonés, como origami, Kyudo (el camino del arco), Caligrafía Shodo, etc. Además hay puestos que venden distintos tipo de artículos japoneses como kimonos, dulces, abanicos hechos de bambú, cerámica japonesa (tazas, vajillas, etc), cajas decoradas para regalo, ropa, libros viejos, revistas y hasta mesitas. Al frente de las meses, en una parte alta que el mismo desnivel crea, se llevó a cabo una ceremonia de premiación para alumnos del Liceo Japonés Mexicano, por su aprovechamiento escolar. A su vez, se hicieron menciones honoríficas de ancianos japoneses que cumplían años o que llevaban ya muchos años viviendo en México y se pronunció un pequeño discurso en favor de las relaciones México-Japón. En Japón, el otoño está íntimamente ligado a sentimientos de profundo respeto hacia la muerte y la senilidad. Por eso, gran cantidad de gente de edad se dio cita en este sucinto y se le trataba con especial atención. Sin embargo, mucha gente joven inyectaba vida y alegría al lugar.
A pesar de que uno puede perfectamente abandonar el lugar en menos de 2 horas sin haberse perdido de mucho y completamente satisfecho, queda una sensación de tranquilidad al hacerlo y conocer esta festividad de una cultura totalmente opuesta, extraña, desconocida y a veces inentendible, pero viva. Irse a divertir a algún lugar después de salir del Aki Matsuri, puede ser mas que un buen complemento para lo que resta del día.
jueves, octubre 20, 2005
lunes, octubre 17, 2005
La Raza Excelsa de Lovecraft
Shadow Out Time
(La sombra mas allá del tiempo)
Howard Phillips Lovecraft nació en el verano de 1890 en Rhode Island, Estados Unidos. Hijo único de un padre que falleció a causa de alucinaciones que derivó en paresis general a temprana edad y una madre con severos problemas sicológicos, Lovecraft creció entre libros bajo una educación opresiva de parte de su madre en medio de un estado enfermizo y depresivo. Su literatura es un reflejo de sus traumas y una mezcla resultante de su introversión y la influencia de los autores de ciencia ficción de quienes gustaba como Poe, Bierce y Dunsany. Su estilo final es mágico, asombroso y frenético. Exquisitamente aterrador.
Lovecraft, en Shadow out time (la sombra mas allá del tiempo), hace alusión a la existencia de una Raza Excelsa o raza superior, de entre una serie de civilizaciones que han habitado la Tierra desde tiempos inmemoriables, mas allá aun de la era Paleozoica.
Estos seres (izquierda) de forma cónica y cuerpos descomunales, tienen la capacidad de proyectar su espíritu a través del tiempo y apoderarse del cuerpo de seres de otras épocas, aprisionando su mente en algún lugar de sus subconscientes con el fin de utilizarlos en la recopilación de información y de sustraer conocimientos valiosos. Su narrativa raya en lo patético y la misantropía que lo caracterizaron a el mismo. La angustia, desesperación y el misterio estan implícitos en sus lineas.
Lovecraft murió en la primavera de 1937, a muy temprana edad. Entre otras de sus obras están Dagón, el Horror de Dunwich, Los que vigilan y los relatos cortos incluídos en los Mitos de Chtulhu.
(La sombra mas allá del tiempo)
Howard Phillips Lovecraft nació en el verano de 1890 en Rhode Island, Estados Unidos. Hijo único de un padre que falleció a causa de alucinaciones que derivó en paresis general a temprana edad y una madre con severos problemas sicológicos, Lovecraft creció entre libros bajo una educación opresiva de parte de su madre en medio de un estado enfermizo y depresivo. Su literatura es un reflejo de sus traumas y una mezcla resultante de su introversión y la influencia de los autores de ciencia ficción de quienes gustaba como Poe, Bierce y Dunsany. Su estilo final es mágico, asombroso y frenético. Exquisitamente aterrador.
Lovecraft, en Shadow out time (la sombra mas allá del tiempo), hace alusión a la existencia de una Raza Excelsa o raza superior, de entre una serie de civilizaciones que han habitado la Tierra desde tiempos inmemoriables, mas allá aun de la era Paleozoica.
Estos seres (izquierda) de forma cónica y cuerpos descomunales, tienen la capacidad de proyectar su espíritu a través del tiempo y apoderarse del cuerpo de seres de otras épocas, aprisionando su mente en algún lugar de sus subconscientes con el fin de utilizarlos en la recopilación de información y de sustraer conocimientos valiosos. Su narrativa raya en lo patético y la misantropía que lo caracterizaron a el mismo. La angustia, desesperación y el misterio estan implícitos en sus lineas.
Lovecraft murió en la primavera de 1937, a muy temprana edad. Entre otras de sus obras están Dagón, el Horror de Dunwich, Los que vigilan y los relatos cortos incluídos en los Mitos de Chtulhu.
martes, octubre 11, 2005
Soñando con algo horrible
(Una agradable pesadilla)
Primero el tsunami, luego Katrina, ahora Chiapas, y , esta mañana, Pakistán. ¿Qué ocurrirá mañana?. Yendo directo al grano confesaré que algo me hace suponer que esta serie de catástrofes alrededor del globo no son sólo parte de los desastres naturales “normales” que mamá Tierra manifiesta todos los días. La serie de calamidades predichas para “quién sabe cuando”, bien podría encajar con la actual. Entre tantas escenas mas que conmovedoras, impresionantes, mi subconsciente se ha visto afectado y se ha revelado a través del sueño.
No recuerdo bien que era lo que ocurría, quizá un poco de todo. Un edificio cayéndose en esta parte de la ciudad que terminaba aplastando a decenas de personas. Una explosión de combustible a unos cien metros, un desbalague de tierra a unos pasos de mi que casi me traga, mas por allá el agua invadiendo estas zanjas con lodo y cosas, a lo lejos un volcán haciendo erupción, el aire invadido de una niebla densa y oscura. Y sin embargo, una sensación de alivio me embargaba durante el cataclismo. Era como si supiera que al final de todo yo estaría a salvo y las personas mas queridas también. Es extraño, porque no todas las personas que conoces son las mas queridas, y, no obstante, no te gustaría que muriera nadie.
El sentimiento experimentado durante el sueño es el resultado de un presente violento y duradero que ha orillado a nuestras mentes a desear, muy ocultamente y escudada en la negación, el hecho de una purgación de nuestro planeta. No es que se le desee el mal a nadie, pero esta idea choca de lleno con nuestra moral y nos resistimos a admitirlo fingiendo una sincera preocupación por la situación y por el contexto. Otra idea, todavía mas inadmisible pero cierta para nuestra conciencia, es la de la recuperación de la capacidad de asombro, de la experiencia de algo trascendental y definitivo, o coloquialmente dicho, la emoción de vivir y presenciar el fin de toda esa suciedad que el ser humano ha creado y que ya no podemos limpiar por nosotros mismos sin ayuda de la naturaleza. El inicio de un nuevo comienzo.
Naturalmente, de presentarse este de verdad, las sensaciones perdidas de miedo y de percepción de lo horrible y lo trágico revivirían ante el hecho de lo real, destruyendo fácilmente nuestro fútil deseo de purgación, y nos las veríamos mal. De eso no hay duda. Lo cierto, es que algo esta sucediendo en los últimos meses que nos hace presentir que algo verdaderamente importante en la historia de la humanidad esta por venir. Podría ser mañana , podría ser dentro de una semana, dentro de un mes, dentro de un año o dentro de algunos mas, pero la sensación de que nos va a tocar vivirlo, se hace mas fuerte en muchos de nosotros. En ese caso, no estaría mal empezar a prepararnos para lo que sea.
Primero el tsunami, luego Katrina, ahora Chiapas, y , esta mañana, Pakistán. ¿Qué ocurrirá mañana?. Yendo directo al grano confesaré que algo me hace suponer que esta serie de catástrofes alrededor del globo no son sólo parte de los desastres naturales “normales” que mamá Tierra manifiesta todos los días. La serie de calamidades predichas para “quién sabe cuando”, bien podría encajar con la actual. Entre tantas escenas mas que conmovedoras, impresionantes, mi subconsciente se ha visto afectado y se ha revelado a través del sueño.
No recuerdo bien que era lo que ocurría, quizá un poco de todo. Un edificio cayéndose en esta parte de la ciudad que terminaba aplastando a decenas de personas. Una explosión de combustible a unos cien metros, un desbalague de tierra a unos pasos de mi que casi me traga, mas por allá el agua invadiendo estas zanjas con lodo y cosas, a lo lejos un volcán haciendo erupción, el aire invadido de una niebla densa y oscura. Y sin embargo, una sensación de alivio me embargaba durante el cataclismo. Era como si supiera que al final de todo yo estaría a salvo y las personas mas queridas también. Es extraño, porque no todas las personas que conoces son las mas queridas, y, no obstante, no te gustaría que muriera nadie.
El sentimiento experimentado durante el sueño es el resultado de un presente violento y duradero que ha orillado a nuestras mentes a desear, muy ocultamente y escudada en la negación, el hecho de una purgación de nuestro planeta. No es que se le desee el mal a nadie, pero esta idea choca de lleno con nuestra moral y nos resistimos a admitirlo fingiendo una sincera preocupación por la situación y por el contexto. Otra idea, todavía mas inadmisible pero cierta para nuestra conciencia, es la de la recuperación de la capacidad de asombro, de la experiencia de algo trascendental y definitivo, o coloquialmente dicho, la emoción de vivir y presenciar el fin de toda esa suciedad que el ser humano ha creado y que ya no podemos limpiar por nosotros mismos sin ayuda de la naturaleza. El inicio de un nuevo comienzo.
Naturalmente, de presentarse este de verdad, las sensaciones perdidas de miedo y de percepción de lo horrible y lo trágico revivirían ante el hecho de lo real, destruyendo fácilmente nuestro fútil deseo de purgación, y nos las veríamos mal. De eso no hay duda. Lo cierto, es que algo esta sucediendo en los últimos meses que nos hace presentir que algo verdaderamente importante en la historia de la humanidad esta por venir. Podría ser mañana , podría ser dentro de una semana, dentro de un mes, dentro de un año o dentro de algunos mas, pero la sensación de que nos va a tocar vivirlo, se hace mas fuerte en muchos de nosotros. En ese caso, no estaría mal empezar a prepararnos para lo que sea.
jueves, octubre 06, 2005
Kyuu!
No cabe duda de que hemos desfasado mucho el calendario climático.
Vuelven las lluvias, cuando quizá ya no debieran venir. Pero a mi me gustan.
Junto con octubre. Octubre...
Siempre me gustó mucho ese mes. Tal vez porque los octubres siempre me han traído cosas buenas, y sobre todo mucha felicidad. Incluso en los años del oscurantismo de mi vida, estuvieron llenos de bonanzas. Ignoro que me depare este en especial o si la racha continuará, pero el simple hecho de que comience, me entusiasma.
De entrada ya me devovlvió mis clases en ACIA, a las que había tenido que renunciar temporalmente. Estudiar lunes y miércoles sinceramente es mejor que solo los sábados y con el maldito tráfico. La tarde es mas bella que la mañana y se concentra uno mejor. Al menos yo.
He encontrado peculiar alegría en encontrar de nuevo a mis compañeros, y en especial, a Vanesa. Aunque serán pocas las clases a las que pueda asistir, ver a Vannesa me ha inyectado un poco de vida. El lunes llegó temprano porque salieron antes en sutrabajo y nos alcanzó en el salón. El curso que se ha abierto es el Jon Kyuu JLPT4 para Nihongo Noryoku Shiken, y esto es muy bueno, porque es intensivo y el ritmo es mucho mayor que el del modulo normal. Esto me alegra porque de entrada ya comenzamos a ver las formas planas que tanto había querido entender desde que comencé mi auto-estudio. Los pizarrones los anotamos en fichas de trabajo y pronto comenzaremos con la parte auditiva. Todo esto me gusta mucho.
A la par me pongo en forma.
Las cosas en casa de mi tío están muy armoniosas. Mi primo ha vuielto a trabajar y Obed está saliendo muy bien en la escuela. Además la convivencia es mejor. Creo que pronto todo esto formará nuevas páginas en la memoria del corazón. Comienzo a extrañarde nuevo ciertas cosas de Valles, es el recuerdo implícito en los charcos de agua, en las nubes grises, en el aire frío. Solo que esta vez, ya veo mas próximo el día en que me reuna con los míos. A principios del mes que viene, probablemente. También se acerca la TNT, Vero quiere ir y yo tengo que pensar en apartar dinero para gastar en grande, y necesito ya escribir cosas buenas e interesantes para el blog, antes de que se convierta en un simple diario. Tengo dos que tres ideas ya bien aterrizadas. Espero publicarlas para el fin de semana. Debe ser una prioridad.
Creo que por el momento es todo. Vaya!me acaban de informar que el Yasser ya tiene novia.
¡¡¡Esto lo tiene que saber el pollo!!!
sábado, octubre 01, 2005
Un poco de todo
¡Qué débiles son nuestras voluntades!.
¡Cuán volátiles nuestros proyectos!
Tras haber transcurrido prácticamente todo el mes de septiembre sin hacer bitácora, con mucha renuencia me siento a rescatar lo que queda de septiembre.
La vida en tales días debe asemejarse mucho a ese coctel de frutas que por las mañanas desayuno en el mercado de cuando en cuando. Unos trozitos de melón por aquí, alguna rebanada de tuna por allá, sandía, mango, una rodaja de plátano... Hay de todo, en la viña del Señor.
El post anterior podría hacer pensar que mi abandono se debió a un fracaso en mis cursos. Por el contrario. La situación se ha restablecido y, aun cuando mi camino hacia GEE dista aun en el calendario, ya es casi la tercera parte del camino la que he recorrido. Una nueva gerencia se presenta hoy en tienda. Contra la absorción de tiempo que han representado las últimas cuatro semanas del trimestre se ha dejado sentir una ola de relajación y serenidad.
Solamente pequeñas dudas nublan el final de mes. Dudas livianas, que ya no cargho con tanto ahínco, como lo hacía antes. Poniéndome a pensar, creo que me he alejado un poco de mis mejores amigos desde que llegué aquí. Amilkar, Yasser. Seguro ya están bien adentrados en el cuatrimestre y yo ni siquiera les he telefoneado. Me han llamado un par de veces, y emocionado de escucharles me acuesto a dormir asegurándoles vernos pronto, y olvidando todo por completo apenas sale el sol. Es cierto que dispongo de poco tiempo, pero ayer he visto a alguien en el trabajo leer Momo, y un auto-regaño se ha formado en mi conciencia. Es necesario rescatar esa moraleja tan valiosa que creí haber ganado para siempre. Si uno no lo hace así, la vida se le fluye a la coladera y cuando menos lo espera el suelo se ha secado.
Ayer venía de comer con Edith, y al doblar la vuelta por la esquina vi a Yoselín. Venía un poco adormilado por el exceso de comida y el efecto somnoliento que cae sobre uno cuando ha terminado de ingerir la ración fuerte del día. Por momentos pensaba en nada, por momentos en el tiempo que aun me quedaba, por momentos recordaba la voz de Ruth a través del auricular. Fue entonces cuando oí su voz pronunciar las palabras: “Hola, vago!”. Tardé en reaccionar que era ella, a pesar de que siempre la reconozco aun desde la esquina contraria de la calle. Pero cuando al fin lo hice, el ensimismamiento que llevaba se esfumo como polvo en el aire. Francamente me sorprendió. Intercambié unas palabras triviales con ella y los saludos de siempre. Tenía una blusa blanca sin mangas y una falda verde soldado de tablones. No es de extrañarse que vista así pero ayer bajo el imperioso sol y mis adormecidos sentidos su imagen contrastó con fuerza. Ayer Yoselín me pareció una de esas chicas que vuelven loco a cualquiera únicamente por su figura. Y, me cayó mas de extraño a mi, porque, siendo yo alguien que sufre de encontrar verdadera revolución interna a causa de eso, y busca esta revolución mas en el aspecto intelectual / espiritual de la persona en cuestión, me quedé pasmado (podría decir hasta espantado), de la manera en que reaccionaron las emociones (o debiera decir sensaciones) en mi cuerpo. Tal ves siempre he creído que ella es muy chica de edad, o que simplemente sus intereses y los míos jamás congeniarían debido a ello, pero ayer, por un momento todo eso me importó un reverendo bledo. Pensé que era maravilloso que de pronto todavía existiera algo que me desarmara completamente y que pudiera topármelo en la calle, en la vida común y corriente, aunque fuera muy esporádicamente. Seguí de largo y llegué a casa.
Pamela debe estar enojada conmigo una vez mas porque no le he marcado. Lucero también, mas bien diría que decepcionada. Parezco ser un desastre por donde quiera que me paro ( a excepción de en el trabajo), pero francamente me siento muy bien. En el último de los casos, todo ello ha pasado en la última semana, pero la anterior fue excepcional. Hasta he abandonado un poco mi ritmo de lectura debido a ello. Ya prácticamente el jueves debo ir a devolver los libros y tengo varios de ellos a medio leer: Yo, el gato; Popol Vuh. La sombra mas allá del tiempo, la visión de los vencidos, Renshuu, etc. Creo que debo aplicarme un poco más.
No he escuchado a mi familia desde hace quince días.
Entre tantas cosas, uno sigue caminando, viviendo esto, viviendo aquello, deseando ciertas cosas, olvidando algo y volviendo a desear otras tantas. Este es el lado bonito quizá de la vida. Un interminable viaje a través del espacio (no del tiempo), y las insondables profundidades del corazón del ser y su propia mente.
¡Cuán volátiles nuestros proyectos!
Tras haber transcurrido prácticamente todo el mes de septiembre sin hacer bitácora, con mucha renuencia me siento a rescatar lo que queda de septiembre.
La vida en tales días debe asemejarse mucho a ese coctel de frutas que por las mañanas desayuno en el mercado de cuando en cuando. Unos trozitos de melón por aquí, alguna rebanada de tuna por allá, sandía, mango, una rodaja de plátano... Hay de todo, en la viña del Señor.
El post anterior podría hacer pensar que mi abandono se debió a un fracaso en mis cursos. Por el contrario. La situación se ha restablecido y, aun cuando mi camino hacia GEE dista aun en el calendario, ya es casi la tercera parte del camino la que he recorrido. Una nueva gerencia se presenta hoy en tienda. Contra la absorción de tiempo que han representado las últimas cuatro semanas del trimestre se ha dejado sentir una ola de relajación y serenidad.
Solamente pequeñas dudas nublan el final de mes. Dudas livianas, que ya no cargho con tanto ahínco, como lo hacía antes. Poniéndome a pensar, creo que me he alejado un poco de mis mejores amigos desde que llegué aquí. Amilkar, Yasser. Seguro ya están bien adentrados en el cuatrimestre y yo ni siquiera les he telefoneado. Me han llamado un par de veces, y emocionado de escucharles me acuesto a dormir asegurándoles vernos pronto, y olvidando todo por completo apenas sale el sol. Es cierto que dispongo de poco tiempo, pero ayer he visto a alguien en el trabajo leer Momo, y un auto-regaño se ha formado en mi conciencia. Es necesario rescatar esa moraleja tan valiosa que creí haber ganado para siempre. Si uno no lo hace así, la vida se le fluye a la coladera y cuando menos lo espera el suelo se ha secado.
Ayer venía de comer con Edith, y al doblar la vuelta por la esquina vi a Yoselín. Venía un poco adormilado por el exceso de comida y el efecto somnoliento que cae sobre uno cuando ha terminado de ingerir la ración fuerte del día. Por momentos pensaba en nada, por momentos en el tiempo que aun me quedaba, por momentos recordaba la voz de Ruth a través del auricular. Fue entonces cuando oí su voz pronunciar las palabras: “Hola, vago!”. Tardé en reaccionar que era ella, a pesar de que siempre la reconozco aun desde la esquina contraria de la calle. Pero cuando al fin lo hice, el ensimismamiento que llevaba se esfumo como polvo en el aire. Francamente me sorprendió. Intercambié unas palabras triviales con ella y los saludos de siempre. Tenía una blusa blanca sin mangas y una falda verde soldado de tablones. No es de extrañarse que vista así pero ayer bajo el imperioso sol y mis adormecidos sentidos su imagen contrastó con fuerza. Ayer Yoselín me pareció una de esas chicas que vuelven loco a cualquiera únicamente por su figura. Y, me cayó mas de extraño a mi, porque, siendo yo alguien que sufre de encontrar verdadera revolución interna a causa de eso, y busca esta revolución mas en el aspecto intelectual / espiritual de la persona en cuestión, me quedé pasmado (podría decir hasta espantado), de la manera en que reaccionaron las emociones (o debiera decir sensaciones) en mi cuerpo. Tal ves siempre he creído que ella es muy chica de edad, o que simplemente sus intereses y los míos jamás congeniarían debido a ello, pero ayer, por un momento todo eso me importó un reverendo bledo. Pensé que era maravilloso que de pronto todavía existiera algo que me desarmara completamente y que pudiera topármelo en la calle, en la vida común y corriente, aunque fuera muy esporádicamente. Seguí de largo y llegué a casa.
Pamela debe estar enojada conmigo una vez mas porque no le he marcado. Lucero también, mas bien diría que decepcionada. Parezco ser un desastre por donde quiera que me paro ( a excepción de en el trabajo), pero francamente me siento muy bien. En el último de los casos, todo ello ha pasado en la última semana, pero la anterior fue excepcional. Hasta he abandonado un poco mi ritmo de lectura debido a ello. Ya prácticamente el jueves debo ir a devolver los libros y tengo varios de ellos a medio leer: Yo, el gato; Popol Vuh. La sombra mas allá del tiempo, la visión de los vencidos, Renshuu, etc. Creo que debo aplicarme un poco más.
No he escuchado a mi familia desde hace quince días.
Entre tantas cosas, uno sigue caminando, viviendo esto, viviendo aquello, deseando ciertas cosas, olvidando algo y volviendo a desear otras tantas. Este es el lado bonito quizá de la vida. Un interminable viaje a través del espacio (no del tiempo), y las insondables profundidades del corazón del ser y su propia mente.
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