Como la senda hacia Oku
como el haikú de Bashoo.
Así ronda la noche
las riveras de mi alma.
Tres muchachas hoy de mi se han burlado. Yo contesto, dichoso, que es lo mejor que hoy me ha pasado. Fuimos yo y mi yo mas pequeñito, a los fuegos artificiales. Viñetas vivientes gigantes!. Polvos fuertes en el viento se dispersan, grita la gente desde sus petates.
como el haikú de Bashoo.
Así ronda la noche
las riveras de mi alma.
Tres muchachas hoy de mi se han burlado. Yo contesto, dichoso, que es lo mejor que hoy me ha pasado. Fuimos yo y mi yo mas pequeñito, a los fuegos artificiales. Viñetas vivientes gigantes!. Polvos fuertes en el viento se dispersan, grita la gente desde sus petates.
Un vagabundo sin hogar no se diferenció mucho al pasar junto. Compañero!. como quisiera hoy dormir a tu lado en el rasposo concreto.
Ya luego la senda continúa. Vi pasar una lechuza. Los tobillos me dolían, desgastados los talones se humedecían al compas de la nocturna travesía, entonces dije:
Llora un ángel,
que fríos sus lagrimones,
charcos sobre la ciudad.
Y a través de esta senda como las tierras de Oku, como el haikú de Bashoo, camine andariego, pálidamente distinguible bajo los coníferos, y las estrellas titilaron a la par de los grillos, y las nubes se posaron en mis sueños de melancolía durante largo rato.
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