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Ya que he vuelto a bitácora, me gustaría abrir una válvula de escape que permita liberar un poco de presión para que un poco de vapor salga, mas que por necesidad, por imposibilidad de cualquier otra cosa.
Hay una llama que arde dentro de mi que llevo oculta.
No, no es la llama del camino que elegí
ni la llama del conocimiento,
ni la llama de la vida,
ni la llama del espíritu, que ciertamente también me acompañan,
en menor o mayor medida.
Es una llama mucho mas terrenal. Tanto, que de saberse a ciencia cierta no faltaría quién lanzara contra mi un injurio, un reproche o un sarcasmo.
¡Pero qué llama es!.
Me enardece tanto su flama, que me ruborizo y me niego a revelarla. Y es que, sin quererlo en el pasado, torpemente le eche agua encima, y creí haberla apagado para siempre. Pero una (¿estúpida?) braza quedó bajo las cenizas, y ahora que ha soplado el viento me doy cuenta que conserva un pequeño rojo vivo, caliente, y ardiente, que me quema la piel.
Se trata para variar de una mujer -si que lo es en mi, no es sarcasmo, no soy hombre de muchas mujeres...
No, no!, no es la luna blanca que coronó mis tiempos de mocedad ni un ser semi-mitológico por su belleza de islas griegas confinadas. Repito, como dije, es un ser mas terrenal. No, no es ninguna de ellas. De hecho a penas si he cofiado a unos pocos su existencia, mucho menos que en los últimos momentos de mi vida atosiga mi inconsciente.
Reconózcanla como Ídem, se las presnto, aunque a decir verdad, nada me costaría el no parafrasear su nombre verdadero. Les digo que es un ser bastante terrenal. Hasta ni siquiera estoy seguro de estimarla en un plano mas allá del del deseo...
El caso es que esta mujer hermosa -la mas hermosa que he tenido en el sentido mas terrenal de la palabra (perdonen mi necedad) - ciertamente mucho para mí si a las pedradas vamos- ha desaparecido de mi mapa del destino. Pero espero francamente y a veces mis sueños juegan con tan excitante idea, algun dia lo haga otra vez.
Fue mi culpa, es todo el argumento que tengo a mi favor, "una torpeza". "Por favor, solo te pido que me creas esto, nada más. Lo juro"
Y juro también que como ella, mujer de mundo, mujer de sangre caliente, de mil hombres, mujer de amar, solo quisiera poder hacerle el amor una vez más...
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