lunes, agosto 01, 2005

Azteca

Hoy concluí la lectura del Best Seller Mundial de Gary Jennings: Azteca. Mucho podría decir y sin embargo pocas son las palabras que puedo hilbanar tras cerrar el libro.

Con sus casi 900 páginas de recuerdos y su trágico final que encierran toda una vida inolvidable, la historia (verdadera) de Mixtli, (nube oscura), un azteca de los tiempos de la cónquista, ha dejado una opresión en mi pecho.

"....le pido a Su Ilustrísima permiso para irme, porque anoche cuando llegué a mi choza y me senté junto al catre de mi esposa, sucedió algo increíble. ¡Luna que Espera me dijo que me amaba!. Ella me dijo que me quería, que siempre lo había hecho y que aún me amaba. Como Beu jamás había dicho tal cosa en toda su vida, creo que tal vez sea que se está acercando al final de su larga agonía y que debo estar con ella cuando llegue. Por muy desunidos que hayamos estado, ahora solo nos tenemos a nosotros...Anoche, Beu me dijo que me amó desde que nos conocimos, hace mucho, en Tecuantépec, en los días de nuestra dorada juventud. Pero que me había perdido la primera vez y me perdió para siempre..."


"...Ayya!, los años que he desperdiciado!. De los que yo mismo me he privado, pues no puedo culpar a nadie mas. Y lo que más lacera mi corazón es la forma tan desagradable en que también privé de esos años a Luna que Espera, quién había esperado durante tanto tiempo, hasta ahora que ya era demasiado tarde para salvar todavía un último momento de todos esos años perdidos. Si pudiera se los repondría de alguna forma, pero no puedo. Anoche la hubiera tomado entre mis brazos, yacido junto a ella, y hubiera hecho el acto del amor. Quizás yo lo hubiera podido hacer, pero lo que queda de Beu no puede ya hacerlo. Así que la única cosa posible, fue hablar y lo hice honestamente diciendo: "Beu, mi querida esposa, yo también te amo". Ella no pudo contestar, porque se le salieron las lágrimas y ahogaron la poca voz que le quedaba, pero puso su mano sobre la mía. La apreté tiernamente y permanecí allí sentado sosteniéndosela y hubiera entrelazado mis dedos con los suyos, pero no pude ni siquiera hacer eso, pues ya no tiene dedos. Como ya habrán adivinado, mis señores, la causa de su larga agonía ha sido El Ser Comido Por Los Dioses y como ya les he he descrito los efectos de esa enfermedad, preferiría no decirles lo que se han comido los dioses de esa mujer, que en un tiempo fue tan bella como Zyanya. Solo me senté a su lado y así permanecimos en silencio. No se qué estaría pensando ella, pero yo recordaba los años que que habíamos vivido juntos, sin estar juntos nunca y todo lo que habían desperdiciado en esos años; nos habíamos desperdiciado el uno al otro y habíamos desperdiciado el amor, que es el desperdicio mas imperdonable de todos..."

Por supuesto, este relato de este mexica, que terminó siendo Juan Damasceno, y ejecutado cruelmente en manos de los "conquistadores" españoles a causa de "herejía", es mas que una solo una historia de amor. Es la historia de un hombre, es la historia de un país, en sus momentos quizá ma simportantes y mas trágicos. Todo cuanto vieron sus ojos, es contado a detalle a lo largo de cientos de páginas. Por momentos detuve mi lectura, y reflexioné a cerca del hecho de que estuviera aprendiendo mucho, mucho, mucho mas sobre nuestros antepasados mediante una obra de un autor extranjero que mediante la educación en mi infancia, entre nuestra propia gente, y eso me enfurecía: los nombres verdaderos de los pueblos, personas, lugares y civilizaciones que un día formaron El Único Mundo. Por que mas allá de la estricta veracidad que pueda tener esta obra de Gary Jennings, jamás mis maestros ni nadie mas me hizo sentir tan en carne propia la sangre de mi sangre, el dolor de nuestra tragedia, las costumbres y creencias de nuestra gente, y las raíces de nuestros orígenes.

El final te mueve, quieras o no, y creo que hasta cierto punto obliga a cada lector y a cada mexicano que lo lee, a identificar su camino con el del Campeón Águila Mixtli, el escribano de la nación mexica que nació para recordarlo todo, cuando ya todo se haya perdido...

Un buen día para concluir una lectura tan enriquecedora, divertida, emocionante, interesante y conmovedora. Un libro mas que pasa por mis ojos, un libro mas que deja huella en mi vida, y que transforma algo dentro de mi.

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