miércoles, junio 14, 2006

Kilómetros

Ahora si voy a sonar bien "Diario de Ana Frank".

Han pasado muchas cosas desde aquel juramento, que se mantiene firme y fuerte en mi mente a través de los soles. Y digo soles porque verdaderamente han imperado en estos último días.

Estoy en Valles, el 7º infierno (como bien dijera Coken), y estoy lidiando con el calor como un verdadero guerrero. Me dieron mis vacaciones laborales y ni tardo ni perezoso vine a visitar a mis padres. Es cierto eso que dicen de que el olfato es el sentido mas rápido para evocar recuerdos. Cada día que me despierto, aun antes de abrir los ojos respiro el aire de la habitación y recuerdo de inmediato que duermo en tierras huastecas.

Ver el mundial. Todas las mañanas, todos los partidos, con mi padre. Luego mamá hace el desayuno, y después de saborear su añejado y perfeccionado toque culinario a través de los años, salgo a respirar la mañana y escuchar las torolitas ocultas entre las ramas de los árboles. Al poco rato ya estudio un poco de kanji o me pongo a ver en la tele el canal japonésNHK (hay que aprovecharlo mientras dure), tratando de llenarme de la escencia de esos sueños que comenzaron aquí mismo.

Solo un viaje relámpago a la Capital el sábado pasado a presentar el examen de admisión de la UNAM. Estoy en paz. Creo que hice un buen examen, y me sentí seguro, amen de la dificultad del mismo, que no pongo a debate sobre la mesa. Estaría seguro de haberme gando un lugar a no ser por esa sensación de fracaso que me ha rondado en los últimos años. Solo resta esperar resultados.

Pensaba que haría una bitácora extensa sobre este placentero viaje, pero verdaderamente es mejor simplemente vivirlo, disfrutarlo y no perder tiempo en redactarlo. Al menos no tiempo del mismo, pues sería una locura. Tal vez lo haga una vez que el encanto termine y deba volver a mi realidad y al trabajo cotidiano en la Gris Ciudad de la Esperanza. Por ahora, sentirme acogido por los lujos de que he sido huésped estas dos semanas, es mas que suficiente, es una bendición.

A propósito del título, me he acordado mucho de Lucero, luego de habérmela encontrado una tarde en el messenger, y a pesar de sentirla un poco mas activa e independiente, me he sentido agradecido de que aun me hable con cierto cariño no obstante mi distanciamento. Si tengo tiempo y dinero en los próximos días a mi regreso y si ella lo consciente, me gustaría invitarla dar la vuelta.

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