martes, junio 20, 2006

Negro

Hay un moño negro en la puerta de tu casa. Ignoro cuanto lleva puesto. Hace unas horas pasé por alli y al verlo se me congeló el corazón.

Se que la querías mucho. Se también que muchas veces fue inlcuso mas comprensiva ella que tu propia madre y que sus afectos fueron tambien mayores. Y hoy ya no la tienes a tu lado. Se ha ido para nuca volver.

Te sonará raro quizá, pero a mi también me ha dolido su partida de este mundo. Mas de lo que cualquiera hubiera podido imaginar.

Por ti, se que era una mujer hermosa cuando joven, que era todo comprensión y que anduvo con ustedes durante años, décadas.

Recuerdo una tarde que te fui a buscar a tu casa. Fue una tarde especial. No estabas. Me invitó a pasar y a esperarte, y yo nervioso accedí. Me preguntó como había estado mi viaje, y me preguntó si no estaba en clases en aquel momento. Yo le expliqué que tuve unos dias libres y otros impulsos muy fuertes de venir a verte. Me siguió preguntando y yo le conté como había llegado hasta aquí y todos problemas que pasé para juntar el dinero para el pasaje, si bien era cierto que mis padres no estaban muy bien economicamente. Ella me adivinó, leyó mis sentimientos en mis actos y comentó que el hecho de que un joven hiciera tantos sacrificios para venir a ver una chica desdee tan lejos ya pesar de tanto tiempo, significaba algo muy especial. Acto seguido dibujó una sonrisa, me miró, y exhaló un suspiro.

Ojalá tu madre me hubiera dado cuando menos una vez la confianza y el rostro de ternura que tu abuela me regaló aquella tarde en que se hizo cómplice de mi enorme amor por ti.
Me sonrojé. Se volvió hacia mi con la taza de café en la mano que me extendió, y me miró, con su rostro lleno de ternura y tras escucharla decir "eres un buen muchacho", pude leer en sus ojos que, en el fondo, muy en el fondo de su amable corazón bendecía y anhelaba nuestra unión.

Desde entonces, a través de tantas otras veces que no te encontré y ella me abrió la puerta, el rostro era siempre el mismo. Uno en donde sus ojos decían:

"...este es el enamorado de mi nieta..."

Cómo me hubierra gustado podido estar a tu lado cuando su alma dejó este mundo. Hubiera vertido un poco de agua sobre su lecho, y le hubiera agradecido el hecho de que me hubiera aceptado, aunque sea solo de manera hipotétcia y en su mente nada más, como su posible bis-yerno. Te hubiera abrazado tiernamente y hubiera secado tus lágrimas, aunque estoy seguro que en eso no quedaste desamparada, que alguien hizo eso por mi. Aun así, me hubiera gustado poder...

A minunca me ha asaltado la pena de la muerte de un ser querido. No en lo que llevo caminado. No quiero ni pensar lo que sintió Arma cuando falleció su hermano, no quiero ni pensar en lo que me espera y no se todavía como voy a enfrentar el día en que tenga que decir adiós a alguno de mis padres. Me he dado cuenta que solo me he encubierto en la idea de que vivirán todavía muchos años mas...

Si me pongo a pensar en eso, un par de veces he soñado que mi madre estaba enferma de cáncer y en otra que mi padre se había ahogado en una inundación. Y en ambos casos el dolor que sentí era indescible y entre sueños me asfixiaba. Mi almohada un mar de lágrimas.

¡No puedo creerlo!. Estoy llorando... Yo nunca tuve unos abuelos para amarlos y quererlos así como tu quisiste a tu abuela. Ni siquiera tuve la oportunidad de conocerlos nunca... Tal vez todo se deba a que esto del moño negro en tu casa me ha hecho recordarte. tal vez, se debe a que, en el fondo, muy en el fondo de mi corazón, debajo de los pedazos de piel raspada ylas fibras cardíacas corroídas por la ira, como se corroe un pulmón por el cancerígeno mal, todavía no he dejadode amarte...

Me duele que la hayas perdido, mi amor, mas de lo que te imaginas. Aun cuando deseaba que nunca llegara ese día, sabía yo que llegaría, y quería estar allí para apoyarte. Quería tambien estar alli el dia de tu examen profesional. Tu me lopediste!, ¡lo recuerdas?, y ahora....¿¡Por que me quitaste esa oportunidad de acompañarte en tus penas y en tus alegrías Ruth!?. ¡Por qué?!!

Gutoso te hubiera acompañado hasta el último de tus días, hasta el último extasis, hasta el último respiro y hasta el último látido de tu corazón si me lo hubieras pedido....

Te ecribí un mail, muy breve, del cual espero que mis palabras hayan logrado su cometido. Hacerte saber que aunque ya no nos veamos, que aunque decidí respetar tu decisión de terminar lo nuestro sin protestas aunque se me destrozara el alma, sigues siendo una mujer muy, muy, muy importante para mi...

Te quiero Ruth.
Espero que no se te olvide nunca.

2 comentarios:

Hatsuki dijo...

Cuando alguien cercano se nos va... es como si perdieramos todo el aire que existe para respirar. Por mas que te hagas a la idea, o aunque ya te lo esperaras... Nunca se puede tomar de forma objetiva.

Pero cada partida nos enseña algo... Nos enseña a crecer mas. Crecer y madurar, aprender a llevar el recuerdo de la persona, y nos hace fuertes... Fuertes para cada dia continuar.

Eso es lo que pienso

Ralemz dijo...

Loq ue piensas aqui tiene mucha credibilidad.
Lo has vivido en carne propia.

Tus escritos al respecto me recuerdan el estilo literario de Banana Yoshimoto, de quièn por cierto ya tengo sed de letras...