miércoles, agosto 24, 2011

Nacer.

"Todo nace de Madre...

Madre es fertilidad.

No hay nada que crezca

y viva sin salir de sus entrañas".

Capitulo 1

Los libros se balanceaban con el andar presuroso y hábil de la joven. Eso era, era joven. Había nacido en una cama pequeña, en la habitación pequeña de una casa pequeña, -apenas una cabaña de madera- en los pequeños alrededores del pequeño pueblo de Hugel.

Y era la primera vez que realizaba un viaje de semejante distancia. Había devorado aquel viejo libro grueso y descuidado que le había regalado su padre cuando era niña "Guía completa del turista pronteriano"; lo había prácticamente memorizado. Sabía dónde estaba la Gran Catedral, al noreste, sí, claro, cerca de la muralla exterior. Sabía por sus páginas dónde podría reabastecerse y dónde estaba el guía en caso de perderse, y sabía también donde comprar los buenos trozos de carne y lagartijas rostizadas tan apetitosas que su madre le había encargado para su padre. Sabía donde estaba la corporacion Chivalry, y la Plaza de Honor a los grandes hitos de la historia del Rune Midgard. Pero leerlo, no se comparaba con vivirlo. Estaba sobreextasiada.

Avanzaba con los ojos muy abiertos entre los varios, decenas, cientos de mercaderes que invadían prácticamente la entrada sur y se extendían, bulliciosos y persistentes sobre la gran plancha de roca tallada en bloques rectangulares que forraban de punta a punta la Ciudad mas importante, Capital por excelencia de todo cuanto se podía explorar de horizonte a horizonte: la majestuosa ciudad de Prontera.

El tan sólo pensar que debía emprender el viaje de regreso ese mismo día, antes de que el Sol se pusiera en el lejano, le oprimía el alma, le oprimía el nombre.


Desde la entrada pudo ver que había una gran algarabía en aquel lugar, Una permanente, cotidiana, que formaba parte de la metrópoli y de los habitantes. Apenas había el espacio suficiente para avanzar a paso moderado por entre los petates, telas y carretas de los comerciantes apiñonados en las banquetas, en la avenida empredrada, junto a los faros incluso, entre las casas...


Recordaba muy bien la indicación de su madre, la de no voltear a ver "lo que esos hombres venden a gritos y ademanes". Por lo que agachó la cabeza, abrazó con fuerza el paquete de libros a su pecho y cruzó rapido con la vista clavada en el suelo. "Esas cosas diabólicas pueden hipnotizarte y hacerte perder tu alma, lo juro" -sentenció su madre durante la última vez que se sentaron a la mesa, antes de iniciar su viaje.


Asi que Alma, intentó no mirar. Pero a momentos tenía que levantar la mirada para ubicarse, y sin querer, imágenes de artículos extraños, llamativos, prendas, y artificios se colaban en sus pupilas y se grababan con lineas de fuego en su prodigiosa memoria.


Cuando al fin se sintió fuera del alcance de los gritos y los empujones de compradores y vendeedores y se enfiló por la calleja que dirige a la Glorieta Central, dejó escapar un suspiro que tranquilizó sus ansias.


"Bien", se dijo a sí misma, "aquí voy".




1 comentario:

Stardust Libélula dijo...

Me encanta que me hagas viajar a Rune Midgard tan solo con tus palabras escritas... Adoro ese lugar.

Felicidades por la entrada y espero seguir leyendo acerca de la tierra que tanto nos gusta.

*Tsukino Ayako* (Usagi)