Los estandartes ondeaban en la pequeña explanada..
Ayako, Alma, Jery, Ohan y Matsuo llegaron cuando ya el espacio empezaba a congestionarse. El sitio era una plataforma alta a un costado de la parte trasera del castillo. Los muchachos subieron la escalinata para llegar allí, a la plancha de piedra cortada, a un costado de la fuente. Al otro lado de la muralla que limitaba el lugar, estaban las aguas azules y transparentes del lago que servía de principal afluente de la ciudad, bajo las riberas escarpadas de piedra estratificada. El viento vespertino soplaba tibio sobre los amplios patios del Castillo de Prontera.
De vez en cuando, Jery volteaba a echar un vistazo entre los muchos novatos esperando a que diera inicio el evento. Sabía que quizá él anduviera por allí. Lo conocía muy bien, no se perdía ninguna oportunidad de recibir algo gratis. Tampoco, de pedirle que se casara con ella cada vez que la veía… habían sido ya tantas veces, que empezaba a considerar el decirle que sí. Lo buscó con la mirada, una vez más… pero el guerrero recién ascendido del cabello rojo no se veía por ningún lado.
-¿A quién buscas, Jery? –preguntó Ayako siempre curiosa con quién sea y en donde sea.
-No…nadie.
La campanada de segunda llamada había sonado mientras los jóvenes venían de camino. Para llegar a la parte trasera de la ciudadela, donde se hallaba el Castillo, habían tenido que cruzar la puerta-puente de acceso y entrar por unos pasillos largos con salones cerrados a los costados con candelabros de ocho velas colgados del techo. Cuando pasaron por allí, Alma se sintió sobrecogida por la música de una pequeña sinfónica que ensayaba una pieza musical llamada “Great Honor”.
-¿A qué hora va a empezar? –preguntó Ayako impaciente.
-Esperemos que ya no tarden mucho –señaló Ohan.
-Cuando esté totalmente llena la plazoleta y ya no sigan llegando –apuntó Jery- ya la Corporación Chivalry hizo donaciones masivas en el pasado. Así siempre es…
-¿Oye y…¿tú por qué casi no hablas?
Matsuo dirigió una mirada a Ayako, sintiendo que de alguna manera había sido una descortesía.
-No suelo ser tan social como ustedes –respondió fríamente.
-Lo entiendo de Alma, que en nueva por estos lares. Ella nunca había salido de Hugel y ahora mírala, en el mismísimo corazón de Prontera, es mas…en el centro del poder del Reino de Midgard, jajaj!... a mi también me pasó la primera vez dijo dándole un codazo a la susodicha- ya te acostumbrarás.
-Miren, creo que va a decir algo –diho de pronto Ohan señalando a un Lord Kight que se aproximaba.
El silencio se hizo. Era imposible no permanecer en silencio por unos segundos cuando un Lord Knight aparecía. ¡Eran tan imponentes!. Con su armadura gruesa y voluminosa, sus mayas de acero, placas y sotanas tan pulcramente recortadas. El tintineo de sus espadas al andar, su mirada firme y decidida, eran personajes excepcionales. Luego, tras de él llegaron un par de hombres mas, uno el gran Siracuse y otro, desconocido y casi tan imponente como los dos anteriores, un cruzado.
-Wow! infunden respeto –dijo Ayako conteniendo el aliento.
-Y en ti, sí que es difícil –comento sarcásticamente Matsuo.
-Ahh!¡¡ Que has dicho!! Mas vas a pag…. –Jery le tapó la boca, diciéndole:
-Calla, va a comenzar.
El Lord Kinight se paró frente a la multitud, con una mano en la cintura. Volteó a ver a Sir Siracuse, quién con un movimiento afirmativo de cabeza le dio autorización y entonces, comenzó a hablar:
-¡Primeros Jobs!, espadachines, en su mayoría, aprendices de hechiceros, arqueros, mercantes… ¡Bienvenidos sean a éste Vigésimo Evento de Donación de Armas!
Una emoción palpitante inundó el lugar.
-Antes de proseguir con la donación de armas y explicarles la mecánica, deben escuchar lo que Sir Siracuse tiene que decirles, así que les pedimos de la manera más atenta, presten atención. Como seguramente ya sabrán, él es Segundo al Mando en la Corporación Chivalry, la organización encargada de la seguridad del Reino de Midgard y el bienestar social de todos los habitantes dentro de las murallas de Prontera, e incluso muchas veces, mas allá de ellas. A partir del día de hoy, le pertenecen a esta corporación.
-Odio cuando dicen eso –murmuró Ayako.
-Shhht!
-Ustedes eligieron este camino. El camino de proteger y defender cada alma, cada vida humana que así se los pida, que así se los requiera en sus interminables caminos hacia la verdad. El código es simple: ¡honor, respeto, lealtad y bravía en el campo de batalla!. Por Midgard!
- ¡¡¡Por Midgard!!!!! –respondió la multitud, en un coro a voces.
- Waay! Qué emocionante!.
El Lord Knight se hizo a un lado y Sir Siracuse avanzó con paso lento y despreocupado al centro, a ocupar el lugar del LK anterior.
-Escuchen, hijos… yo se que ya están ansiosos por elegir sus espadas, así que hagamos esto rápido, ¿está bien?. Iré al grano. Esta vez quisimos darles un mensaje antes de la donación, porque creemos que es importante. ¿Ven aquel péndulo que sobresale sobre la ciudadela?. Es la biblioteca de Prontera… deberán pasar allí en los próximos veinte días. Todos, absolutamente todos. ¿A qué? A registrar su cambio de identidad.
Hubo murmullos de asombro ¿cambio de identidad?, se preguntaban todos.
-Como saben, estamos librando tiempos difíciles. Las fuerzas del mal redoblan sus esfuerzos, y en ese esfuerzo suyo por apoderarse de Prontera, la Capital del Reino, han comenzado a desarrollar su propia inteligencia. Investigadores y un grupo de ninjas y assasins al servicio de la Corporación Chivalry nos dicen que las fuerzas de Satán y sus thanatos, están haciendo una lista. Una lista de todos aquellos guerreros poderosos que deben eliminar para debilitar a Chivalry…y los eliminan. ¿Cómo?, atacando primero su corazón. Matan a sus familiares… para que luego, una vez que están vulnerables y confundidos intentan seducirlos para poseerlos y demonizarlos, convirtiéndolos en uno de ellos. Los que logran resistir dicha seducción de las fuerzas oscuras, son eliminados. De cualquier manera, con su moral baja y su tristeza al máximo por sus pérdidas, no son capaces de defenderse.
La multitud permaneció muy en silencio , pero se conmocionó por dentro al escuchar tan terrible noticia.
-La semana pasada, cayó Briestenholf, uno de nuestros cruzados mas poderosos. Asi que, para protegerlos a ustedes…puesto que sabemos que tienen deseos de convertirse en grandes guerreros y no queremos que ustedes pasen por esta misma situación, deberán buscar un pseudónimo y cambiar su identidad. Así que piensen en un nombre. Tienen 20 días. Su identidad verdadera será recogida en la recepción de la Biblioteca de Prontera, y la información de sus familiares y domicilios será fuertemente respaldada por un grupo de élite de la Corporación Chivalry, en un lugar anónimo, para evitar cualquier infiltración. Así que tomen sus armas, en unos minutos mas, aquí Lord Winsor organizará la mecánica… vayan a sus casas, abracen a los suyos, y piensen bien sus nuevos nombres. Aquellos que no tengan familiares, que estén solos o vivan solos y no tengan nada que perder, podrán conservar sus nombres. No es necesario que cambien su identidad. Acólitos y priests tampoco. Consideramos que ellos no corren tanto riesgo. Es todo por mi parte, buenas tardes y que elijan su mejor arma. ¡Por Midgard!
-¡¡¡¡ Por Midgard !!!!
Poco a poco, la donación de Armas se fue echando a andar. Decenas y decenas que formaban unos cuantos cientos de novatos fueron, uno a uno, consiguiendo lo mejor que podían: lanzas, katanas, mazos, hachas, arcos, báculos, cuchillos, fists, katares… Estaban por retirarse de allí los cinco jóvenes cuando se acercó a ellos un hombre en ropas verdes. Ropas en dos tonos de verdes, verde olivo y verde natural, como el verde profundo de los mismos bosques desde los cuales había emergido unas noches atrás. En sus manos tenía un rústico instrumento de corteza de árbol, con brotes verdes naciendo de la misma madera de que estaba hecho.
-¿Les gustaría…jóvenes guerreros, sangre nueva que han de recorrer cada rincón del planeta, disfrutar de una hermosa velada bajo la luz de la luna escuchando historias y leyendas del reino al calor de una fogata y una buena música?
-¡Aaaah, es él! – Alma lo reconoció de inmediato, aun sin haberlo visto nunca- es el hombre que tocaba en la noche.
-Comeremos bombones asados y cantaremos juntos danzando con las sombras que nos regale el fuego hjasta el amanecer. ¿Qué dicen?. Que sea una especie de…despedida…
-Oigan! Si, una despedida, que sea una despedida para Alma que ya tiene que irse mañana. Será emocionante.
-¡Si, genial, yo me apunto! –celebró Ayako.
-¿Por qué no? –dijo sonriendo Jery- ya mañana vuelve el Bibliotecario, solo será medio día. Luego puedo dormir y reponerme en mi celda.
-¿Ohan?
-Si, los acompaño.
-Bien!. Vamos Alma, no te puedes negar, será en tu honor. Para que te lleves un bello recuerdo a Hugel. ¿si?.
El Poeta, agitó sus cuerdas. La chica no tuvo otro remedio que aceptar. Ya al día siguiente se iba…
El sol comenzaba su descenso en el poniente.
-Andando… -dijo el Poeta- acamparemos cerca de la puerta oeste, antes de que el búho cante.
Ayako, Alma, Jery, Ohan y Matsuo llegaron cuando ya el espacio empezaba a congestionarse. El sitio era una plataforma alta a un costado de la parte trasera del castillo. Los muchachos subieron la escalinata para llegar allí, a la plancha de piedra cortada, a un costado de la fuente. Al otro lado de la muralla que limitaba el lugar, estaban las aguas azules y transparentes del lago que servía de principal afluente de la ciudad, bajo las riberas escarpadas de piedra estratificada. El viento vespertino soplaba tibio sobre los amplios patios del Castillo de Prontera.
De vez en cuando, Jery volteaba a echar un vistazo entre los muchos novatos esperando a que diera inicio el evento. Sabía que quizá él anduviera por allí. Lo conocía muy bien, no se perdía ninguna oportunidad de recibir algo gratis. Tampoco, de pedirle que se casara con ella cada vez que la veía… habían sido ya tantas veces, que empezaba a considerar el decirle que sí. Lo buscó con la mirada, una vez más… pero el guerrero recién ascendido del cabello rojo no se veía por ningún lado.
-¿A quién buscas, Jery? –preguntó Ayako siempre curiosa con quién sea y en donde sea.
-No…nadie.
La campanada de segunda llamada había sonado mientras los jóvenes venían de camino. Para llegar a la parte trasera de la ciudadela, donde se hallaba el Castillo, habían tenido que cruzar la puerta-puente de acceso y entrar por unos pasillos largos con salones cerrados a los costados con candelabros de ocho velas colgados del techo. Cuando pasaron por allí, Alma se sintió sobrecogida por la música de una pequeña sinfónica que ensayaba una pieza musical llamada “Great Honor”.
-¿A qué hora va a empezar? –preguntó Ayako impaciente.
-Esperemos que ya no tarden mucho –señaló Ohan.
-Cuando esté totalmente llena la plazoleta y ya no sigan llegando –apuntó Jery- ya la Corporación Chivalry hizo donaciones masivas en el pasado. Así siempre es…
-¿Oye y…¿tú por qué casi no hablas?
Matsuo dirigió una mirada a Ayako, sintiendo que de alguna manera había sido una descortesía.
-No suelo ser tan social como ustedes –respondió fríamente.
-Lo entiendo de Alma, que en nueva por estos lares. Ella nunca había salido de Hugel y ahora mírala, en el mismísimo corazón de Prontera, es mas…en el centro del poder del Reino de Midgard, jajaj!... a mi también me pasó la primera vez dijo dándole un codazo a la susodicha- ya te acostumbrarás.
-Miren, creo que va a decir algo –diho de pronto Ohan señalando a un Lord Kight que se aproximaba.
El silencio se hizo. Era imposible no permanecer en silencio por unos segundos cuando un Lord Knight aparecía. ¡Eran tan imponentes!. Con su armadura gruesa y voluminosa, sus mayas de acero, placas y sotanas tan pulcramente recortadas. El tintineo de sus espadas al andar, su mirada firme y decidida, eran personajes excepcionales. Luego, tras de él llegaron un par de hombres mas, uno el gran Siracuse y otro, desconocido y casi tan imponente como los dos anteriores, un cruzado.
-Wow! infunden respeto –dijo Ayako conteniendo el aliento.
-Y en ti, sí que es difícil –comento sarcásticamente Matsuo.
-Ahh!¡¡ Que has dicho!! Mas vas a pag…. –Jery le tapó la boca, diciéndole:
-Calla, va a comenzar.
El Lord Kinight se paró frente a la multitud, con una mano en la cintura. Volteó a ver a Sir Siracuse, quién con un movimiento afirmativo de cabeza le dio autorización y entonces, comenzó a hablar:
-¡Primeros Jobs!, espadachines, en su mayoría, aprendices de hechiceros, arqueros, mercantes… ¡Bienvenidos sean a éste Vigésimo Evento de Donación de Armas!
Una emoción palpitante inundó el lugar.
-Antes de proseguir con la donación de armas y explicarles la mecánica, deben escuchar lo que Sir Siracuse tiene que decirles, así que les pedimos de la manera más atenta, presten atención. Como seguramente ya sabrán, él es Segundo al Mando en la Corporación Chivalry, la organización encargada de la seguridad del Reino de Midgard y el bienestar social de todos los habitantes dentro de las murallas de Prontera, e incluso muchas veces, mas allá de ellas. A partir del día de hoy, le pertenecen a esta corporación.
-Odio cuando dicen eso –murmuró Ayako.
-Shhht!
-Ustedes eligieron este camino. El camino de proteger y defender cada alma, cada vida humana que así se los pida, que así se los requiera en sus interminables caminos hacia la verdad. El código es simple: ¡honor, respeto, lealtad y bravía en el campo de batalla!. Por Midgard!
- ¡¡¡Por Midgard!!!!! –respondió la multitud, en un coro a voces.
- Waay! Qué emocionante!.
El Lord Knight se hizo a un lado y Sir Siracuse avanzó con paso lento y despreocupado al centro, a ocupar el lugar del LK anterior.
-Escuchen, hijos… yo se que ya están ansiosos por elegir sus espadas, así que hagamos esto rápido, ¿está bien?. Iré al grano. Esta vez quisimos darles un mensaje antes de la donación, porque creemos que es importante. ¿Ven aquel péndulo que sobresale sobre la ciudadela?. Es la biblioteca de Prontera… deberán pasar allí en los próximos veinte días. Todos, absolutamente todos. ¿A qué? A registrar su cambio de identidad.
Hubo murmullos de asombro ¿cambio de identidad?, se preguntaban todos.
-Como saben, estamos librando tiempos difíciles. Las fuerzas del mal redoblan sus esfuerzos, y en ese esfuerzo suyo por apoderarse de Prontera, la Capital del Reino, han comenzado a desarrollar su propia inteligencia. Investigadores y un grupo de ninjas y assasins al servicio de la Corporación Chivalry nos dicen que las fuerzas de Satán y sus thanatos, están haciendo una lista. Una lista de todos aquellos guerreros poderosos que deben eliminar para debilitar a Chivalry…y los eliminan. ¿Cómo?, atacando primero su corazón. Matan a sus familiares… para que luego, una vez que están vulnerables y confundidos intentan seducirlos para poseerlos y demonizarlos, convirtiéndolos en uno de ellos. Los que logran resistir dicha seducción de las fuerzas oscuras, son eliminados. De cualquier manera, con su moral baja y su tristeza al máximo por sus pérdidas, no son capaces de defenderse.
La multitud permaneció muy en silencio , pero se conmocionó por dentro al escuchar tan terrible noticia.
-La semana pasada, cayó Briestenholf, uno de nuestros cruzados mas poderosos. Asi que, para protegerlos a ustedes…puesto que sabemos que tienen deseos de convertirse en grandes guerreros y no queremos que ustedes pasen por esta misma situación, deberán buscar un pseudónimo y cambiar su identidad. Así que piensen en un nombre. Tienen 20 días. Su identidad verdadera será recogida en la recepción de la Biblioteca de Prontera, y la información de sus familiares y domicilios será fuertemente respaldada por un grupo de élite de la Corporación Chivalry, en un lugar anónimo, para evitar cualquier infiltración. Así que tomen sus armas, en unos minutos mas, aquí Lord Winsor organizará la mecánica… vayan a sus casas, abracen a los suyos, y piensen bien sus nuevos nombres. Aquellos que no tengan familiares, que estén solos o vivan solos y no tengan nada que perder, podrán conservar sus nombres. No es necesario que cambien su identidad. Acólitos y priests tampoco. Consideramos que ellos no corren tanto riesgo. Es todo por mi parte, buenas tardes y que elijan su mejor arma. ¡Por Midgard!
-¡¡¡¡ Por Midgard !!!!
Poco a poco, la donación de Armas se fue echando a andar. Decenas y decenas que formaban unos cuantos cientos de novatos fueron, uno a uno, consiguiendo lo mejor que podían: lanzas, katanas, mazos, hachas, arcos, báculos, cuchillos, fists, katares… Estaban por retirarse de allí los cinco jóvenes cuando se acercó a ellos un hombre en ropas verdes. Ropas en dos tonos de verdes, verde olivo y verde natural, como el verde profundo de los mismos bosques desde los cuales había emergido unas noches atrás. En sus manos tenía un rústico instrumento de corteza de árbol, con brotes verdes naciendo de la misma madera de que estaba hecho.
-¿Les gustaría…jóvenes guerreros, sangre nueva que han de recorrer cada rincón del planeta, disfrutar de una hermosa velada bajo la luz de la luna escuchando historias y leyendas del reino al calor de una fogata y una buena música?
-¡Aaaah, es él! – Alma lo reconoció de inmediato, aun sin haberlo visto nunca- es el hombre que tocaba en la noche.
-Comeremos bombones asados y cantaremos juntos danzando con las sombras que nos regale el fuego hjasta el amanecer. ¿Qué dicen?. Que sea una especie de…despedida…
-Oigan! Si, una despedida, que sea una despedida para Alma que ya tiene que irse mañana. Será emocionante.
-¡Si, genial, yo me apunto! –celebró Ayako.
-¿Por qué no? –dijo sonriendo Jery- ya mañana vuelve el Bibliotecario, solo será medio día. Luego puedo dormir y reponerme en mi celda.
-¿Ohan?
-Si, los acompaño.
-Bien!. Vamos Alma, no te puedes negar, será en tu honor. Para que te lleves un bello recuerdo a Hugel. ¿si?.
El Poeta, agitó sus cuerdas. La chica no tuvo otro remedio que aceptar. Ya al día siguiente se iba…
El sol comenzaba su descenso en el poniente.
-Andando… -dijo el Poeta- acamparemos cerca de la puerta oeste, antes de que el búho cante.
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