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Extasiador!, simplemente extasiador. Tenía que terminar, y pues bien, terminó. De nuevo muta Hiroshima. No repararé en ello.
El aire se ha tornado frío, he vuelto a sufrir de aquellos sentimientos que siempre sobrevienen con la llegada decembrina. Aun cuando todavía sea noviembre, la navidad ya se respira en las calles, en los puestos de bazar, aquellos de los que hablaba Arma hace ya un año. Aun no llegan todos, pero con el tiempo lo harán. No hay uno solo que no lo haga, tienen permiso para eso.
Con todo ello no puedo decir que nieva en mi corazón. Pero de cualquier modo, el tiempo es frío. Había olvidado lo mucho que esta época influye en mi. Como por casi 3 meses Hiroshima se volvió un poético-abstracto espacio de pasiones, tantas cosas de mi quedaron escondidas en la oscuridad. Entre ellas, un secreto curioso y femenino al que nombraré: Akemi...
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