jueves, mayo 08, 2008

手紙・サロモン Carta a un amigo llamado Salomón

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Hace algunos años era tonto, un poco necio, le temía a Dios como te lo han dicho que hagas y creía que la vida después de la muerte era algo de lo que no podríamos estar nada seguros. Que rezar por las noches me ayudaria a alcanzar la misericordia divina y que si hacía todo como lo sugeria el librito, a caso con uno que otro delito menor podría no perder mi vida al morir mi cuerpo el día que me llegue mi hora.

Hace algunos años, entonces, era un hombre de poca fe.

Hoy me atrevo a decir sin creer que sea un hereje, o un blasfemo, como muchos fanáticos religiosos seguro pensarían, que, como dijo Nietzche, "Dios ha muerto". Y al hacer tal afirmación no me voy ni por el sentido literal de las palabras ni por el de una metáfora radical que sugiera que no ha muerto en verdad. Me reservo mis críticas hacia la institucion que ha manipulado mas millones de vidas humanas que cualquier empresa que haya existido en la historia de la humanidad impidiéndoles ser ellos mismos. Tampoco pretendo "liberarlos" de lo que solo se trata de mi realidad personal.

La carta que nos enviaste a todos (ten por seguro que por lo menos yo lo seguiré siendo hasta el final) aquellos que consideras tus amigos, es para mi solo una muestra de tu valor para protestar contra el sistema decadente y vacío de espiritú que ahora nos rodea. Pecado, es la palabra mas estúpida que yo considero que haya inventado el hombre, utilizar el poder creativo del lenguaje para semejante ambigüedad es ya de por sí patético; error, es una un poco mas adecuada para describir aquellos actos o decisiones que preferiríamos no haber tomado; 'aprender' creo que es la palabra perfecta para referirse a lo que nos has contado.

Ruín, despreciable, ególatra, egocéntrico, pretencioso y todos los demás calificativos que te autoasignaste en tales líneas, no son, para mi, menos de lo que todos los seres humanos hemos sido alguna vez en nuestras vidas. Hay que aprender del pasado pero no hay que cargar con su peso sobre nuestra espalda. Jamás hay que olvidar lo que fuiste, lo que hiciste ni de donde vienes, pero no hay por qué acarrear con los sentimientos negativos que alguna vez llegaron, así como tampoco empeñarnos en que los positivos vuelvan a ser por la fuerza en un futuro.


échale ganas, amigo, y déjame terminar con una frase de buen humor que solo nosotros entenderemos:

"ya ves como si eras tú el de los tacos?"...

1 comentario:

Icabod dijo...

es por eso que, desde que te veniste a méxico, siento que
poco a poco pierdes esa escencia que te hacia tan ohan y que en cierta manera admiraba bastante


no dejes que el entorno te transforme