lunes, abril 24, 2006

Con cautela

...se acerca, lo siento venir, con la calma de la arena depositada en la playa, y con la furia de la marea que se estrella contra ella.

sábado, abril 22, 2006

¿Volveré?


Completamente harto del trabajo una idea revolotea en mi cabeza desde hace unos días. ¡Estoy harto de tantas hipocresías!. Harto de la desvirtud y el cinismo que deambulan en la tienda en los turnos. Me parece inadmisible la forma en que se pisotean unos a otros la dignidad, y entre ellos la mía.


A poco, pero muy poco de renunciar a DP y completamente decepcionado del sistema, espero solamente el regreso de Nadia, la Gerente de Tienda para poner mi humanidad en oficinas centrales y presentar mi irrevocable renuncia. Acompañado de este sentimiento viene el ferviente deseo de abandonar cuanto antes esta gris ciudad y volver al palmar, en la Huasteca Potosina. Volver a mi hogar.

¿Qué me detiene?. Creía que el dinero, pero me he dado cuenta que algo tan superficial y tan vago como eso no tienen en mi el suficiente peso para impulsarme a tomar una decisión importante en mi vida nada mas porque si. Mas bien creo que son mis estudios de japonés. O tal vez la curiosidad de descubrir que hay detrás de ese insistente 'deseo' de Vanesa porque 'ya' me mude al Distrito...

Lo cierto es que seguramente no hay lo que busco atrás de dicha curiosidad. Que mas quisiera yo que fuera así, pero seguro no lo es. Por tal, el deseo de regresar a la casa de mis padres, con mi hermana, crece desmesuradamente. En Ciudad valles estoy seguro de que podría volver a empezar mi escuela, sin tener que sumirme en trabajos absorbentes y negreros para poder sostenerme. Se que además podría dedicarme al estudio con mayor fuerza y recursos: la computadora, el internet, el tiempo libre, etc. Pero, ¿dónde diablos voy a estudiar japonés a no ser que volver a mis solitarios métodos auto-didactas por internet?.

Algo me sigue diciendo que me la juegue por experimentar la vida en el distrito por lo menos un par de meses. Quisiera al menos cursar el nivel 6 y 7 de japonés antes de despegarme de
ACIA. El problema está en que ahora el amigo con el que me iría a vivir a llá por Coapa, no regresará a la actividad escolar hasta por eso de agosto. ¡Y yo ya estoy desesperado!. Úrgeme abandonar este hastío de estilo de vida en que me he sumido. La limitante allí, es el estúpido dinero. De entrada tengo que volver a encontrar un trabajo y hablar con la mamá de Amilkar para afinar detalles sobre mi mudanza. Para eso, tengo que ir a Valles....%"!&!/>#)0

Así es esto en 'el país de las oportunidades'. Los que no tienen nada aspiran a tener aunque sea algo, los que tienen algo luchan con fuerzas para tener mucho y poder dar algo algún día a los que no tienen nada, y los que tienen mucho hacen como que no ven a los que tienen nada y se aprovechan de los que tienen algo para seguir teniendo mucho...

¿Me salió bien, no?. Lo lamentable aquí, es que los justos pagan, tal y como lo dice la Biblia, por pecadores...

¡¡¡Qué terrible es la humanidad!!!. Qué terribles somos...

viernes, abril 21, 2006

El puente

La pequeña se detuvo justo en la orilla del puente, y antes de intentar siquiera dar un paso al frente, Kurumi le dijo:

-¿A qué le temes?. ¿No es al otro lado del bosque a donde querías llegar?
-Si, -contestó la pequeña sin dejar de mirar nerviosamente el abismo naciente del precipicio que se cernía ante sus pies- pero hay mucha bruma allí abajo, y no se ve el fondo...

Kurumi erigió su postura, endureciós sus facciones y dejando caeer su mirada serena sobre la indefensa niña musitó con firme y suave dicción.

-Pero está el puente.
-Pero no es del todo firme.

-Pero aun la gente puede cruzar a través de él.
-No, yo no lo haré, sabes que yo odio las alturas, no quiero los peldaños y las cuerdas. Lo quiero cruzar paso a paso, sobre tierra firme.

Kurumi no se detuvo a decirle otra cosa. Sabía que no podría convencerla con ideogramas o simples palabras. Quitó su mano del hombro de la pequeña, y comenzó a cruzar el puente ella sola.

Cuando estuvo del otro lado la miró desde un montículo de césped, verde, como la selva misma. El color café de la madera de los peldaños combinaba con este color botella de un modo humilde y singular. Levantó sus dos manos hacia su rostro para hacer casita con ellas alrededor de su boca y gritarle algo a la pequeña que permanecía aun petrificada por el abismo ensordecedor que se asomaba bajo el puente.

-¿Piensas venir o no?.

La pequeña solo se abrazó mas fuerte a su muñeca, sin decir nada, y se quedó inmóvil.

-Cruza el puente! -sentenció Kurumi una vez mas- No se derrumbarán sus estructuras, que aunque están mal hechas, me han podido soportar a mi!.

NO... no quiero que te quedes allí...

viernes, abril 14, 2006

Sin novedad en el frente


Recuerdo que un día mi mamá me dio un libro de guerra titulado "Sin novedad en el frente". Honestamente, nunca lo leí. De hecho no recuerdo donde quedó tal ejemplar. Supongo que lo extravié durante aquel viaje a tierras chihuahuenses en septiembre de 2003, cuando fui al curso de Programación e Instalación de Alarmas y Básico de Monitoreo si mal no recuerdo.

Elegí el titulo para el post al pensar en la estática, casi nula inercia de las cosas en los últimos dias. Pese a que me han venido a la cabeza rimbombantes pensamientos e inspiraciones, el entorno se ha vuelto aburrido. Pienso en decir las cosas tal cual y sin reservas frente a las personas para opacar esta bruma insipiente.

Me gusta Vanesa. Me gusta a raudales. No puedo evitarlo. Aunque no es para tanto la cosa. Ya lo he dicho y lo he manifestado en recientes posts. Su sonrisa es cautivante y sus ojos contagian de alegría. Hasta me puse a descargar el manga de Naruto para compartir, aunque sea en secreto, conocer y saborear esta pequeña gran pasión suya. Francamente, me he llevado una sorpresa mas que agradable al recorrer esta historia de Masashi Kishimoto cuyo humor y drama pueden rayar en la locura, incluso desembocar en espasmódicas carcajadas que te retuercen desde el mismísimo esófago hasta la campanilla.

La historia narra el camino de 3 jóvenes ninjas aprendices en una escuela de artes marciales localizada en la Aldea de la Hoja en dónde, años atrás, un demonio en forma de zorro con 9 colas destruyó gran parte de la aldea, hasta que fue sellado en el cuerpo de un bebé recien nacido por los Hokages que defendían la aldea. El protagonista, Uzumaki Naruto, es la reencarnación, o mejor dicho, el portador del demonio sellado en supropio cuerpo. No obstante, el dramatismo y delicadeza del asunto contrasta, como ya escostumbre en los mangas japoneses, con la ingenuidad y la picardía de los personajes que a través de miles de vivencias y chuscas anécdotas atrapan al lector convirtiéndolo en cada uno de ellos, orillándolo a recrear cada escena, cada cuadro, incluso a animarla, y teñirla de color.

Lo cierto es que disfruto de esta buena serie gracias a que, como lo dije al principio, me gusta Vanesa. Y es que, ¿cómo puedo acercarme a ella estando tan poco tiempo a su lado, a no ser solamente mediante las clases de japonés que efímeramente me regalan un pedacito de los sábados por la mañana juntos?. Esto ha sido lo mejor que se me ha ocurrido. Independientemente de que funcione o no, Naruto es, sin lugar a dudas, un excelente trabajo más de los mangakas japoneses que, al igual que Rumiko, Toriyama, Katsura, Akamatsu y Fujishima, entre otros, me hacen vibrar y sonreír de oreja a oreja haciéndome sentir mucho mas que satisfecho, orgulloso diría yo, de ser un viejo aficionado al género, en toda la e x t e n s i ó n de la palabra. ñ__ñ.

domingo, abril 09, 2006

Sábado


Fabián
no reparó en acercarse el banquito y empezar a leer el texto, aun cuando todavía nadiele hacía caso. La clase había empezado. Por detrás de la puerta de caoba se escucho el gangoso chillido del timbre interfono desde la planta baja, mientras en los rostros de los demás se notaba una agraciada despreocupación e imperturbable calma.

Pero yo sentí ese friíto que se da unas marometas en tu pecho y luego grita con su voz infantil: "Sí!,si!!" -brincando caprichosamente desde la puertita del inconsciente.

Volteé a ver la puerta de caoba, y uno segundos después, se dibujó tu figura tras la madera. Oh! Dios!, esa sonrisa que me mata poco a poco. Te veías flojita, tal vez algo desvelada, hambrienta quizá, soñolienta o desganada, pero feliz. Feliz de estar entre nosotros una vez mas y actuar como si todo lo que deseamos en común ya estuviera en nuestras manos. ¿Que si estoy preocupado?. Ayyo!, mas que eso!.

Tal vez, si no insistieras en mostrar ese interés porque ya me mude al Distrito para "ir ala escuela, estudiar, ver una película de Kurosawa, conocer el sur de la ciudad, juntos"...

Se que es demasiado nada para ser tanto, solo yo me entiendo. Pero definitivamente mientras sigamos en este camino juntos, alrededor de una mesa blanca de pino situados entre la bandera del círculo rojo y el pizarrón blanco sobre el que se reflejan los sabatinos rayos solares de cualquier estación, seguiré sintiéndome morir un poco de emoción con esa sonrisa y esa alegría tuya emanada de esos ojitos chiquitos y juguetones, que desde atrás de sus lentes se mueven copiosa y vivazmente hasta dejar sentir que, aunque tarde, finalmente, el grupo está completo.

jueves, abril 06, 2006

A un año del nacimiento




Hace un año que di vida a Hiroshima, bajo esta forma. Se escuchará trillado pero, ¡Cómo vuela el tiempo!.

Hace un año, justo cuando nos encontrábamos donde mismo pero una vuelta atrás del sol, vivía la peor crisis emocional de mi vida. La casa, esa casa que no era mi casa en dónde pasaba completamente solo la mitad del día, era una jaula en donde me ocultaba para derramar mis lágrimas. Recuerdo que la vida era insoportable. El reciente golpe dado por mi pequeña niña a mi corazón se conjugaba junto con mi estrechez económica de un modo tal que perdí la dimensión del tiempo y del espacio.

Hoy, al beber en la mañana un vaso de leche se me ha derramado de la boca, y he rememorado como eso me ocurría mucho por aquellos tiempos. La desesperación al comer, al beber, el frío en la ducha a pesar del agua hirviendo, los sueños extraños en torno a Akanzu Yotto. El trauma estaba en mi manifestándose con constantes descuidos, temblores, a todas horas.

Sin duda alguna no puedo decir que no ha habido momentos de felicidad en estos largos meses. Pero solo eso han sido. Momentos. Creo que voy de gane. Toqué fondo y ahora solo puedo escalar. No hay mas abismo. No por el momento. El hoyo lo voy tapando detrás de mi.

Pero estaba hablando sobre lo que ocurría exactamente hace un año. Este sol luminoso que ahora cae sobre la parte lateral de mi rostro es el mismo que me vio llegar hasta la entrada de aquel cybercafé en donde por primera vez posteé en Hiroshima. El Valle de Kaanavia, fue mi inspiración..
El nombre de Urara, de la novela de Yoshimoto apareció en mi primer post:

“...me despedí de Urara, tomándomelo medio a broma y, a la vez, sintiendo ilusión por ese algo que quizá viera en el rio...”

La verdad, no se que hubiera hecho sin mis clases de japonés. El trabajo era otro, muy distinto al que es hoy. Era mas sencillo, y me ayudaba a distraerme, a dejar de pensar en ella, aunque de cuando en cuando mi corazón explotaba y mis ojos comenzaban a dejar fluir las lágrimas que corrían a la parte trasera de la tienda a esconderse de la vista de los demás.

¡Cuánta ira generada en mi interior salió dolorosamente de mi cuerpo mediante un aislamiento introspectivo de mi mismo!. Libros, ejercicio, diarios, caminatas, la música, siestas a media tarde...

Parezco estar un poco recuperado en comparación con ese año. He pintado Hiroshima de colores, y aun cuando no he podido evitar que se torne gris como me lo propuse a principios de año, ya no es el mismo tormento que era en el 2005. Y así, viviendo como Zaratustra lo hacía en su cueva alejado de los hombres, pero criticándole todo, me conocí a mi mismo, y me di cuenta de lo pequeño que soy en este mundo y sin embargo, calibré el valor tan grande que tengo como ser humano, como hombre.

La vida ha murmurado a mis oídos que no me arrepienta por ello, que lo único que se me ha otorgado, es la posibilidad de saber una verdad superior, tal y como se lo pedía Dios alguna noche de Abril en tierras provincianas, y ella es: que nada lo es todo si no lo es nada primero. Se llega al agua mediante el fuego, alcanza el árbol el cielo tras hundirse en la tierra, se llega al cielo después de ir a dar al infierno...

Yo apenas estoy abandonando mi infierno. Aun no se lo que es el cielo. Y quizá nunca lo sabré. También eso me ha enseñado la vida. Nunca cierres tu mente a ninguna posibilidad, mucho menos a aquella que no consideras para ti.

Para este 2006, mis metas han cambiado radicalmente. Y constantemente las estoy reconsiderando. Algunas de ellas jamás las hubiera imaginado. Aun cuando se que no puedo aspirar a llamarme erudito, estudioso o intelectual, el camino de las letras y la vida de estudiante me seduce así como te seduce una mujer hermosa. Mujeres!, cierto!. Otra de mis metas es conocer una compañera de vida. No de vida tal cual, sino de vida cotidiana. Me refiero ala vida que se vive a diario, no alguien que permanezca siempre a mi lado, pues me he dado que cuando se busca eso a como dé lugar se actúa con egoísmo, sino una compañera mas bien de actividades, que comparta las tardes a mi lado unida a mi por un objetivo común. Por ejemplo una lectora moderada como yo con quien comparta impresiones sobre algún título en específico, alguna deportista que guste de cultivar su espíritu mediante un paseo en bicicleta, una sesión de alberca, o una carrera a lo largo del boulevard, una aficionada a mis gustos, una compañera de universidad, o una estudiante de japonés... Ya no quiero lo que todos quieren, solo quiero alguien que me acompañe. Aunque se que es muy probable que la mejor forma de llegar a ella es dejando que la vida nos encuentre. Cada día, eso suena con mas fuerza en mi mente, como si el viento me lo recordara cada vez que lo pienso.

Ayer, Gema en su blog de Tactics me hizo recordar algo cuando dijo: “¿por qué retratar lo que está alli?”. La naturaleza, el mundo. Eso que Dios nos ha dado gratis, ¿por qué intentar copiarlo, si está alli?. A veces me siento en algún lugar y contemplo el mundo. Me asombro. El pinzón vuela pequeño y rápido a cien metros arriba de mi cabeza. Si observas el fondo, verás como se mueven las nubes como algodón líquido y espeso que se extiende sobre el firmamento, mientras el insecto entre el césped de un jardín devora una hojita verde por ambos lados. Cierras tus ojos, y se puede disfrutar, como dijo La Rosa de Pétalos de Navaja, el ladrido de un perro a lo lejos, traído hasta ti por el soplido de Ehécatl. Siéntate en la banca, abandónate a tus latidos.

Paz, eso se puede decir que estoy hecho hoy. En eso me he convertido. Mi lado sombrío y melancólico siempre me acompañará, eso también lo sé. Dramático nací y dramático moriré. Tras el Soundtrack de Remembranzas de Battousai, las notas de Kotowari parecen resaltar las sombras de mi enigmática vida.

Primer aniversario de Mi Hiroshima








miércoles, abril 05, 2006

Tonali

Gaia. Primera rebelación: comenzando a tomar consciencia de la situación.



Por las praderas verdes,
entre las colinas doradas.

Si mi tonali es el que pienso,
oh desgracia que han de presenciar mis ojos!,
oh hermosa vida nueva que se cierne entre mis brazos.

"Siguen viajando las nubes" -escuché decir esto a Akanzu Yotto entre sueños.

¿A caso alguna vez brilló el sol mas fuerte durante el crepúsculo?.
¿Creció el roble tanto que perforó el cielo con sus ramas confundidas?
Nadie grita ya al viento!
Nadie empina el vino sobre el vaso de su amigo!.
Yo detesto a quiénes saben eso y no mueven un dedo.
¿Qué haces, pequeño pintor, pintando lo que ya Dios pintó?
¿En dónde dejaste olvidada la pequeña cajita en que tu madre
te obsequió el secreto de la felicidad?


Entre las praderas doradas,
por las veredas húmedas.
Hasta mojarme en tus ríos,
hasta bañarme en tus mares,
caminaré...
andariego...
sereno, humilde y travieso.
hasta no verme reflejado en tus ojos,
mendigo, tranquilo,
e inquieto...

lunes, abril 03, 2006

Haiku Ichi



...incluso del tierno y dulce olor del cerezo nos hastiamos.

sakura no amai hanaki momata tsukareru yo.

-Ozawa Hitoshi