domingo, septiembre 18, 2011

La decisión de Lord Siracuse


-¡Hey!, ¡Siracuse!, será mejor que vengas a ver esto.
-¿Qué sucede?
-Un mensaje, de Izlude, de la Guild de espadachines.
-Bien, –dijo dejando a un lado un espumeante tarro de cerveza el hombre de voz gruesa y cálida.

-Veamos que nuevas nos tienen los izludenses.

Frente a él, había un espadachín de mirada sobria, determinada, casi elegante. Al parecer lo habían mandado a él con un sobre cerrado, era apenas un joven. Lord Siracuse rompió el sello encerado de la Guild de espadachines de Izlude y desdobló una hoja con un mensaje adentro. Estaba dirigido a él mismo. El mensaje decía:

Mi querido Siracuse:

Te envío los resultados de la prueba de admisión de espadachín de este joven:
Ikari Matsuo. Puntuación: 360/360.

Una prueba perfecta. Entiendo que es muy necesario que los jóvenes novatos se maduren cuando menos un par de años como espadachines antes de probarse como knights, pero dada la apremiante situación que vivimos en el reino y las amenazas de invasión que nuestros espías e investigadores han estado advirtiendo desde hace unos años, pensé que quizá no tenía mucho sentido desaprovechar los talentos de aquellos que han sido bendecidos por Madre Tierra con tan preciados talentos. Este chico tiene un don con la espada, y no se quién o cómo lo haya instruido, pero me parece que sabe todo lo necesario para convertirse en kinght. Si quieres, tu mismo comprueba la fuerza que tiene su “bash”.

Por supuesto, la decisión es tuya. Si crees que es necesario que sea espadachín los 2 años mínimos requisitorios, envíamelo, aunque sinceramente te confieso que como espadachín, ya no hay nada que aquí podamos enseñarle.

Con cariño: Bonde
P.d. no creas que se me olvida que me debes una cerveza,
viejo embustero.

Lord Siracuse terminó de leer el mensaje y echó una mirada al mensajero. Incluso a él lo había engañado con su apariencia magnífica. El jovencito era un novato que mas bien parecía un swordman hecho y derecho. Permaneció unos segundos reflexivo, meditando que decisión debía tomar al respecto.
En eso, la puerta se abrió nuevamente. Dos chicas entraron a la Corporción Chivalry con unos libros entre sus brazos. Una cautelosa, más bien con finta de extranjera, la otra dulce y calmada, con un uniforme de acólita.

Buenos días –dijo ésta última.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La aventura a cuenta-gotas, me comen las ansias, me devora la curiosidad... OwO

Midori