Anoche saliste de tu escondite en mi cabeza
Y me rompiste por enésima vez el corazón.
En una carta me mostrabas la felicidad de la que ahora gozas,
En un sollozo solitario
me ahogaba en el olvido y en el tiempo de tu sin razón.
Brazos extraños te rodeaban por la espalda como enredaderas,
Enredaderas que presumían
envolver aquello que mi ardiente anhelo no alcanzó.
Mentiras verdaderas
que como gusanos se comían mi alma en descomposición.
Me sentí mendigo y entendí entonces la envidia del mendigo,
Me contagió la ira y el rencor del criminal y fue así que comprendí la ira y el rencor.
Hoy mis demonios ocultos se mofaron de mi.
¿Ha hecho tu alma un viaje astral hasta mis sábanas
para indigestarme el sueño?
¿O será que por mas que intente es imposible
de mi lucha con el resentimiento salir ileso?.
Ha sido tu despiadado silencio lo que mas me ha hecho daño,
Ha sido tu conformismo la aguja mas punzante de mi desengaño.
Será el último beso que me diste al dejarme lo que hará que te termine odiando...
3 comentarios:
Gracias Renato, Un poco triste, pero excelente lectura. Me gustaría aprovechar tu alusión al (Mal) Amanecer para invitarte a visitar una modesta tira cómica acerca de los amaneceres que acabo de publicar en mi blog.
Los Amantes del Amanecer
Muchas Gracias!
Este post... me ah movido algo, dentro del cuerpo de los sentimientos.
Me pregunto por que fue que lo has escrito??????
Pero... en parte me senti, como identificada, con ciertas palabras.
Muy sencillo, la soñé. Le soñé despues de mesesde no hacerlo. Y el sueeño me doliò... me doliò casi como s i hubiera sucedido apenas hace unos dìas...
Si, en algún tiempo al igual que tu me gustaba ver la vida solo en blanco y negro, quizàs azul, no mas...
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