martes, mayo 09, 2006

Mamá!!

Hoy mi mamá me revelo un secreto increíble. Cuando ella era niña, en los cortos años de infancia que vivió con mi abuela, poco antes de que ella muriera y mi abuelo los dejara en manos de sus tíos, mi abuela tenía una costumbre muy peculiar. Se escapaba en las tardes cuando sus hijos estaban jugando y seguros en la casa con su padre y sus primos a una papelería muy grande que estaba en la Avenida Moctezuma que tenía unos aparadores muy grandes que albergaban un sinfin de curiosdades y objetos de cerámica oriental, la cual, era propieda de unos japoneses, a quiénes mi abuela apreciaba mucho y con quienes platicaba por largas horas. Según recordó hace poco mi madre, algun mueble de la casa estaba tapizado con esas piezas de cerámica finamente pintadas de vivos colores con caritas sonrientes y mujeres diminutas en kimono con sombrillas de papel. Ella no sabe a que se debía esta extraña atracción de su propia mamá (mi abuela) or este mundo y esta gente, puesto que era tan sólo una niña, sino que hace unos pocos días, al sostener en la sobremesa una plática sobre mi y mi ya lejana huida de casa en busca de un mundo y una cultura totalmente extrañas a la nuestra, le vinieron a la mente a mi madre unos flashazos fotográficos que le hicieron recordar todo esto y contármelo esta tarde por el teléfono mientras le llamaba para felicitarle por el Día de las Madres.

Mi abuela era (segun las memorias de mi madre y de mis tíos, y de todos aquellos cuantos la conocieron) una mujer muy bella de extraordinaria voz y maravilloso cantar, de piel blanca y una gran inteligencia. Cuando lavaba la ropa o hacía algún deber del hogar a veces se ponía cantar, y cuando lo hacía, todos callaban y se escondían en algun lugar cercano para seguirla escuchando. Se casó con mi abuelo, un hombre de tez oscura al grado de parecer negro de caracter egocéntrico, altivo y orgulloso, y nadie entendía como un hombre así pudo desposar a mi abuela. No quisiera decir mas por temor a equivocarme en mi juicio, si bien son escasos los datos que tengo de la vida de mis abuelos por parte de mi madre y que ha sido todo un misterio para mi, debido a la corta edad que tenían mi madre y sus hermanos cuando ella murió. Tampoco podría asegurar que el abandono de su padre (mi abuelo) a sus hijos se debió auna profunda depresión que le causó la muerte de mi abuela. Solo puedo hipotetizar.

La pregunta que queda aquí flotando en el aire y que me ha dejado intrigado y fascinado a la vez es... ¿tiene algo que ver el hecho de que mi abuela tuviera una especial atracción por los japoneses con el camino que estoy siguiendo el día de hoy?. ¿Está vinculada de alguna manera la forma de ser de mi abuela, tnato física como intelectual con la imagen emergida en aquellos extraños sueños en que se me ha presentado de Akanzu Yotto?. ¿No es también Akanzu Yotto, aun sin saber nada de todo esto que me contó hace escasas horas mi madre, una mujer similar, pequeña, inteligente, blanca como la luna, de una voz y canto extraordinario y ahora también, con una liga emocional al mundo del sol naciente que parece emerger del fondo del corazón?. Lo ignoro. Tal vez estoy divagando mucho, pero me he quedado consternado, fascinado con esta revelación. Incluso mas allá del punto de vista poético, fiolsófico, espiritual o como lo quieran ver, entrando a terreno de la ciencia, ¿¿es posible que los genes sean capaces de transmitir a sus sucesores, además de habilidades, defectos, costitución física y caracteres, formas de pensamiento y percepción, ideologías o hasta....sueños??.

Ahora estoy contento. La verdad, nunca había sabido nada o casi nada de mi abuela. De hecho, quizá sigo sabiendo muy poco y poco pueda investigar al respecto, pero estoy contento. Sé algo de mi y de mi pasado, de mis antecesores, de mis origenes. Es como si estuviera parado en la cima de un risco y pudiera ver loq ue he dejado tras mis pasos, de donde vengo, y hacia dónde voy...

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