lunes, julio 18, 2005

Ocio III

La leyenda del mar de O'han

Inmenso y dormido, susurrante y profundo como el cielo mismo, descansaba pacífico abrazado por las rocas, o mejor dicho, abrazándolas él a ellas.
Corría el año 2089, debía ser mas o menos el día Uno-Delfín, esa temporada en que los azúrreofitos cubren con sus pétalos marinos la región de valles que quedó aprisionada por el agua en lo que un día fuera el cuerno de la abundancia. Por supuesto estos árboles no solo crecían aquí, sino que se habían extendido y multiplicado por todo el mundo al esparcirse sus semillas en el mar.

Era aquí, el pico de un acantilado sin nombre y cubierto de pasto, una protuberancia de tierra que emergía hacia la superficie como la boca de un rorcual gigante saliendo a respirar, como la longitud de un balcón extendido hacia afuera, proyectando su sombra sobreun jardín azul, el lugar en el que Angélica, desde hacía un ratito sentada sobre una piedra contemplaba el horizonte. Con pasos cansados, aunque vacilantes y aun firmes, vino pronto el abuelo desde la cabaña para sentarse a su lado.

Tenía el viejo alrededor de unos 70 años, porque las arrugas que se dibujaban en su frente y ojos eran tan profundas como el océano mismo, y albergaban en su pasado tantos secretos como el fondo mismo a los que nunca nadie podría llegar a acceder. Contempló el cielo vacío, cerró los ojos y respiró la brisa. Había estado observando a su nieta por la ventana de la cabaña unos metros abajo, y por largos minutos le pareció que ella había ido allí para conversar con el mar.

-Te he percibido un tanto inquieta, mi niña.

Enderezándose un poco, solo un poco, Angélica acomodó su juvenil espalda en angulo hacia donde apuntaba el pico y respirando lenta, sutilmente, dejó caer un suspiro en el aire y su barbilla entre sus manos, recargadas en los codos que descansaban en sus rodillas.

-No hay nada que no miren tus ojos, ¿verdad abuelo?.

El abuelo se sonrió.

-Cuando era jovén, solo unos años mas grande que tu quizá, alegaba que me hubiera gustado ver el Día Gaia. Mi madre me regañaba por desear una cosa como esa, y me repetía constantemente que mucha gente murió esa tarde. "Es como si la Tierra hubiera despertado de repente y se hubiera tragado en un bostezo a la humanidad...", decía. Naturalmente, yo no quería haber visto ese día por el hecho de ver como tods esas personas perecían, sino porque la trasformación planetaria seguro fue un espectáculo digno de presenciarse.
-¡Qué cosas dices abuelo!.
-Además, creía que si comprendía un poco cómo era el mundo de antes, podría entender mejor la razón de mi existencia y viviría con un poco mas de certidumbre.
-Creo que me siento culpable -admitió al fin la chica arrojando una piedrecita desde lo alto- .Me he negado rotundamente a acompañar a Zedhel a las tierras bajas, solo por miedo de encontrarme en un lugar distinto de en el que siempre he vivido. El solo quiere ir para allá.
-¿Y ya le has expresado tu temor?.
-No directamente, pero estoy segura que él lo sabe.
-Mmh.... -el viejo se echó para atrás y torció la boca.
-Si, si, si... lo sé. Sé lo que estás pensando...

-Ayer -continuó-, cuando veníamos de regreso del viñedo me dijo que había estado pensando y concluyó que tal vez yo estaba actuando así porque hay periodos en la vida de una mujer en la que sus sentimientos se revuelcan como el mar, y que incluso estos escapan aún a su voluntad. Asi que, según dijo, "esperará pacientemente a que la marea baje".
-...
-Veo que encuentras muy lógico ese comentario, abuelo, pero todavía yo me atreví a responderle que no era eso (en realidad no se que sea), sino que simplemente ya no me sentía lo feliz que era antes tan solo por estar su lado. En verdad abuelo, que no se si lo dije con sinceridad o no...
-Hacer un esfuerzo y acompañarle en un viaje que de antemano consideras aburrido no es la mejor manera de corresponder las atenciones que ha tenido para contigo.

Angélica se volteó hacia el viejo, como sorprendida.

-El te ayudó a construir la tobita. Aró tus cuadros y cargó tus lemas. Olvidas que fue el único que te trajo desde tu escóndite el día áquel de la tormenta, cuando estabas disgustada con tu madre porque no te permitía ciertas libertades. El amor debe ser como lo es hoy y no como lo era antes, cuando, cierto, aunque románticamente, uno de los dos asumía el papel de sirviente o ángel protector del otro, mal acostumbrandolo a gozar de todas las bondades y mermando asi su verdadero amor.
-Suenas como mi maestra de crecimiento espiritual...

El anciano y la joven permanecieron en silencio unos minutos, solamente mirando el inmenso, dormido y susurrante como el cielo mismo. Habían transcurrido ya unos minutos desde que el sol se había puesto en sus espaldas, aunque aun había algo de luz en los rededores.

-Hablando de deberes y maestros, la vieja refunfuñona nos ha dicho que hay una leyenda a cerca de este mar, y nos las ha encargado de tarea para el día de aire. Tal vez tú la conozcas, abuelo...
-Cuando era niño y apenas comenzaba a leer, mi madre me sentó un día en sus piernas y me la contó muy brevemente, aunque yo no la entendí inmediatamente.

--Cuenta la leyenda que hace muchos años, ya hacia finales de la Tierra Alta, existió una vez un par de amantes cuyo amor se vio truncado trágicamente por la distancia. Había muchas palabras en la historia oficial que yo no conocía en ese entonces y que hoy están en desuso, como economía, capitalismo, política y sociedad. Pero lo cierto es que cuando él al cabo de unos años pudo regresar y encontrarse con su amada, ésta le dijo que a pesar de haberlo estado esperando todo ese tiempo, se daba cuenta al fin que eso no era lo que quería, así que agachó la cabeza y le pidió que diera por terminado su amor. ..

Algunos dicen que ese año fue un año muy loco , hablando del clima. Que llovía mucho, y luego salía el sol, que llegaban vientos fuertes y las estaciones tardaban en llegar. "Parecía que el cielo estaba enojado o triste, que el sol quemaba la tierra con venganza por todo el dolor emanante del amante herido, y que las calles se mojaban con las lágrimas de las nubes enfurecidas. Se ha llegado a suponer incluso que ese fue el comienzo del despertarde Gaia y la transformación del 2012, aunque los investigadores afirman que ese hecho no es mas que una simple coincidencia tomada como pretexto para exagerar la leyenda, pero según cuenta la gente de los pueblos de la Tierra Nueva, él lloro tanto a su amada, que, escondido en el crater causado por un meteórito que se estrelló en la tierra, llenó con sus lágrimas el agujero y se desbordó, hasta quede sus ojos se formó el mar de O'han, que es éste que nosotros contemplamos aquí sentado, y se rumora que su espíritu aun mora en algún lugar del oceáno, en forma de delfín, esperando el regreso de su amada...--

-Es tarde -dijo Angélica incorporada y emitiendo una sonrisa al tiempo en que estiraba sus brazos-se me antoja un chocólatl tibio y un pan de sanza.
-Vamos pues adentro, tu madre debe tenerlo listo ya.
-Gracias por ayudarme con mi tarea.
-No hay de qué.

El sol se ocultó tras las montañas, y las luzófilas salieron de sus nidos en busca de alimento.

No hay comentarios.: