jueves, diciembre 29, 2005

...gracias

Gracias...


Se acaba el año. Se acaba casi.

Quiero hacer algunos agradecimientos que creo vale mas que la pena hacer mención, y con ello, daré por terminado el año. Son unos pocos a decir verdad, pero las razones son de peso.

Lo que aconteció en los últimos días desde las vísperas de nochebuena hasta pasada la Navidad no ha sido de relevancia para este diario. Al menos no en el estilo que venía manejando en los últimos posts. A decir verdad, fueron días muy tranquilos, de mucha serenidad y paciencia. El amor de mi familia en casa esta cena e intercambio de regalos fue un colchón emocional que no creí que pudiera ser tan magnánimo.

La agonía sentimental de esa triste historia de amor llamada Ruth llega al final como muchas novelas lo hacen en las páginas de un libro: terminadas ya desde una o dos páginas atrás antes del punto final, con oraciones posteriores que solo son el cierre definitivo, la paz venidera de un desenlace tortuoso, feliz, intrépido o fatalista, no importa... una no idea, el desligue del contexto en que se situó toda la obra, una palabra que se oiga bien para final de enunciado, un suspiro que se prolonga mas de lo debido...

Sólo diré que me mandó un mensaje diciendo algo así como:

-Espero que pases Feliz navidad y que cenes muy rico y bla bla bla...

Así nada más. NO se apareció, no telefoneó ni dejó pie a una respuesta. Se limitó a desearme una feliz navidad. Las palabras salen sobrando.

Para no tediar mas pues ni acumular mas palabras hambrientas de significado en este 2005, retomo la idea principal del post y paso a los agradecimientos:






Agradecimientos


-En primer lugar le quiero agradecer a Dios, por haberme permitido no sólo vivir un año mas para contarlo, sino por haberme dado la oportunidad de encarar de frente a la adversidad. Por haberme permitido luchar solo contra mis propios demonios, contra la vida dura y cruel, contra la frivolidad de un mundo automatizado, el desencanto y el desengaño, ya que ello me hizo mas fuerte y mas humilde. Se que muchas veces volteé hacia arriba, empapado en lágrimas y suplicándote, con un dejo de ira en mi corazón, que me salvaras de aquel dolor indecible, de aquella soledad desgarradora y ese hastío cancerígeno que pudría mi pecho, y no lo Hiciste...He allí mi mayor agradecimiento porque no lo hayas hecho. ¿Qué mérito tendría?

-En segundo lugar quiero agradecerle a mi familia: a mi padre, a mi madre, a mi hermana. Porque su apoyo incondicional traspasó montañas, ríos, valles y laderas, surcó cielos grises, azules y violáceos, llegando hasta mi bajo alguna forma cualquiera, como palabras de un e-mail, voz a través de un auricular, apoyo económico en la necesidad, y hasta en su misma presencia. Ahora se que sin ustedes no lo habría logrado, o estaría a mitad del camino, perdido y sin poder encontrar la salida aún. Tal vez nunca vuelva a ser como antes porque de hecho ya no soy el mismo de antes, pero sí han logrado con su amor el recordar y agradecer en el fondo de mi corazón el que me haya tocado la familia que me ha tocado y el deseo de querer formar una así algún día. Con ella, el ciclo seguiría. Lo he aprendido papá: la familia, es la célula de la eternidad.



-En tercer lugar quisiera agradecer a todas esas personas que, quizá sin quererlo, cooperaron con un granito de arena en la construcción del camino hacia el lugar en el que me encuentro parado hoy. Personas agradables que conoces en el caminar cotidiano, en el trabajo, y que con una pequeña o larga convivencia, anécdota o favor hicieron de este Renato un Renato mas resistente y conservado: De mis rumbos: Alberto, Yoselín, Lalo y su papá; de la escuela: Fabián-san, Satoshi, Pablo, Selene, Francisco, Vanesa, Walter, Ximena, todos mis compañeros de clase de japonés; de Domino’s: Alejandra, Costeño, Sandra Ortega, Mijail, Marina, el maestro Ayerim, Omar, Wamba, Edgar, Adair, Adae, Tania, Polo, Lorena, etc.; de los de siempre: Yasser, Amilkar, Pedro, Salomón, todos los indeseables; las pocas que quisieron sanar mi corazón herido: Pamela, Lucero y Rosa. De mi casa: naturalmente mi Tío, y mis primos que siempre fueron un sostén básico, elemental. De la red: Lucy, Vero, Fenririel, Arma, Cynthia Ayerim y los compañeros del foro de bicho.

-Y por último lugar, quiero agradecerme a mi mismo. Por haber sido lo suficientemente fuerte para resistir el vendaval, para sobrevivir a la tormenta, por haber recobrado la entereza y la integridad a pesar de haberlas extraviado, por haber sido capaz de expulsar de mi toda esa ira en una forma sana, canalizándola, lenta, aunque dolorosamente, y seguir en pos de mis principios y mi verdad, mi palabra...




A todos ellos MIL gracias, y sin hacer comentarios a detalle del asunto, gracias incluso también a aquella que fue junto conmigo la causa de la mayoría de las lágrimas derramadas durante el año. A todos ellos de nuevo MIL gracias y bonanzas les acompañen el próximo año que a la vuelta de la esquina está.

Faltan un par de días para que se acabe el año, pero ya solo los dejaré pasar. Posible inactividad de Hiroshima por las próximas dos semanas. Posiblemente no. Por la vida y por el alimento, mil gracias...

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