-Buenos días.
Algo me olía mal. ¿Por qué me había lanzado esa mirada el viejo?. ¿Qué pretendía?. En esto estaba mi mente aunque sin demostrarlo mi lenguaje corporal, cuando un par de muchachas entraron a interrumpir la escena, justo cuando el señor que había leído el mensaje parecía que se había decidido a decir algo.
-Buenos días señoritas –dijo el viejo- ¿en qué podemos servirles?
-Venimos de la biblioteca, traemos unos libros para Lord Winsor. El bibliotecario se halla ausente por cuestiones familiares y me pidió que se los trajera a la Corporación Chivalry. Son los libros que pidió.
-Winsor tampoco está querida. Le dimos vacaciones a esa roca silenciosa, ¡¡¿no es cierto muchachos?!!
Una multitud de hombres que estaban en la sala y que no había notado que estuvieran pendientes de la conversación, respondieron en coro.
-Pero aquí déjamelos cariño, – prosiguió el viejo- yo mismo se los daré cuando regrese.
-Le agradezco, tome… emmh… me pregunto…
-Anda querida, pregunta lo que quieras, no te apenes.
-Si, gracias. Quería saber si un espadachín amigo mío aprobó su examen de kinght… es que… quería pedirle un favor.
-Acércate con el viejo Choy, el tiene la lista de aprobados.
“Si no me equivoco, esa niña debe ser una aprendiz de sacerdotisa. Mi maestro me dijo que en Prontera estaba la escuela de acólitas ¿qué clase de favor querrá pedirle a un knight?”. “ Y esa otra que viene con ella… mmm… se me hace conocida..”¿será una hija de Amaterasu?, tiene los mismos ojos que cualquiera de ellos.
-Mira! –celebró Jery- sí está en la lista de aprobados… pero dice que inicia su entrenamiento hasta dentro de cuatro días. Tendremos que esperar a que vuelva,
“Pude observar como la cara de la chica que venía con la acolita se tornó en preocupación. Pude escucharla murmurar incluso en voz baja: Cuatro días, es mucho Jery, “mamá me matará”. Luego, la acólita le dijo algo y se la llevó para afuera, no sin antes despedirse amablemente.
Entonces la mirada del viejo se volvió seria de nuevo. Me miró y me dijo al fin:
- Ven conmigo, muchacho. Sígueme.
Salimos de la Corporación Chivalry y rodeamos el edificio hasta la parte trasera. El sol había arrasado completamente la neblina que en la mañana me había sorprendido en el camino desde Izlude hasta Prontera. ¿Qué tendrá en mente el viejo?.
-¿Sabes que decía el mensaje que te mandaron traer?
Negué con la cabeza.
-Decía que tienes una espada muy potente. Que obtuviste una prueba perfecta. Que tienes un don especial y que no hay nada en Izlude entre los espadachines que puedan enseñarte…
…
…
-¿Sabes que pienso yo? –prosiguió el viejo, adoptando un aire de ironía- creo que Bonde ya está envejeciendo, y se está haciendo dócil. Creo que está suavizando mucho las pruebas de admisión para espadachines, y que en realidad no eres tan bueno como pareces…
¡¡!!
-… no dudo que tengas una buena estocada, pero no creo que seas mejor que éste o aquel. Incluso dijo, estar asombrado, por tu “bash”. Bah!, casi creo que es una broma. Pero en fin…supongo que se vería mal si contrariara a un hombre como Bonde, así que, aunque estoy en desacuerdo, te aplicaré la prueba para convertirte en Kight. La primera de 4 pruebas… ven sígueme, trae tu “poderoso bash” .
“Pero que rayosss!!, ese maldito anciano!!, ¿y que quiso decir con “poderoso bash” en ese tono sarcástico. Por un momento, casi perdí mi temple. A pesar de mostrarme tranquilo la sangre en ebullición corría en mi cabeza. Si no fuera porque se que se trata de uno los lideres de la Corporación Chivalry, ya le habría retado a duelo para que viéramos de una vez por todas si servía o no mi “poderoso bash”.
Se dirigió hasta la puerta trasera de un edificio y abrió una puerta oxidada. No tuve mas remedio que aguantarme mi coraje y seguirlo.
-Cuidado…hay ratas. A las mujeres les espantan.
¿Era eso una indirecta, me había llamado mujer?. Qué arrogante!.
Bajamos hasta una especie de sótano, y de allí en adelante, bajamos por una escalera submarina, hasta unas habitaciones subterráneas entre el sistema de cloacas de la ciudadela. Llegamos hasta una puerta grande y pesada. El hombre la abrió con una sola mano con una facilidad que ya no supe si era otra muestra de arrogancia o trataba de hacerme sentir débil. La puerta chilló estridentemente.
Eché un vistazo rápido y sagaz. Era un pasillo largo y oscuro, con antorchas a cierta distancia sobre las paredes, como un túnel oscuro y traicionero.
-Anda! ¿Qué haces ahí parado?. ¿Crees que voy a esperar todo el día a que te decidas mover un dedo?. Te espero a la salida.
Acto seguido me dio un fuerte empujón por la espalda y me aventó violentamente al interior, y azotó la puerta. ¡Yo no podía creerlo!, aguantar sus fanfarronerías era una cosa, pero que pasara al plano de la agresión física era algo poco leal en un Knight, de su categoría, de un Lord Knight…
Avancé furioso por el largo pasillo. ..
De pronto…unos sonidos extraños empezaron a hacerse. Al instante mi katana se simbró. Era el espíritu depositado en ella el que me alertó y me preparó para el combate.
Permanecí en vigilia unos instantes, esperando…esperando…
Fue en un momento, menos que un segundo. Una mancha se abalanzó sobre mi, directo al rostro. Alcancé a esquivarla y acto seguido, una raya vertical la atravesó en dos, fue mi espada que reaccionó casi por instinto. Apenas vi el enorme bicho partido en dos ene l suelo derramando un líquido viscoso sentí otra presencia. Esta vez, por debajo de mí. Una serpiente buscaba mi tobillo
-¡Estos bichos traicioneros! –increpé.
En menos de un instante, al menos dos docenas de insectos grandes y serpientes buscaban alcanzarme, e incluso una gran tarántula.
“¿Sólo esto, sólo bichos?”, acababa de pensar cuando oí unas pisadas de lo que parecía ser un animal mayor. Me agazapé. Enfundé mi espada sólo para dar un golpe definitivo a todos aquellos bichos que quedaban a mi alrededor. La técnica así lo exigía, el golpe venía desde la funda misma. Una técnica creada por mi maestro y transmitida a mí, para ser usada en situaciones especiales.
Aparecieron frente a mi un par de lobos del desierto, jadeantes, pelando los dientes gruñéndome, luego un tercero.
Así, por entre pasillos y habitaciones me fui abriendo camino cada vez con más esfuerzo. Las bestias y monstruos eran cada vez más y más fuertes. Con mucha repugnancia pero a la vez con determinación blandí todo tipo de animales y hasta goblins, unas pequeñas criaturas maliciosas que se esconden tras una máscara sonriente.
Cuando sentía estar llegando al final del recorrido, , por mi frente resbalaban unas gotas de sudor y mi espada estaba empezando a enfurecerse. Recordé el tono sarcástico del viejo, y me enfurecí aún mas. Los goblins no dejaban de aparecer al por mayor. En un mal paso, uno de ellos se prendió a mi pierna y me asestó una mordida cerca del talón. Lo pateé, pero cuando hice esto, uno más me brinco y se me colgó del cuello. No pude soportar mas aquello, enfundé mi espada, y preparé mi técnica. Estaba a punto del fracaso. En un esfuerzo de último recurso, logré despojarme de aquellas criaturas, y pude derrotarlos, pero el aire se me estaba agotando. Fue cuando me di cuenta que el lugar carecía de ventilación y que faltaba el oxígeno allí. Avancé a la última sala y vi un centenar de porings, lunatics, fabres y una que otra mosca.
-Acabemos con esto de una vez! –grité, y en un santiamén, acabé con ellos.
Justo al estallar en rosas y gelatinosas gotas el último poring, se abrió la puerta final y apareció Lord Siracuse. Pero no supe si era el. Estaba cambiado. Ya no era él. Tenía una expresión melancólica y compasiva en el rostro…
Entonces, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Sin saber porqué exactamente, tuve el presentimiento de que había cometido un grave error… avanzó hasta mi con una mirada condescendiente y se puso de cuclillas junto a mi (yo estaba recuperando el aire con una rodilla y mi espada apoyada de punta en el suelo.
-Desde que entraste con el mensaje, supe que eras bueno con la espada en la mano, así que quise ver qué tan bueno eras con tu corazón. Estos pequeños animales –dijo levantando entre sus manos una de las partículas rosas que ahora empezaban a escurrirse entre la tierra- le dan vida y alma al bosque de Prontera. Proveen una sustancia a veces útil llamada jellopy, que algunos habitantes usan para comerciar, pero incluso cuando cualquier persona, sea un pueblerino o un arquero necesita de esa sustancia, y le quitan la vida a uno de ellos, hacen una oración al final del dia para pedir perdón por haber matado a una criatura inofensiva de este mundo. El espíritu de un knight no solo debe estar lleno de fuerza y voluntad, también de honor, lealtad y respeto. Cuando te hablé tan arrogantemente allí afuera, fue solo para provocar tu ira, y te pido perdón por ello. Sabía que al llegar a este punto con tu corazón agitado y tu espada brava, enfrentarías la prueba mas difícil de todo aspirante a Knight: controlar tus ímpetus, y sobreponer a tu ira tus valores. Sin eso, no puedes ser Knight de verdad…
Para cuando el hombre terminó de hablar…mis pupilas luchaban por no dejar salir esas cuencas salinas y ardientes que se formaron en mis ojos. Mi orgullo estaba lastimado, mi mano arrepentida.
-Sin embargo… -no acabó allí el hombre- debo reconocer que tienes un blandeo excepcional. Nos brincaremos los protocolos. Ven, levántate muchacho, enjuga esas lágrimas y presta mucha atención. Te encomendaré una misión muy importante. Si la llevas a buen término, te convertiré en Knight…