sábado, diciembre 10, 2011

El Evento de Donación de Armas (5 de 5)

Alma despertó cuando unr ayo de luz se filtró por la abertura de la tienda de campaña y le pegó en el rostro. Tras recobrar la consciencia del espacio y el tiempo en el que se encontraba, sintió una paz extraña: había amanecido. Ya todos estaban despiertos, y empacaban sus cosas. El bosque pronteriano amanecía con un suave cantar de pajarillos y murmullos provenientes del riachuelo.

-Ya está! -anunció Jery- vengan antes de que se enfríe.

Todos se acercaron a las últimas brazas de la hoguera. Jery habia hecho chocolate. Se pusieron a desayunar aprovechando los últimos momentos del campamento. Pronto sería tiempode volver a la ciudadela, y despedirse. Alma sintió que faltaba alguien, ¿pero quién?.

-Falta alguien. ¿Y Matsuo?
-Se adelantó a irse. Fue por el Peco.
-¿El Peco?
-Si, dijo que Sir Siracuse le pidió que fuera él quién te llevara de regreso a Hugel.
-¿¿¿Qué???...p-pero...
-Si!, yo también dije lo mismo -apuntó Ayako- ese engreído ya va a montar un Peco y ni siquiera se ha convertido en knight (ToT) ...¿por qué la vida es tan injusta? (TwT)


Todo el camino de regreso hasta Prontera fue algo triste para Alma. No quería llegar nunca. Por primera vez en su vida, no quería llegar nunca…

Mirna lo notó. Empezó a caminar lento, muy lento de manera que se fue retrasando a propósito del grupo, para acercarse al Poeta, que caminaba hasta atrás, y se acercó a comentarle algo al oído.
-Parece que alguien del grupo está sufriendo por dentro –dijo él cuando vio que Mirna intentaba comunicarse.
-Para ella, el viaje terminó.
-Para ella, el viaje apenas ha comenzado –apuntó el- sólo que aún no lo sabe.
-Y eso la está matando. Regalémosle una esperanza.
-¿La canción?

Ella se sonrió. Y su sonrisa le pareció al Poeta la de un ángel.

-Le queda perfecta –continuó la bailarina- por eso la compuse. Vi claramente esta escena una tarde, que venía de vuelta por las cuevas del este, al salir a la luz por la jungla de Papuchiha.
Entonces, haciendo uso de sus habilidades, de pronto comenzó a sonar una melodía que venía creciendo, poco a poco, en el viento, haciendo escala en las ráfagas, revoloteando como pelusas flotantes de un amanecer pronteriano. Y al poco de la música, le siguió una voz. Oh!, una voz afinada y dulce, delgada como la ligera línea que separa la vida de la muerte, pero sobre todo, apasionada, una voz que sorprenderí a todos mientras caminaban hacia la puerta Oeste de la ciudadela, la voz de Mirna…
Entonó aquella nueva canción que hace poco habían compuesto ella yel Poeta, en una de sus tantas lunas de música y de amor. Y la cantó en el lenguaje oficial de la Tierra de Midgard, que es una lengua extraña pero fascinante:




Kyowoolae dacheotdon chamooneul yeol go
Musec? Ha-neunmankum nal
Saranghanda haeso…


Theme of Prontera





She opens the window that's closed during winter
and she looks up to the skies she loves
she thinks of going back at times but
too much will be lost for it is too late.

Like a bird of the sun, she flies far
the world disappears and the stars soon sleep
and you'd think you'd never see her again
but she shows up again come the solstice of summer
She feels like wine as she touches your mouth
and she settles deep inside
crying in your sleep, you might meet
for she lies within your dreams
from what lies in you, she adjusts
and she makes herself shown
how the eyes long to see her and probably in dreaming they will see clearly
and maybe then you will forget ...



...and maybe then you will remember.




La canción terminó justo cuando el grupo de jóvenes y los dos adultos llegaron a la puerta Oeste, por la que habían salido un día antes, al atardecer, como si ella misma se hubiera alejado m{agicamente para esperar a que la bailarina culminara su notable actuación.



Para cuando esto pasó, los ojos de Alma se habían llenado de un tono cristalino vidrioso. La canción le había penetrado hondo en el alma como una flecha, pero, a pesar de ello, se había animado un poco. Comprendía que no podía haber vivido días mas emotivos que los de la última semana. Ahora, era tiempo de volver a su viejo Hugel.
Cuando estaban a punto de cruzar la puerta de accesoa al ciudadela, Un animal emplumado de poco menos de dos metros de las patas a la cabeza apareció con un chico en sus espaldas, montado.



-Ah, veo que ya estás lista. Anda, sube, supongo que ya te avisaron que seré yo quien te lleve de vuelta a tu pueblo. Y según me informaron, tenemos que hacerlo en tiempo récord. O te las verás con tus padres.


A Alma le latió rápido el corazón. Prontera se le escapaba de su vida como el agua viva entre las manos…

sábado, diciembre 03, 2011

El Evento de Donación de Armas (4 de 5)

-Mmmh… deliciosas. Ya había oído de la fama de las priests para la cocina.
-Gracias. Aun no soy priest.
-Lo serás –apuntó El Poeta.



Jery estaba un poco avergonzada. Estiró la mano y le pasó otra banderilla. Sentía que eran mundos opuestos. Ella estaba siguiendo el camino del recato, del sacrificio, de la oración, mientras que Mirna parecía que ya lo habpia vusto todo, o una gran parte de ello. En sus ojos flameantes y profundos se adivinaba una mujer de mundo, de sensaciones, terrenal… pero… ¿la mujer que estaba frente a ella, con todo su glamur, su voluptuosidad, sensualidad y aparente carisma, en verdad era todo lo contrario?, ¿era su propio rubor y su incomodidad la señal inequívoca de un prejuicio infundado sobre las bailarinas del reino?.

Un racimo de brazas se elevó por los aires. Ohan había echado un leño más a la hoguera a una indicación de Matsuo. La oscuridad había envuelto todos los alrededores, pero el pequeño grupo de jóvenes y dos adultos se sentían resguardados de la noche honda. Se había desatado una plática sobre las palabras que había pronunciado Sir Siracuse durante el Evento de Donación. Los muchachos querían saber si la situación era tan grave en el reino como para ameritar un cambio de identidad, y deseaban poder saber exactamente qué estaba pasando.

-Nadie puede saberlo con seguridad –afirmó El Poeta- si así fuera, Chivalry ya hubiera controlado la situación. Lo que si puedo decirles, es que deben estar muy alerta partir de ahora. Su generación será muy diferente a las anteriores. El de ustedes será un mundo mas peligroso.


“No los espantes” –dijo Mirna. Estaba sentada junto a él, con la pierna cruzada, y al decir esto, tiró un manotazo al aire y luego le limpió a su amigo con una sutil caricia los restos de comida que le habían quedado luego de dar una mordida a una banderilla.

-Deberías contarles tu sueño.
-¿Cuál sueño? –preguntó Ayako- ¿es malo?.
-Oh no!, no creo que sea buena idea. Ya deja de jugar con ellos.
-¿Cuál sueño, cuál sueño?. Cuentanos.
-Mirna es… especial. Ella, tiene sueños premonitorios con cierta frecuencia.
-No le hagan caso.
-La última vez que me habló de uno de ellos no pude dormir tres noches.
-Eres un loco. Yo no te dije que hicieras eso.
-He comprobado por experiencia propia que cuando Mirna sueña algo no debes pasarlo por alto.
-¿Y cuál es ese sueño? –insitía Ayako, que ya había caído presa de su innata curiosidad.
-Cuentanos, Mirna –secundó Alma, y luego Ohan y hast aJery asentó con un movimiento de cabeza.

Mirna, viendo que no le quedaba otro remedio, suspiró, hizo una pausa y empezó a narrar su sueño. Mientras lo hacía, el Poeta con su instrumento de cuerdas y una flauta multiple de tubitods de bambú de distintos tamaños que se puso a manera de colguije al cual soplaba a la par que con destreza tocaba los acordes, acompañó la narración de la dancer con una
melodía mística y misteriosa.


“Voy caminando de noche por un desierto… no sé que hago allí, pero la luna llena brilla en el cielo. Agacho la mirada, pues hace frío. Entonces, de pronto oigo un grito, horrible, lastimero, como si alguien muriera de la manera mas dolorosa que se pueda imaginar. Quiero correr pero no puedo. Entonces veo una sombra que tapa la luna, y lo oscurece todo. Me caigo sobre mis rodillas, el suelo ha empezado a temblar. Luego veo una luz, cegadora, intensa. Me cubro el rostro, no la aguanto. Me hago un ovillo sobre el suelo arenoso. Y entonces siento cosquilleos por todo el cuerpo y las manos. Son escorpiones enormes y larvas que infestan la tierra…¡son tantos!”


-¿Y luego…qué sucede?
-Nada, eso es todo lo que puedo recordar. Pero insisto en que no le hagan mucho caso a este hombre. La gente tiene pesadillas de vez en cuando. Fue solo un sueño.
-Uuuy! ¿qué querrá decir?, ¿sucederá algo?.
-Ay! Ya cállense. ¿Porque dice cosas tan feas?.
-Jajaja!, vamos Jery, si algo pas ay todos quedamos tirados muertos en el suelo tú serás la encargada de darnos Resurreción antes de que sea demasiado tarde.
-¿Bromeas?, aun no he podido ni curar ni al conejito y tu ya hablas de resurrección.


El aullido de un lobo solitario sonó lejano. Mas al norte de allí, aunque no muy lejos, los campos pronterianos se tornaban en una especie de bosque templado de vegetación espesa e intensa en el que habitaban algunas manadas de lobos salvajes.

Durante largo rato continuaron el músico y la bailarina hablando de cosas tenebrosas. Contpandoles a los jóvenes algunas de las leyendas que rondaban en el reino y las misteriosas muertes y desapariciones de personas en torno a ellas, fantasmas y demonios devoradores de almas.

Cuando la tensión creció suficiente para poner los pelos de punta a Alma y Jery, nerviosos a Ohan y Ayako y hasta un poco inquieto al mismo Matsuo, el Poeta decidió que era hora de aliviar el ambiente y sacó su flauta y otros dos curiosos instrumentos, volteó a ver a Mirna y decidió que ya era hora de ir a dormir.

Al cabo de un par de horas y de pláticas mas agradables, poco a poco los jóvenes se fueron metiendo a las casas de campaña. En una se metieron las mujeres, y en otra los muchachos. De manera implícita todos sabían quiénes eran los que brindarían protección por lo que restaba de la noche. Mirna en la casa de campaña de las chicas, y El Poeta en la de los chicos. Además, todos confiaban de alguna manera también en la espada de Matsuo, pues aunque era joven como todos ellos y no le habían visto pelear aun, presentían su gran habilidad.

En algún momento de la noche Alma se asomó al sentir que alguien abandonaba la casa de campaña de las chicas y pudo ver que Mirna salía a sentarse al tronco sobre el que habían estado a hacerle compañía al Poeta, que permanecía vigilando el campamento. Los escuchó platicar por espacio de unos quince minutos a voces bajas, y también vio a Mirna darle un tierno beso en la mejilla al músico antes de regresar a dormir.

domingo, noviembre 13, 2011

El Evento de Donación de Armas (3 de 5)

Durante el día, los bosques templados de los territorios pronterianos eran, la mayoría de los días, pacíficos, e ideales para un día de campo. Todas salvo la puerta sur, que en los últimos años se había visto invadida periódicamente por oleadas de monstruos y alguno que otro demonio que intentaba ingresar a la ciudadela. Así que en dicha puerta se había concentrado una resistencia permanente, conformada por guerreros del reino que defendían el acceso con bastante éxito. De hecho, aun si en algún momento no hubiese nadie para impedir llegar a alguna criatura maligna las murallas de Prontera, tanto los muros como la puerta estaban sellados por un poderoso conjuro santo hecho muchos años atrás por un legendario Gran Sacerdote y sostenido por fuerzas divinas provenientes de la Catedral. No era una barrera física, era mas bien como un aire enrarecido que repelía cualquier criatura que desprendiera de si vibraciones negativas. De tal manera que el portal invisible, solo dejaba pasar personas y las mascotas inofensivas que les acompañaban.

El Poeta y el grupo de jóvenes decidieron no arriesgarse a acampar cerca de la puerta Sur y se dirigieron al ala oeste, la izquierda en relación a la posición del territorio, muy cerca de una pequeña elevación de terreno a unos treinta o cuarenta o metros del joven río que atravesaba los campos pronterianos. Allí solo había pequeños lunatics, porings, pupas y otra pequeña fauna.

-¿Por qué no van ustedes a buscar un poco de leña y ramas secas para encender el fuego cuando anochezca? –preguntó Jery unos minutos después de que eligieron el sitio donde habrían de pasar la noche.
-¿Tú que harás?
-Crearé protección. Santificaré el lugar, bendeciré la tierra con un poco de Aqua benedicta para pedir que no nos suceda nada.
-Muy bien. ¿Vamos Ohan?
-Vamos.
-Nosotros revisaremos los alrededores, para cerciorarnos de que es seguro –dijo El Poeta, refiríendose a él y a Matsuo.
-¿Quieres que te ayude a Algo Jery? –preguntó Alma viendo que sobraba.
-Has estado conmigo prácticamente todo el día y todos los días desde que llegaste, veo que tienes ganas de ir a echar un vistazo, ve con ellos.


Alma sonrió y se dio la vuelta, quería ir con Matsuo y El Poeta, pero cuando se dio vuelta y los buscó con la mirada, ya no estaban, habían desaparecido demasiado rápido. El crepúsculo apenas empezaba a caer y los tonos empezabana a pintarse opacos.

-Espérenme – dijo, y corrió para unirse a Ayako y a Ohan.


Jery mientras tanto, retiró las mochilas y pertenencias de todos, disponiéndolas en círculo. Trazó una estrella en el suelo circunscrita en una circunferencia de unos pocos metros de diámetro. Extrajo una pequeña ánfora de su bolsita de cuero, retiró la tapa, y roció unas gotas. “Aqua benedicta, divina protection, aleja el mal de esta tierra, te lo ruego en nombre de Dios”. Sacudió el bote un poco e hizo una oración silenciosa.

-Hay muchos lunatics por aquí. Parecen los conejos de la Isla Tortuga, solo que mas pequeños.
-En Hugel hay un criadero de ellos.
-¿En serio?. Nunca he ido a Hugel, cuando sea una caballera y monte un Peco, visitaré tu tierra. ¿Me darás asilo?
-Claro.
-Creo que por allá encontraremos algo de leña –señaló Ohan con la katana que había recibido del evento….


Caminaron en dirección que sugirió el muchacho y hallaron las ramas caídas de un árbol. Ohan probó el filo de su katana.


-Vaya!, sí que es buena –apuntó Ayako al ver el corte quirúrgico de la hoja de metal.
-A ver, prueba la tuya.


Ayako sacó su espada de dos manos y apuntó bien a un viejo leño y grueso que estaba cerca de la base de un tronco. Pero algo se movió justo cuando estaba punto de blandir.

-¡No, espera! –gritó Alma y se agachó a mover el leño. De entre las marañas y varas sacó un pequeño animalito blanco, como una esponja blanca que emitía un sonido agudo similar al maullido de un gato- Mira, es un conejito…
-Ay! Pobrecito, casi te hago pinole pequeñín –dijo Ayako agachándose y acariciándolo.
-Esta infestado de lunatics aqui.
-Espera, parece que está lastimado…
-¿Qué tiene?, ¿está herido?
-Aquí su patita –dijo Alma tomando la pequeña extremidad del animalito y mostrándola a Ayako y Ohan- es sangre…
-¡Llevémoslo con Jery! ¿Creen que pueda hacer algo?.
-Dijo que estaba aprendiendo curación –señaló Ohan recargado en el mango de su katana clavada en el suelo.

Las dos chicas anduvieron de regreso hacia el campamento dejando toda la carga de leña a Ohan, que aunque con problemas la transportaba, no reclamó demasiado. Las jóvenes iban fascinadas con el animalito.

Cuando volvieron, ya Matsuo y El Poeta habían vuelto e instalaban instalando dos tiendas de campaña ovoideas que el músico siempre llevaba consigo. Era un peregrino, y formaban parte de su equipo básico. Sus largas travesías por todo el reino lo habían llevado a explorar cientos de regiones con la maestría del águila y la astucia de un zorro. Jery sacaba de su mochila trastos y alimentos que de última hora habían comprado antes de salir de la ciudadela: salchichas, queso, verduras, aderezos y palillos con los que pensaba preparar banderillas para todos.


-¡Mira Jery!, ¿puedes curarlo?.
-¿Qué es?
-Un conejito.
-Ah, un lunatik.
-Creo que tiene quebrada su patita.

Jery examinó al animalito. Lo acarició un poco. Intentó poner su mente en blanco y seguir los pasos que la madre Teresa le había dicho que debía seguir para efectuar Curación. El animalito le resultaba muy tierno así que crear empatía no fue obstáculo. Luego seguía comprender su dolor. Para esto imaginó que ella misma tenía uno de sus brazos rotos aunque muy en el fondo sintió que al no ser así, falló un poco en este paso. Luego sintió nacer en ella el deseo de ayudarlo. Esto fue fácil también pero ya su corazón sentía dudas respecto al paso anterior, de tal modo que, para cuando quiso invocar toda su fe y fuerza de voluntad para efectuar el movimiento final (unir ambas manos y canalizar su fuerza interior hacia el afectado), la cadena ya se había roto. El conejito se quedó como esperando algo.


-No!, no puedo!, no puedo! –se lamentó la acolita.
-Dale tiempo al tiempo –dijo el poeta quién se sentaba un viejo tronco que había recostado sobre el césped a manera de banca- la semilla en la tierra no da brote apenas la ocultas del sol… debes ser paciente.
-¿Será suficiente con esta leña? –preguntó Ohan señalando hacia el montón de varas y ramas que había dejado caer sobre el suelo.

El Poeta examinó. Y sentenció con un movimiento de cabeza.


-Mañana intentaré de nuevo –dijo Jery metiendo al lunatic a su mochila ya vacía, aunque dejándole un poco abierta para que pudiera respirar. Le dio un trocito de zanahoria, por suerte traía algunas- quizá a la luz del sol pueda concentrarme mejor.

Prácticamente había anochecido. Los alrededores comenzaban ya a verse, o mejor dicho, a no verse. Solo un negro profundo y sólido alrededor de ellos alrededor de la fogata que pronto cobró vida y empezó a proyectar sombras danzantes en los tallos de los árboles, y en la tierra desnuda.

-Uuuuy! – como que si da algo de nervio –dijo Ayako abrazándose a sí misma.
-Ya no hay marcha atrás, tendrás que hacer esto de vez en cuando, cuando seas una Knight , así que vete acostumbrando- Matsuo, el muchacho que tenía finta de samurái, hombre por cierto de pocas palabras, se había animado a hablar.
-¡Ay, tu siempre me molestas!
-Shht!, calla… algo viene…


Los muchachos guardaron silencio y arrojaron una mirada en dirección de donde Matsuo miraba. Sus jóvenes corazones empezaron a ponerse turbios. La noche era avasalladoramente temeraria. Un movimiento oculto pareció escucharse entre los árboles. Ayako se pegó a Ohan. Luego recordó que era ya una swordman y se reprendió a sí misma esa actitud de cobardía. Sintió el mango de su espada. Ohan también buscó el mango de su Katana. Jery se puso de pie y abrazó la mochila con el lunatic mientras fue a esconderse tras de Ayako y Ohan. Matsuo fue el único de los adolescentes que permaneció estático, serio, y concentrado en adivinar qué era lo que se movía entre las sombras, ya a muy pocos metros de ellos. Los corazones palpitaban, segundos de un suspenso creciente llenó sus mentes y los hizo imaginar cosas indecibles. Un crujir de hojas de césped se sintió emerger de las sombras. Ohan apretó fuerte el mango de su katana.

-Esperen! –dijo Matsuo al percatarse de que Ohan estaba presto a desenvainar- tal vez sea humano.
-Claro que es humano –dijo El Poeta que era el único que se mantenía con una sonrisa en el rostro. Se echó a la espalda su instrumento y caminó hacia la fuente de las pisadas que se aproximaban- y de hecho –continuó- no solo es humana, sino que además es una belleza… les presento a Mirna.

De las sombras emergió una mujer con una sonrisa clara como las perlas del mar. Llevaba un bello pantalón traslúcido de seda fina y de la cintura para arriba una ombliguera también traslúcida detrás del cual se alcanzaba a adivinar un bello top blanco de algodón refinado. Su cabeza era coronada por un aro de verdes y frescas hierbas de olivo. Un par de caireles rizados caían sobre su frente. Era una dancer y era una vieja y querida amiga del Poeta.


-Te tardaste en llegar –dijo él, y la recibió con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla.

miércoles, noviembre 09, 2011

El Evento de Donación de Armas (2 de 5)



Los estandartes ondeaban en la pequeña explanada..

Ayako, Alma, Jery, Ohan y Matsuo llegaron cuando ya el espacio empezaba a congestionarse. El sitio era una plataforma alta a un costado de la parte trasera del castillo. Los muchachos subieron la escalinata para llegar allí, a la plancha de piedra cortada, a un costado de la fuente. Al otro lado de la muralla que limitaba el lugar, estaban las aguas azules y transparentes del lago que servía de principal afluente de la ciudad, bajo las riberas escarpadas de piedra estratificada. El viento vespertino soplaba tibio sobre los amplios patios del Castillo de Prontera.

De vez en cuando, Jery volteaba a echar un vistazo entre los muchos novatos esperando a que diera inicio el evento. Sabía que quizá él anduviera por allí. Lo conocía muy bien, no se perdía ninguna oportunidad de recibir algo gratis. Tampoco, de pedirle que se casara con ella cada vez que la veía… habían sido ya tantas veces, que empezaba a considerar el decirle que sí. Lo buscó con la mirada, una vez más… pero el guerrero recién ascendido del cabello rojo no se veía por ningún lado.

-¿A quién buscas, Jery? –preguntó Ayako siempre curiosa con quién sea y en donde sea.
-No…nadie.

La campanada de segunda llamada había sonado mientras los jóvenes venían de camino. Para llegar a la parte trasera de la ciudadela, donde se hallaba el Castillo, habían tenido que cruzar la puerta-puente de acceso y entrar por unos pasillos largos con salones cerrados a los costados con candelabros de ocho velas colgados del techo. Cuando pasaron por allí, Alma se sintió sobrecogida por la música de una pequeña sinfónica que ensayaba una pieza musical llamada “Great Honor”.

-¿A qué hora va a empezar? –preguntó Ayako impaciente.
-Esperemos que ya no tarden mucho –señaló Ohan.
-Cuando esté totalmente llena la plazoleta y ya no sigan llegando –apuntó Jery- ya la Corporación Chivalry hizo donaciones masivas en el pasado. Así siempre es…
-¿Oye y…¿tú por qué casi no hablas?

Matsuo dirigió una mirada a Ayako, sintiendo que de alguna manera había sido una descortesía.

-No suelo ser tan social como ustedes –respondió fríamente.
-Lo entiendo de Alma, que en nueva por estos lares. Ella nunca había salido de Hugel y ahora mírala, en el mismísimo corazón de Prontera, es mas…en el centro del poder del Reino de Midgard, jajaj!... a mi también me pasó la primera vez dijo dándole un codazo a la susodicha- ya te acostumbrarás.
-Miren, creo que va a decir algo –diho de pronto Ohan señalando a un Lord Kight que se aproximaba.

El silencio se hizo. Era imposible no permanecer en silencio por unos segundos cuando un Lord Knight aparecía. ¡Eran tan imponentes!. Con su armadura gruesa y voluminosa, sus mayas de acero, placas y sotanas tan pulcramente recortadas. El tintineo de sus espadas al andar, su mirada firme y decidida, eran personajes excepcionales. Luego, tras de él llegaron un par de hombres mas, uno el gran Siracuse y otro, desconocido y casi tan imponente como los dos anteriores, un cruzado.
-Wow! infunden respeto –dijo Ayako conteniendo el aliento.
-Y en ti, sí que es difícil –comento sarcásticamente Matsuo.
-Ahh!¡¡ Que has dicho!! Mas vas a pag…. –Jery le tapó la boca, diciéndole:
-Calla, va a comenzar.

El Lord Kinight se paró frente a la multitud, con una mano en la cintura. Volteó a ver a Sir Siracuse, quién con un movimiento afirmativo de cabeza le dio autorización y entonces, comenzó a hablar:

-¡Primeros Jobs!, espadachines, en su mayoría, aprendices de hechiceros, arqueros, mercantes… ¡Bienvenidos sean a éste Vigésimo Evento de Donación de Armas!

Una emoción palpitante inundó el lugar.

-Antes de proseguir con la donación de armas y explicarles la mecánica, deben escuchar lo que Sir Siracuse tiene que decirles, así que les pedimos de la manera más atenta, presten atención. Como seguramente ya sabrán, él es Segundo al Mando en la Corporación Chivalry, la organización encargada de la seguridad del Reino de Midgard y el bienestar social de todos los habitantes dentro de las murallas de Prontera, e incluso muchas veces, mas allá de ellas. A partir del día de hoy, le pertenecen a esta corporación.

-Odio cuando dicen eso –murmuró Ayako.
-Shhht!
-Ustedes eligieron este camino. El camino de proteger y defender cada alma, cada vida humana que así se los pida, que así se los requiera en sus interminables caminos hacia la verdad. El código es simple: ¡honor, respeto, lealtad y bravía en el campo de batalla!. Por Midgard!
- ¡¡¡Por Midgard!!!!! –respondió la multitud, en un coro a voces.
- Waay! Qué emocionante!.

El Lord Knight se hizo a un lado y Sir Siracuse avanzó con paso lento y despreocupado al centro, a ocupar el lugar del LK anterior.

-Escuchen, hijos… yo se que ya están ansiosos por elegir sus espadas, así que hagamos esto rápido, ¿está bien?. Iré al grano. Esta vez quisimos darles un mensaje antes de la donación, porque creemos que es importante. ¿Ven aquel péndulo que sobresale sobre la ciudadela?. Es la biblioteca de Prontera… deberán pasar allí en los próximos veinte días. Todos, absolutamente todos. ¿A qué? A registrar su cambio de identidad.

Hubo murmullos de asombro ¿cambio de identidad?, se preguntaban todos.

-Como saben, estamos librando tiempos difíciles. Las fuerzas del mal redoblan sus esfuerzos, y en ese esfuerzo suyo por apoderarse de Prontera, la Capital del Reino, han comenzado a desarrollar su propia inteligencia. Investigadores y un grupo de ninjas y assasins al servicio de la Corporación Chivalry nos dicen que las fuerzas de Satán y sus thanatos, están haciendo una lista. Una lista de todos aquellos guerreros poderosos que deben eliminar para debilitar a Chivalry…y los eliminan. ¿Cómo?, atacando primero su corazón. Matan a sus familiares… para que luego, una vez que están vulnerables y confundidos intentan seducirlos para poseerlos y demonizarlos, convirtiéndolos en uno de ellos. Los que logran resistir dicha seducción de las fuerzas oscuras, son eliminados. De cualquier manera, con su moral baja y su tristeza al máximo por sus pérdidas, no son capaces de defenderse.


La multitud permaneció muy en silencio , pero se conmocionó por dentro al escuchar tan terrible noticia.

-La semana pasada, cayó Briestenholf, uno de nuestros cruzados mas poderosos. Asi que, para protegerlos a ustedes…puesto que sabemos que tienen deseos de convertirse en grandes guerreros y no queremos que ustedes pasen por esta misma situación, deberán buscar un pseudónimo y cambiar su identidad. Así que piensen en un nombre. Tienen 20 días. Su identidad verdadera será recogida en la recepción de la Biblioteca de Prontera, y la información de sus familiares y domicilios será fuertemente respaldada por un grupo de élite de la Corporación Chivalry, en un lugar anónimo, para evitar cualquier infiltración. Así que tomen sus armas, en unos minutos mas, aquí Lord Winsor organizará la mecánica… vayan a sus casas, abracen a los suyos, y piensen bien sus nuevos nombres. Aquellos que no tengan familiares, que estén solos o vivan solos y no tengan nada que perder, podrán conservar sus nombres. No es necesario que cambien su identidad. Acólitos y priests tampoco. Consideramos que ellos no corren tanto riesgo. Es todo por mi parte, buenas tardes y que elijan su mejor arma. ¡Por Midgard!

-¡¡¡¡ Por Midgard !!!!

Poco a poco, la donación de Armas se fue echando a andar. Decenas y decenas que formaban unos cuantos cientos de novatos fueron, uno a uno, consiguiendo lo mejor que podían: lanzas, katanas, mazos, hachas, arcos, báculos, cuchillos, fists, katares… Estaban por retirarse de allí los cinco jóvenes cuando se acercó a ellos un hombre en ropas verdes. Ropas en dos tonos de verdes, verde olivo y verde natural, como el verde profundo de los mismos bosques desde los cuales había emergido unas noches atrás. En sus manos tenía un rústico instrumento de corteza de árbol, con brotes verdes naciendo de la misma madera de que estaba hecho.

-¿Les gustaría…jóvenes guerreros, sangre nueva que han de recorrer cada rincón del planeta, disfrutar de una hermosa velada bajo la luz de la luna escuchando historias y leyendas del reino al calor de una fogata y una buena música?
-¡Aaaah, es él! – Alma lo reconoció de inmediato, aun sin haberlo visto nunca- es el hombre que tocaba en la noche.
-Comeremos bombones asados y cantaremos juntos danzando con las sombras que nos regale el fuego hjasta el amanecer. ¿Qué dicen?. Que sea una especie de…despedida…
-Oigan! Si, una despedida, que sea una despedida para Alma que ya tiene que irse mañana. Será emocionante.
-¡Si, genial, yo me apunto! –celebró Ayako.
-¿Por qué no? –dijo sonriendo Jery- ya mañana vuelve el Bibliotecario, solo será medio día. Luego puedo dormir y reponerme en mi celda.
-¿Ohan?
-Si, los acompaño.
-Bien!. Vamos Alma, no te puedes negar, será en tu honor. Para que te lleves un bello recuerdo a Hugel. ¿si?.

El Poeta, agitó sus cuerdas. La chica no tuvo otro remedio que aceptar. Ya al día siguiente se iba…

El sol comenzaba su descenso en el poniente.


-Andando… -dijo el Poeta- acamparemos cerca de la puerta oeste, antes de que el búho cante.

miércoles, octubre 26, 2011

El Evento de Donación de Armas (1 de 5)

-Waaaaaaaay! ¡Una espada atroz!, ¿y por acá? Una devoradora de sangre!!, una auténtica y genial Bloody Eater. Sugoi!. ¡Yo quiero una de estas!.
-Espera un momento –dijo Matsuo deteniendo del brazo a Ayako que ya se ponía presta a enfundarse el arma- ¿recuerdas lo que dijo Sir Siracuse?. Dijo: “asegúrate de que sea legal la elección”.
-Am… creo que sí, iba a preguntar a qué se refería con eso.
-Hay armas que solo pueden ser usados por ciertos guerreros. Para ganarte el derecho a usar una de estas debees haber mostrado primero tu habilidad con espadas inferiores. Está prohibido que un swordman tenga una de estas.
-ToT
-Ay, Ayako. ¡No cambias nada! –señaló Jery en tono condescendiente.
-¿Cuáles sí podemos elegir? –preguntó Ohan al muchacho que los había llevado hasta el almacén de armas.
-Las que están en esas mesas, cualquiera. Son armas neutrales, algunas de ellas tienen algún grado de refinamiento, pero nunca demasiado alto. La mayoría de estas son viejas pero no por ello deben despreciarlas. Han salvado la vida de mucha gente,
-¿Y estas que están colgadas en la pared?
-ToT
-Son armas elementales, o para guerreros de clase alta. No estarán en el evento. Pero como les dije antes, no tienen porque hacer menos las armas que se donarán. Si buscan con cuidado, podrían llevarse una buena arma y ahorrarse hasta unos cuantos miles de zenys.
-¿Habrá algún báculo o bastón para clase acólita?
-La mayoría son armas blancas, para swordmans y assasins, pero creo haber visto algunos por aquel sitio.

Jery se acercó y desempolvó una vara larga con una esfera roja en un extremo y un lazo colgando por un costado.

-Esto es… -dijo Jery tomándolo en las manos y volteándose hacia Matsuo, el ahora joven ayudante de Sir Siracuse.
-Un Staff of Recovery, es un buen báculo, si has aprendido Curación…
-La estoy aprendiendo justo ahora.
-Jery! -gritó Ayako- ¿ya dominas curación?
-No, no. Dije que estoy empezando a aprenderla…
-Ese báculo aumenta la efectividad de tus curaciones. Sea cual sea tu habilidad, con ningún otro báculo curarás mas que con uno de esos. Yo te recomendaría que eligieras ese.

Ohan buscaba entre el montón de armas sobre una de las grandes mesas de madera con suma minuciosidad. Ayako también, aunque de un modo más desordenado, brincando de una mesa a otra, haciendo ruido al mover las espadas, tirando ocasionalmente alguna de ellas.

-¿Puedo preguntarte algo? –preguntó Jery con una sonrisa clara y curiosa.
-Si.
-Nunca te había visto. ¿Acabas de ser promovido?. Es que…pareces ser un swordman también pero… muy experimentado. No recuerdo tu rostro. Por lo general visito mucho la corporación Chivalry, así que acólitos y espadachines nos vemos muy seguido. Pero a ti no te había visto. Y pareces tener toda la confianza de Sir Siracuse… ¿eres swordman o eres un knight?.

Matsuo había permanecido en silencio. Era un muchacho concreto, de pocas palabras, que no solía hablar mucho y eso, aunado a la fineza y porte de su imagen , generaba muchas preguntas a quiénes lo miraban. Pero tenpia por principio nunca evadir una pregunta. Era una cuestión de honor para él hablar siempre con la verdad, aun cuando no tuviera muchas ganas de responder a cada interrogante que se le hacía.

-Sir Siracuse…

En eso se oyó una trompeta que distrajo a todos. La primera llamada para el Evento de Donación de Armas había retumbado por toda Prontera, anunciando que todos los novatos que quisieran adquirir un arma gratuita, debían comenzar a reunirse en las cercanías del Castillo de Prontera. Matsuo agradeció por dentro que aquello hubiera ocurrido, pues todos se emocionaron y se olvidaron de la pregunta de Jery.

-¿Esta es una katana refinada? -preguntó Ohan sujetando una hoja delgada y larga – la veo un poco extraña pero me d ala impresión de que es muy buena. La veo algo diferente, como si estuviera modificada.
-En efecto. Se trata de una Tsurugi. En realidad, una Katana alterada, diría yo mejorada, por un Gran Maestro.
-Waay, lo dijiste en un tono como muy poético.
-Ayako! –regaño Jery- tú siempre con tus comentarios.
-Perdón. No puedo evitarlo. A mi me gusta esta, ¿me la puedo quedar?
-¿Una espada de dos manos?
-Si. He oído que son muy buenas.
-Escuchaste bien. Aunque, sinceramente, le sacarás mas jugo cuando seas una guerrera montada.
-¿Oyeron eso?. Ayako gran Guerrera montada. Este chico empieza a agradarme , jajaja…
-Bueno. Supongo que ya todos han elegido la suya. ¿Les parece si concluimos esto?.
-Si claro. Debemos ir al Evento. Aunque Sir Siracuse dijo que nos regalaría estas armas, dijo que de todos fuéramos, que habría un aviso importante durante el Evento.
-Así es.

Matsuo llenó algunos formatos para hacer oficial la salida de las armas del inventario y los muchachos salieron de allí con rumbo a la Plaza del Castillo de Prontera Norte con una sonrisa de satisfacción en sus rostros. Alma se había quedado en la Biblioteca. Se había ofrecido a seguir cuidándola mientras Jery acompañaba a los swordmans al almacén de armas, pero ahora que ya era mas tarde y daría el inicio el Evento se le ocurrió que podría cerrar un poco mas temprano la Biblioteca y llevar a Alma al Evento. Después de todo, ya nadie iría por el resto del día.
-Adelántense, voy por Alma. Estoy segura que esto será algo que le gustaría presenciar.

viernes, octubre 14, 2011

El libro de la Madre Tierra

Eran las 15:40 cuando Ohan y Ayako entraron por la puertecita de la Biblioteca de Prontera. Habían ido primero a comer y a dar un paseo, incluso fueron a vender el Stiletto de Ayako, por el que finalmente le dieron 9.500 zenys en una tienda de armas muy cerca de la Glorieta Central. Faltaban poco más de dos horas para el Evento de Donación de Armas. Ayako se sorprendió cuando sus ojos distinguieron un rostro amigo…

-¡Jery!
La acólita volteó al escuchar su nombre en una voz conocida.
-¡Ayako!, ¡qué milagro!, ¿qué haces aquí?
-Nos mandaron a dejar un libro. Jaja, bueno, a mi me mandaron, porque ya soy swordman, Digamos que es mi primer misión. Si puede llamársele así…
-Ahorita te lo recibo, ¿sí?, esperame un momentito, estamos muy, muy ocupadas.

Fue hasta ese momento que Ayako prestó atención. En efecto, había mucha gente en el interior. Las mesas estaban llenas de jóvenes que desesperados hurgaban entre las páginas de montañas de libros. También fue cuando se percató de la presencia de Alma, pero pensó que se trataba de una trabajadora de la Biblioteca. En cierta forma, así era.
También cruzaron miradas Alma y Ohan, y presintieron que en algún espacio del día, serían presentados.


Ayako y Ohan permanecieron de pie, ya no había mesas. Tuvieron que esperar a que las cosas se tranquilizaran un poco. Con el paso de los minutos, la hora pico de la Biblioteca pasó y se liberaron algunos lugares. Muchos habían ya hecho sus investigaciones y querían ir a comer algo antes del Evento de Donación. Por fin, pudieron sentarse Jery, Ayako y Ohan a la mesa.

-Gracias por esperar. El bibliotecario no está y me mandaron de la Iglesia a ayudar, Estoy prestando servicio.
-¿Que bien! Entonces ya te vas a hacer Priest?
-Si, ya pronto. Y…
-Q-que…? Ah si!! Jaja, lo siento, el es Ohan, lo conocí apenas hace rato.
-Hola Ohan. Mucho gusto.

El muchacho asintió, con un movimiento de cabeza. Hizo la reverencia acostumbrada en el reino cuando se conocen dos personas de manera formal: agacahar ligeramente la vista y cruzar la mano derecha hasta el pecho, del lado izquierdo. No se la había hecho a Ayako, se conocieron de un modo tan natural, que no hizo falta…


-Ella es Jery, ha sido mi amiga por años.
-Uuuh! Desde la infancia.
-Ohan es nuevo swordman, igual que yo, Bueno, el ya lleva unos días. Yo apenas hoy lo conseguí. Al fin.
-A-Alma!, ven! –gritó Jery volteando sobre sus hombros, había olvidado a la pobre chica que seguía repartiendo libros a las mesas, pero que se había percatado de la llegada de los visitantes.

Alma se acercó a la mesa y saludó haciendo una reverencia similar a la de Ohan, pero la versión para mujeres: juntar las manos a la altura de la cintura e inclinarse al frente. Cuando lo hizo, de inmediato notó el libro que Ayako traía en la mano.


-Miren, ella es Alma. Viene desde Hugel.
-Mucho gusto, de verdad es un placer muy grande para mí el conocer a dos swordmans.

Ohan y Ayako se ruborizaron un poco. A decir verdad no tenían ni una semana cumplida entre los dos.


-Jeje… -dijo rascándose la sien Ayako, era una manía suya para expresar ciertas emociones

En eso, una persona notable entró a la Biblioteca.


-Sir Siracuse!
-¿Tu estas a cargo, preciosa? –preguntó Sir Siracuse, venía acompañado de un muchacho de un porte bastante fino.
-Si, señor. EL bibliotecario salió por problemas familiares, pero ya mañana ha de volver. ¿Puedo servirle en algo?.
-Solo pasaba a saludar, cariño, gracias. Vaya!, veo que estas acompañada de dos futuros Knights!, puedo ver la adrenalina en los ojos de esta jovencita!
-Waa!. Gracias, gracias! –río casia cracajadas Ayako- este señor si es muy agradable, no como el…
Ohan le dio un pisotón que la hizo no terminar la frase.
-¿Cómo te llamas linda? –preguntó Sir Siracuse dirigiéndose a Jery.
-Jery, señor.
-Jery, ¡qué hermoso nombre!. Jery, no seas malita hija, ¿tienes el registro de usuarios del día de hoy?.
-Am… si pero, aun no cerramos.
-No importa. Necesito una copia, corazón. Quiero ver como cuantas armas necesitamos para el Evento de hoy.
-Aaa!, ya veo –afirmó Jery- usted sabía que todos iban a venir a buscar información sobre armas!
-Así es querida, eso mismo.
-Oh!!
-Se llama experiencia, los años no pasan en vano, y menos al frente de la Corporación Chivalry.

Jery fue por el registro de usuarios. Sir Siracuse se sentó a la mesa con los jóvenes y platicó con ellos. Allí se conocieron mejor todos. Estaban a la mesa: Jery, Alma y Ayako las chicas, Ohan, Sir Siracuse y el joven que lo acompañaba, Matsuo, el muchacho de los 360 puntos de prueba perfecta. Luego de calcular el número de novicios que habría en el evento y concluir que necesitarían sacar más armas del almacén, platicaron todos sobre sus vidas y sus proyectos, Ayako habló del tiempo que pasó intentando decidirse por escoger un job (trabajo), Jery sobre sus actividades de acólita y su pronta promoción a Priest, Ohan, aunque poco, dijo venir de un hermoso lugar llamado Payón, y Alma, la chica que había venido tan solo a dejar una entrega y ya se había quedado cuatro días contó sobre la humilde vida que había llevado hasta ahora en Hugel. Mientras ésta última platicaba, A Ayako le pareció que Sir Siracuse se tornaba serio y le prestaba demasiada atención, pero dejo pasar el detalle al no saber la razón. Incluso en ese punto y aprovechando la amabilidad de Sir Siracuse, Jery comentó de la situación de Alma y de que debía volver ya pronto a su tierra. El único que no habló, fue Matsuo Ikari, el joven misterioso de gesto siempre sobrio.


-Bueno, jóvenes, es tiempo de retirarme. Pero antes, déjenme hacerles un pequeño gesto de cortesía.
-Ah, cierto!, oiga! –gritó Ayako como recordando algo importante- de veras!, me dijo el que hace los exámenes en la Guild de Izlude que le diera esto. Ya decía yo que me sonaba su nombre…
-A, jajaja, gracias querida.
-De nada, el mensaje va adentro del libro. Juro que no lo he visto!

Sir Siracuse notó la curiosidad que durante su plática, Alma había puesto en el libro. Extrajo el mensaje de ntre sus hojas, se lo guardó en algún lugar y le extendió el libro a Alma.


-¿Lo quieres?
-Ah… ¿que?, ¿yo?
-Anda llévatelo. Te hará buena compañía en tu viaje de regreso a Hugel.Se que en sus páginas encontrarás muchas de las respuestas que andas buscando… llévatelo, por favor, No aceptaré un ‘no’ por respuesta.


Alma no supo que hacer. Volteó primero a todos que esperaban expectantes que se decidiera a tomarlo. ¿Por qué el hombre le había ofrecido aquel libro?. A pesar de amar los libros y sobre todo si se trataba de alguno que tuviera algo que ver con la Biblioteca de Prontera, sentía inseguridad y sorpresa. Finalmente, con manos temblantes y una sonrisa tímida en el rostro estiró los brazos, y lo cogió. Sir Siracuse sonrió.

-Para ustedes tengo algo también –se volteó hacia Matsuo y lo llamó por su apellido- Ikari, llévalos a al almacén que te mostré de Chivalry, antes de que saquen las armas para el evento, déjalos que elijan una cada uno, pero asegurate de que sea legal la elección.

Ohan y Ayako hicieron cara de sorpresa. ¡El hombre iba a regalarles un arma!

-Wai! Genial! Ohan, no pudimos tener mas suerte!.
-Bueno muchachos, los veo al rato en el Evento. Aunque ya tengan un arma, vayan, habrá un aviso importante que me gustaría que escucharan. Jery, por favor lleva a Alma mañana a primera hora a la Chivalry, te conseguiré un knight que te lleve a casa. Tu amigo anda en una misión y no creo que alcance a volver. Hija –y se dirigió a Alma- te vas con cuidado, que la Madre Tierra te acompañe.

Alma sintió un estremecimiento y una sensación de agradecimiento. Asintió conla cabeza abrazando fuertemente el libro a su pecho. Acompañaron a Sir Siracuse hasta la puerta y desde allí lo vieron alejarse. Entonces se hizo otro silencio. Alguien más se habia sumado al grupo. Matsuo se volteó hacia ellos y con esa expresión seria que ya lo empezaba a caracterizar, dijo:

-Síganme, los llevaré al almacén de armas.

jueves, octubre 13, 2011

Por el camino.

-Me llamo Ohan
-Hola, soy Ayako. Tsukino Ayako.
-Ohan Yoto.
-¿También eres nuevo? –dijo Ayako regocijándose en su uniforme, se sentía orgullosa de ser una swordman. Sentía que en cierta forma, aquello le daba algo de posición.
-Llevo unos días.
-Ah jajaja!; yo llevo unos minutos apenas!.

El muchacho frunció el ceño. Le parecía haber escuchado aquel nombre antes, pero no lograba recordarlo. De pronto, de súbito lo logró. ¡Era la muchacha que no había aparecido el día de la prueba, la que dijeron en la Guild de Izlude que ya había ido a la prueba varias veces y nunca la terminaba!. Estuvo a punto de mencionarlo, pero decidió que no era prudente.


-Voy hacia Prontera. ¿Y tú?
-Ah! Yo también, el señor enojón me mandó a la librería a devolver esto y a comprar una espada. Bueno, esa la voy a comprar por mi cuenta. La necesito ahora que soy una swordman, pero…no tengo nada de zeny… ¿cuánto crees que me den por esto? –dijo mostrándole el cuchillo al muchacho que lo examinó con cudiado- creo que ya no lo necesitaré.

-Un Stiletto.
-Si.
-Mmh… si tuvieras un permiso de mercader podrías venderlo hasta en unos 50 mil, si estuviera en buen estado. Pero sin el permiso solo te lo comprara un tratador de mercancías o un tratante de armas. Ellos los venden comúnmente en unos 20 mil, pero los compran a la mitad, para que puedan sacarles ganancia. Ese es su negocio.
-O sea…¿unos 10 mil?.
-Mas o menos.
-No se cuánto cuesten las espadas pero siento que con eso no me va a alcanzar.
-Para una katana básica sí te alcanza. Sin refinar, en bruto. Y hasta te sobra. Este es un buen cuchillo. Si un novato no posee una katana no es porque sea muy cara, sino porque no cualquiera tiene el permiso de portar una. Los swordmans tenemos autorización de comprarlas.
-¡Ah!, ¡Que bien que bien!, me alegraste el día con esa noticia, jaja!.

El poring pasó de regreso, de pronto se hizo el silencio entre los jóvenes.

-Bueno, ¿Qué te parece si nos vamos juntos, ya que ambos vamos hacia Prontera?, la caminata es un poco larga, ¿no?
-Unos cinco kilómetros hasta los campos de la zona sur. Está bien, vayamos..

Prontera, los territorios oficiales de Prontera se extendían a decir verdad, mucho mas allá de sus murallas protectoras. Abarcaba varios miles de hectáreas mas allá de la ciudadela y se conectaba al este con Izlude, via un estrecho puente de concreto. Por lo regular, los días en Prontera y sus alrededores solían ser soleados. Su situación geográfica le protegía de los vientos que arrastraran consigo muchas nubes que pudiesen traer lluvias, aunque no por eso era una ciudad seca. Dos afluentes suministraban el agua necesaria, uno al norte, que se ramificaba en varios riachuelos, y uno aun mas pequeño al oeste. El sistema de acueductos había sido diseñado para aprovechar muy bien la infinidad de ríos subetrráneos que corrían unos metros abajos como raíces líquidas por debajo de los territorios adyacentes. En complemento, unos cuantos cuerpos de agua salpicaban la zona circundante. Solamente se empezaba a tornar desértica muy hacia el sur, kilómetros y kilómetros al sur, cuando las dunas y tormentas de arena se internaban en los amarillos y ásperos territorios de Morroc.

-¿Y…se puede saber a qué vas tú a Prontera? –preguntó Ayako mientras los dos muchachos avanzaban por el valle salpicado de árboles de un verde sólido y discretamente frondoso.
-Al igual que tú, Quiero una espada.
-¿No es esa una?
-Si pero, esta muy deteriorada. A decir verdad, no creo que me sirva para mi propósito, aunque, también voy por otro asunto.
-Uuuh, que misterioso.
-Pues mas bien es un asunto público. Escuché que habrá un evento en la Plaza Principal, y que después de eso algunos kights y cruzados retirados donarán armas de segunda mano para los novatos como yo.
-¿En serio?? –preguntó sorprendida Ayako- oye que buena oportunidad!, me dan ganas de ir también.
-Es hoy, me parece que alrededor de las 18:00 horas(*)
-Creo que llegaremos mucho antes de eso. Nos sobrará tiempo. ¿Por qué no me acompañas a la Biblioteca de Prontera a devolver esto mientras llega la hora?. No le vaya a pasar algo y luego se enoje el “ese”.

Los dos novatos se internaron poco a poco en los territorios pronterianos, platicando y andando. AL cabo de unos cuarenta y cinco minutos, se hallaban ya cerca del último valle que conducía hasta la puerta sur. Para esas horas Jery y Alma se hallaban en plena batalla con los quehaceres de la biblioteca. Tenían muchos usuarios pidiendo libros sobre armas, escudos, armaduras y equipo. Al parecer, la noticia del Evento de donación de armas se había extendido entre los numerosos novatos que en este inicio de año había superado las expectativas y todos querían saber que clase de armas convendrían mas poder conseguir.


-No lo puedo creer- suspiró Jery secándose el sudor mientras transportaba unos libros hasta la mesa 4- no se que hubiera hecho si no estuvieras aquí, Alma.

Alma sonrió, igualmente sobrecargada, Era su cuarto día ya de estancia en Prontera. Por dentro, la calcomían los nervios. Ya debería ir mas allá de la mitad del viaje de regreso a casa, hasta su natal Hugel, pero no podía negar que esos cuatro días habían sido para ella simple y sencillamente gloriosos. Para ella, esos cuatro días eran una probada de lo que su imaginaria vida en Prontera pudiera ser si tan solo…¿Realmente podría un amigo de Jery llevarla de vuelta a casa en menos de tres lunas?. Por dentro, Alma empezaba a sentir que tendría problemas al volver a casa.

Mientras tanto, Ohan y Ayako llegaron al último recodo del bosque antes de llegar a la puerta sur.

-Jajaja! Si, eso le dije! –dijo Ayako ríendo a carcajadas, le contaba algo a Ohan, quién, de súbito, se detuvo. Un mal presentimiento lo invadió
-¿Qué sucede? –preguntó Ayako
-Corre!!!
-Ahhhh!

Su infranqueable curiosidad casi se convierte en terror cuando, jalada por Ohan quién buscaba internarlos a ambos en el bosque, Ayako alcanzó a echar un vistazo sobre sus espaldas. Un ser grotesco, negro, grande y musculoso les perseguía, parecía tener una especie de máscara blanca que le daba una expresión entre espeluznante y bizarra. Chocaron con algo, o mejor dicho, con alguien, y cayeron al suelo.

-¡Escóndanse ahora!

Un hombre con unas túnicas rojas y deslumbrantes apreció frente a ellos. Era un exorcista. Un halo de luz lo rodeaba por completo. Había salido de la nada, y enfrentó al abominable ser.
-¡Corran por el bosque en esa dirección. La muralla no está muy lejos, rodeen la ciudadela, y entren por la puerta este! Este acceso es inseguro.

Ni tardos ni perezosos, Ohan y Ayako corrieron al máximo de lo que daban sus piernas en la dirección exacta en que el exorcista les había dicho. Ni siquiera protestaron ni vieron ya lo que sucedió con el exorcista aquel. Sus corazones rugían de temor y parecían salírseles de sus pechos. Para cuando alcanzaron la puerta este y pudieron internarse en la ciudadela, se desplomaron al lado de una jardínera recuperando el aire, casi casi desauciados.


-Estuvo cerca –murmuró entrecortado por el cansancio Ohan- eso estuvo cerca…
-Si…

miércoles, octubre 12, 2011

Aceptar un destino.

-¡Aaah!, ¡¿con que eres tú?!
-Prometo terminar la prueba esta vez –dijo la muchacha sin el menor reparo de pena.
-Ah…¿en serio?. Y dime una cosa, niña. ¿Cómo estás tan segura de que te dejaré aplicar la prueba esta vez?.
-¿A no?. Creí que no habría problema.
-Oye!, te has marchado cuatro veces a mitad de tu examen de admisión para swordman, ¿cómo puedes ser tan irresponsable y creer que no hay ningún problema, Tsukino Ayako?
-Eh, jejeje –dijo la joven haciendo una mueca de gracia y rubor- bueno, yo pensé que se podía… -dijo rascándose la barbilla- pero está bien, está bien, si no quiere, puedo hacerme arquera, o acólita, como mi amiga Jery. Aunque… ahora que lo pienso, no sé si eso me convenga… Digo, es mi amiga y la estimo mucho pero no estoy segura de querer llevar la vida que lleva ella. Aunque tal vez en cuanto a…
-Bueno, bueno ya!. ¿No sabes ser respetuosa?. ¿A caso no te lo enseñaron tus padres?...
-Oiga, no se enoje, no es para tanto.
-¡Oh gloriosas Valkirias, denme paciencia, por favor!… bueno, en fin. Supongo que encajas perfecta con el perfil. Te dejaré hacerlo.
-¿Qué?, ¿el perfil?, ¿Cuál perfil?, ¿Qué es lo que me dejará “hacerlo”?
-¿Cómo que qué?. ¡Pues el examen de swordman!.
-¡Ay muchas gracias!, sabía que usted era un buen hombre. Lo supe desde que entré por esa puerta…
-Ya, guarda silencio, sígueme. Será tu última oportunidad, te lo advierto…


(Tres horas después…)


-Mhmhh… 249... bueno. Supongo que es un “Aceptable”.
-Jajaja! ¿ya ve?, le dije que lo tomara con calma. Sabía que…
-Antes de que digas una insensatez hazme un favor, ¿quieres?
-¿Mh?
-Lleva esto a la librería de Prontera. De todos modos tendrás que ir porque te voy a mandar un mensaje para Sir Siracuse, de la Corporacion Chivalry.
-¿Me va a mandar?, ¿emh… no puedo ir después?. Es que tenía planeado pasar a ver un amigo y si no llego …
-Tsukino Ayako! –interrumpió al límite de su paciencia el hombre grande y fuerte, Bonde- ¡Acabas de convertirte en swordman!. Los swordmans deben seguir los lineamientos de la Corporación Chivalry, ¿entiendes?. ¡Ahora tienes una responsabilidad!. Deberás prestar tus servicios de vez en cuando a la Corporación, Así que ve acostumbrándote. Allí está tu ropa.


La inquieta muchacha volteó y miró sobre la silla, donde le señalaba el hombre. Alguien había dejado allí un traje cuidadosamente doblado, de falda larga y hombreras ligeras. Lo acompañaban un par de guantes ligeros con las puntas descubiertas, un cinturón y un Stiletto que ella conocía muy bien, era el cuchillo que había usado para el examen de swordman.

-¿No se supone que me darán una espada?
-¿Bromeas?, ¿Cómo podría darte alguien una espada asi como así?. La espada debes conseguirla tu misma. Es un paso importante en la carrera de todo swordman el saber elegir. Ahora esfúmate de mi vista. No olvides el libro. POR FAVOR…no lo vayas a perder.

La muchacha echó un vistazo al libro. Era grande, grueso y parecía antiguo, muy antiguo. Sobre su pasta café estaba el dibujo de un pequeño brote. Ayako no supo si se trataba de una flor o una planta, pero le sorprendió ver que esa parte de la cubierta estaba en buen estado, a diferencia del resto del libro. Como si acabara de ser puesta allí. Abrió la cubierta. Luego de una hoja blanca estaba el título del libro.

-El libro de la Madre Tierra. ¿Qué es esto?. ¿Un libro para campesinos? –se preguntó.

Salió de Izlude unos minutos después.


-Mh… me queda muy grande. ¿Será así de larga la falda?. No creo poder moverme bien con esto. ¿Cómo cuánto costará una espada?
-Eso depende de si se trata de una espada neutra, o de una espada elemental. De su acero, su peso, su filo, su tiempo de vida y hasta de su historial…algunas de ellas traen toda una vida por detrás.

Ayako se detuvo en seco. Sin querer otra vez había estado pensando en voz alta, y el muchacho que estaba parado junto a ella la había escuchado. Lo miró un par de segundos. Era un joven delgado, un poco atlético, no muy alto, moreno, de mirada seria aunque no agresiva, mas bien tranquila y traía, al igual que ella, un uniforme de swordman. De pronto se quedaron allí los dos, contemplándose unos momentos, junto al letrero de la salida oeste de Izlude que conducía a través de un bosque abierto y claro hacia Prontera.


-No sabía eso –articuló al fin Ayako- ¿y tú quién eres?.
-Me llamo Ohan.

La mañana comenzaba. El sol brillaba alto en el cielo izludense. Un poring pasó saltando a unos metros de donde estaban ellos.

domingo, octubre 02, 2011

Una dura prueba.

-Buenos días.




Algo me olía mal. ¿Por qué me había lanzado esa mirada el viejo?. ¿Qué pretendía?. En esto estaba mi mente aunque sin demostrarlo mi lenguaje corporal, cuando un par de muchachas entraron a interrumpir la escena, justo cuando el señor que había leído el mensaje parecía que se había decidido a decir algo.



-Buenos días señoritas –dijo el viejo- ¿en qué podemos servirles?
-Venimos de la biblioteca, traemos unos libros para Lord Winsor. El bibliotecario se halla ausente por cuestiones familiares y me pidió que se los trajera a la Corporación Chivalry. Son los libros que pidió.
-Winsor tampoco está querida. Le dimos vacaciones a esa roca silenciosa, ¡¡¿no es cierto muchachos?!!

Una multitud de hombres que estaban en la sala y que no había notado que estuvieran pendientes de la conversación, respondieron en coro.



-Pero aquí déjamelos cariño, – prosiguió el viejo- yo mismo se los daré cuando regrese.
-Le agradezco, tome… emmh… me pregunto…
-Anda querida, pregunta lo que quieras, no te apenes.
-Si, gracias. Quería saber si un espadachín amigo mío aprobó su examen de kinght… es que… quería pedirle un favor.
-Acércate con el viejo Choy, el tiene la lista de aprobados.

“Si no me equivoco, esa niña debe ser una aprendiz de sacerdotisa. Mi maestro me dijo que en Prontera estaba la escuela de acólitas ¿qué clase de favor querrá pedirle a un knight?”. “ Y esa otra que viene con ella… mmm… se me hace conocida..”¿será una hija de Amaterasu?, tiene los mismos ojos que cualquiera de ellos.

-Mira! –celebró Jery- sí está en la lista de aprobados… pero dice que inicia su entrenamiento hasta dentro de cuatro días. Tendremos que esperar a que vuelva,



“Pude observar como la cara de la chica que venía con la acolita se tornó en preocupación. Pude escucharla murmurar incluso en voz baja: Cuatro días, es mucho Jery, “mamá me matará”. Luego, la acólita le dijo algo y se la llevó para afuera, no sin antes despedirse amablemente.
Entonces la mirada del viejo se volvió seria de nuevo. Me miró y me dijo al fin:



- Ven conmigo, muchacho. Sígueme.
Salimos de la Corporación Chivalry y rodeamos el edificio hasta la parte trasera. El sol había arrasado completamente la neblina que en la mañana me había sorprendido en el camino desde Izlude hasta Prontera. ¿Qué tendrá en mente el viejo?.
-¿Sabes que decía el mensaje que te mandaron traer?



Negué con la cabeza.



-Decía que tienes una espada muy potente. Que obtuviste una prueba perfecta. Que tienes un don especial y que no hay nada en Izlude entre los espadachines que puedan enseñarte…


-¿Sabes que pienso yo? –prosiguió el viejo, adoptando un aire de ironía- creo que Bonde ya está envejeciendo, y se está haciendo dócil. Creo que está suavizando mucho las pruebas de admisión para espadachines, y que en realidad no eres tan bueno como pareces…

¡¡!!



-… no dudo que tengas una buena estocada, pero no creo que seas mejor que éste o aquel. Incluso dijo, estar asombrado, por tu “bash”. Bah!, casi creo que es una broma. Pero en fin…supongo que se vería mal si contrariara a un hombre como Bonde, así que, aunque estoy en desacuerdo, te aplicaré la prueba para convertirte en Kight. La primera de 4 pruebas… ven sígueme, trae tu “poderoso bash” .



“Pero que rayosss!!, ese maldito anciano!!, ¿y que quiso decir con “poderoso bash” en ese tono sarcástico. Por un momento, casi perdí mi temple. A pesar de mostrarme tranquilo la sangre en ebullición corría en mi cabeza. Si no fuera porque se que se trata de uno los lideres de la Corporación Chivalry, ya le habría retado a duelo para que viéramos de una vez por todas si servía o no mi “poderoso bash”.



Se dirigió hasta la puerta trasera de un edificio y abrió una puerta oxidada. No tuve mas remedio que aguantarme mi coraje y seguirlo.



-Cuidado…hay ratas. A las mujeres les espantan.



¿Era eso una indirecta, me había llamado mujer?. Qué arrogante!.

Bajamos hasta una especie de sótano, y de allí en adelante, bajamos por una escalera submarina, hasta unas habitaciones subterráneas entre el sistema de cloacas de la ciudadela. Llegamos hasta una puerta grande y pesada. El hombre la abrió con una sola mano con una facilidad que ya no supe si era otra muestra de arrogancia o trataba de hacerme sentir débil. La puerta chilló estridentemente.



Eché un vistazo rápido y sagaz. Era un pasillo largo y oscuro, con antorchas a cierta distancia sobre las paredes, como un túnel oscuro y traicionero.



-Anda! ¿Qué haces ahí parado?. ¿Crees que voy a esperar todo el día a que te decidas mover un dedo?. Te espero a la salida.



Acto seguido me dio un fuerte empujón por la espalda y me aventó violentamente al interior, y azotó la puerta. ¡Yo no podía creerlo!, aguantar sus fanfarronerías era una cosa, pero que pasara al plano de la agresión física era algo poco leal en un Knight, de su categoría, de un Lord Knight…
Avancé furioso por el largo pasillo. ..



De pronto…unos sonidos extraños empezaron a hacerse. Al instante mi katana se simbró. Era el espíritu depositado en ella el que me alertó y me preparó para el combate.
Permanecí en vigilia unos instantes, esperando…esperando…



Fue en un momento, menos que un segundo. Una mancha se abalanzó sobre mi, directo al rostro. Alcancé a esquivarla y acto seguido, una raya vertical la atravesó en dos, fue mi espada que reaccionó casi por instinto. Apenas vi el enorme bicho partido en dos ene l suelo derramando un líquido viscoso sentí otra presencia. Esta vez, por debajo de mí. Una serpiente buscaba mi tobillo



-¡Estos bichos traicioneros! –increpé.



En menos de un instante, al menos dos docenas de insectos grandes y serpientes buscaban alcanzarme, e incluso una gran tarántula.



“¿Sólo esto, sólo bichos?”, acababa de pensar cuando oí unas pisadas de lo que parecía ser un animal mayor. Me agazapé. Enfundé mi espada sólo para dar un golpe definitivo a todos aquellos bichos que quedaban a mi alrededor. La técnica así lo exigía, el golpe venía desde la funda misma. Una técnica creada por mi maestro y transmitida a mí, para ser usada en situaciones especiales.
Aparecieron frente a mi un par de lobos del desierto, jadeantes, pelando los dientes gruñéndome, luego un tercero.



Así, por entre pasillos y habitaciones me fui abriendo camino cada vez con más esfuerzo. Las bestias y monstruos eran cada vez más y más fuertes. Con mucha repugnancia pero a la vez con determinación blandí todo tipo de animales y hasta goblins, unas pequeñas criaturas maliciosas que se esconden tras una máscara sonriente.



Cuando sentía estar llegando al final del recorrido, , por mi frente resbalaban unas gotas de sudor y mi espada estaba empezando a enfurecerse. Recordé el tono sarcástico del viejo, y me enfurecí aún mas. Los goblins no dejaban de aparecer al por mayor. En un mal paso, uno de ellos se prendió a mi pierna y me asestó una mordida cerca del talón. Lo pateé, pero cuando hice esto, uno más me brinco y se me colgó del cuello. No pude soportar mas aquello, enfundé mi espada, y preparé mi técnica. Estaba a punto del fracaso. En un esfuerzo de último recurso, logré despojarme de aquellas criaturas, y pude derrotarlos, pero el aire se me estaba agotando. Fue cuando me di cuenta que el lugar carecía de ventilación y que faltaba el oxígeno allí. Avancé a la última sala y vi un centenar de porings, lunatics, fabres y una que otra mosca.



-Acabemos con esto de una vez! –grité, y en un santiamén, acabé con ellos.



Justo al estallar en rosas y gelatinosas gotas el último poring, se abrió la puerta final y apareció Lord Siracuse. Pero no supe si era el. Estaba cambiado. Ya no era él. Tenía una expresión melancólica y compasiva en el rostro…



Entonces, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Sin saber porqué exactamente, tuve el presentimiento de que había cometido un grave error… avanzó hasta mi con una mirada condescendiente y se puso de cuclillas junto a mi (yo estaba recuperando el aire con una rodilla y mi espada apoyada de punta en el suelo.



-Desde que entraste con el mensaje, supe que eras bueno con la espada en la mano, así que quise ver qué tan bueno eras con tu corazón. Estos pequeños animales –dijo levantando entre sus manos una de las partículas rosas que ahora empezaban a escurrirse entre la tierra- le dan vida y alma al bosque de Prontera. Proveen una sustancia a veces útil llamada jellopy, que algunos habitantes usan para comerciar, pero incluso cuando cualquier persona, sea un pueblerino o un arquero necesita de esa sustancia, y le quitan la vida a uno de ellos, hacen una oración al final del dia para pedir perdón por haber matado a una criatura inofensiva de este mundo. El espíritu de un knight no solo debe estar lleno de fuerza y voluntad, también de honor, lealtad y respeto. Cuando te hablé tan arrogantemente allí afuera, fue solo para provocar tu ira, y te pido perdón por ello. Sabía que al llegar a este punto con tu corazón agitado y tu espada brava, enfrentarías la prueba mas difícil de todo aspirante a Knight: controlar tus ímpetus, y sobreponer a tu ira tus valores. Sin eso, no puedes ser Knight de verdad…



Para cuando el hombre terminó de hablar…mis pupilas luchaban por no dejar salir esas cuencas salinas y ardientes que se formaron en mis ojos. Mi orgullo estaba lastimado, mi mano arrepentida.



-Sin embargo… -no acabó allí el hombre- debo reconocer que tienes un blandeo excepcional. Nos brincaremos los protocolos. Ven, levántate muchacho, enjuga esas lágrimas y presta mucha atención. Te encomendaré una misión muy importante. Si la llevas a buen término, te convertiré en Knight…

domingo, septiembre 18, 2011

La decisión de Lord Siracuse


-¡Hey!, ¡Siracuse!, será mejor que vengas a ver esto.
-¿Qué sucede?
-Un mensaje, de Izlude, de la Guild de espadachines.
-Bien, –dijo dejando a un lado un espumeante tarro de cerveza el hombre de voz gruesa y cálida.

-Veamos que nuevas nos tienen los izludenses.

Frente a él, había un espadachín de mirada sobria, determinada, casi elegante. Al parecer lo habían mandado a él con un sobre cerrado, era apenas un joven. Lord Siracuse rompió el sello encerado de la Guild de espadachines de Izlude y desdobló una hoja con un mensaje adentro. Estaba dirigido a él mismo. El mensaje decía:

Mi querido Siracuse:

Te envío los resultados de la prueba de admisión de espadachín de este joven:
Ikari Matsuo. Puntuación: 360/360.

Una prueba perfecta. Entiendo que es muy necesario que los jóvenes novatos se maduren cuando menos un par de años como espadachines antes de probarse como knights, pero dada la apremiante situación que vivimos en el reino y las amenazas de invasión que nuestros espías e investigadores han estado advirtiendo desde hace unos años, pensé que quizá no tenía mucho sentido desaprovechar los talentos de aquellos que han sido bendecidos por Madre Tierra con tan preciados talentos. Este chico tiene un don con la espada, y no se quién o cómo lo haya instruido, pero me parece que sabe todo lo necesario para convertirse en kinght. Si quieres, tu mismo comprueba la fuerza que tiene su “bash”.

Por supuesto, la decisión es tuya. Si crees que es necesario que sea espadachín los 2 años mínimos requisitorios, envíamelo, aunque sinceramente te confieso que como espadachín, ya no hay nada que aquí podamos enseñarle.

Con cariño: Bonde
P.d. no creas que se me olvida que me debes una cerveza,
viejo embustero.

Lord Siracuse terminó de leer el mensaje y echó una mirada al mensajero. Incluso a él lo había engañado con su apariencia magnífica. El jovencito era un novato que mas bien parecía un swordman hecho y derecho. Permaneció unos segundos reflexivo, meditando que decisión debía tomar al respecto.
En eso, la puerta se abrió nuevamente. Dos chicas entraron a la Corporción Chivalry con unos libros entre sus brazos. Una cautelosa, más bien con finta de extranjera, la otra dulce y calmada, con un uniforme de acólita.

Buenos días –dijo ésta última.

sábado, septiembre 17, 2011

Niebla al amanecer.

"Una vez que madre Tierra los crea,


ellos se conocen, para emprender las


misiones que Ella tiene para sus hijos."


Alma despertó en algún momento de la larga madrugada. Comenzaba a soñar que su madre, enfadada como nunca antes, la perseguía por las calles con un bastón de madera en las manos.


A decir, verdad, la señora no era violenta. Aquello era solo un sueño. Pero Alma sabía que, de enterarse de que se había quedado a pasar la noche en Prontera, la cosa no sería buena. El plan de que un amigo suyo la llevara podía fallar: ¿y si él se negaba?, ¿y si no se convertía en knight (guerrero montado) los suficientemente pronto?, ¿Y si el decidiera no tener Peco-peco?. Había leído en Guía del tusrista pronteriano que allí se rentaban los animales para aquellos knights que deseaban montar uno. ¿Y si su amigo prefería ser un guerrero “a pie”?, aun más. ¿sabe Jery donde encontrarlo en cualquier momento?.


En eso, un sonido creciente, que se iba tejiendo con otro, y luego con otro, y otro, fue creciendo en su oído. Parecía venir de afuera. Prestó atención y pudo reconocer que se trataba de una melodía. Una melodía que sonaba encantadora. Alma quiso escucharla mas de cerca y abrió un poco la ventana. Jery dormía a escasos centímetros de ella, en una cama contigua. Al abrir la ventana, un viento fresco se coló en el interior de la “celda”, Alma temió que Jery despertara. Pero no pareció moverse. Por el contrario, en cuanto la música se hiso más nítida y con el viento que la acompañaba llegó al rostro de la acólita, movió unos de sus cabellos color miel tostada y hasta la hizo sonreír dormida, como si de pronto empezara a tener un sueño agradable. Alma sacó entonces la cabeza por el gran ventanal. Se asomó hacia todos lados, tratando de encontrar la fuente de tan bellas notas. Pero no veía a nadie. “Es tan bella” – pensó- “¿de dónde vendrá?, es como si flotara en el aire en todos lados”. Vio los tonos plateados lunares cubrir las aceras, el suelo adoquinado, los muros, los tejados, , la gran muralla quie delimitaba el noreste de la ciudad, pero no vio al hombre, mujer, ser o artefacto, que producía aquella música.

A la mañana siguiente, cuando ella y Jery salieron a toda prisa a dar un paseo matutino por las calles pronterianas, una niebla blanquecina cubría los alrededores.

-¡¡Uaaaaaaa –bostezó Jery profundamente y estirándose toda completa- dormí riquísimo!!. Anda! Apúrate Alma, no querremos sentarnos en la banqueta.
-¿A, a dónde vamos?-Alma venia corriendo unos metros atrás, todavía poniéndose unos de sus zapatos.
-Por una ensalada.
-¿Eres vegetariana?
-No!, pero está riquísima. Anda no te atrases, hay que moverse. Esta niebla si que enfría.

Mientras caminaban, Alma abría los ojos muy bien. A pesar de la neblina que se esparcía por todos lados, quería grabar en su mente las escenas pronterianas con la mayor nitidez posible. Un aura de singular alegría la envolvía. Se preguntaba mientras avanzaba junto a Jery cómo sería vivir allí, entre una de esas casitas de piedra y tejado de madera, levantarse la mañana de un domingo para ir a misa en la Catedral o ir a pedir un libro a la biblioteca y llevárselo hasta una jardinera para disfrutarlo, e imaginó, por un instante, que así era.

...Esa es la casa del buen Tony, un forjador que ya tiene muchos años viviendo en Prontera, tantos, que nadie recuerda cuando llegó. Por lo regular es él quien sabe cuando llegaron los demás...


...Esa es la salida oeste, conduce a un bosque muy tranquilo. Un pequeño riachuelo cruza en algún punto, y muy cerca de ese punto, está la entrada subterránea hacia Prontera Culvert, el sistema de cloacas de Prontera. A veces es necesario ir a eliminar plagas de kukres y otros bichos que amenazan con taparla...


...Ah, y cuando quieras comprar flores especiales para una ocasión especial, cómpraselas a ella. Las suyas son las mas aromáticas y bellas de todas...


Jery daba una información tras otra, completamente metida en su papel de guía. Alma abría mucho los ojos y escuchaba con atención. Llegaron finalmente a la parte suroeste de Prontera.
-Wow! –increpó Alma- mira todos esos puestos. Mhh!, y que rico huele… ¿qué es eso?.
-Oh, es un platillo muy popular. Bomber Steak. Dicen que es muy rico. Yo no puedo comerlo. Lleva chile y soy alérgica a él.
-¡Se ve delicioso!
-No has visto nada –dijo Jery sonriendo notoriamente.

De esa manera, las dos chicas desayunaron en uno de los puestecitos del tianguis de comida que todos los días, sin excepción alguna, abarrotaban la zona sur de Prontera, y que estaba junto al mercado. Desde se posición, las chicas atestiguaron la llegada gradual de los visitantes, gente del pueblo que iba buscando llenar su estómago con el primer alimento del día y los primeros mercaderes con sus grandes carretillas e itacates a establecer sus puestos. Pero nada fue tan excitante para Alma como presenciar el arribo poco a poco de los llamados guerreros del reino del Rune Midgard: arqueros, assasins, cruzados, knights, sages, magos, bailarinas…

Su corazón palpitaba de emoción ante sus imponentes presencias. Sabía muy bien que su madre tenía un bajo concepto de ellos, pero por el libro que le había regalado su padre y los otros tantos que el dia anterior habpia leído en la Biblioteca de Prontera, sabía que esos hombres y mujeres eran mucho más que simples herejes o blasfemos, como pensaba su madre. Eran defensores del Reino, personas comprometidas con la seguridad de estas tierras que combatían día a día con bestias poseídas que sí representaban un verdadero peligro para los pueblos. Hombres y mujeres capaces de entregar la propia vida en defensa de la ciudad. ¡Allí estaban, frente a sus ojos!, inconscientemente, Alma empezaba a profesarles una gran admiración…

-Ahhh!, estoy satisfecha. Nunca me canso de estas ensaladas –dijo Jery despidiéndose de la señora que atendía el puestecito aquel.
-¿Por qué hay tanta gente reunida allí?.
-Ah, están con el estilista. Con sus tintes mágicos y artificios puede cambiarte la imagen sin necesidad de hacer una larga e incómoda visita de salón. Es tal vez el hombre mas conocido de Prontera.
-¡ Espera, Jery!, ¿A dónde vamos?
-A la corporación Chilvalry, ¿recuerdas que Lord Windsor no fue por sus libros ayer?. El bibliotecario dijo que si no iba se los llevara a primera hora, antes de que tenga que abrir la biblioteca. Además, presiento que mi amigo estará allí. El que te dije que podemos pedirle que te lleve de regreso a tu casa. Ojalá ya haya aprobado su examen de Knight.
-Ah, no, e—este… ¿no podemos ir en otra ocasión?.
-No, claro que no. Debo entregar estos libros, y si él está allí, pues de una vez…

Alma se puso nerviosa. Sentía una admiración inconsciente y especial por esos guerreros y mucho respeto. Pero presentarle a uno tan pronto, era más de lo que sus emociones podían recibir en tan pocos días. Renuente y con un nudo en la garganta haciéndosele cada vez mas grande, Alma no tuvo otro remedio que seguir a Jery hasta la Corporación Chivalry…


martes, septiembre 06, 2011

Cantar.

Por la puerta sur y caminando al noreste, a mitad de la noche, cuando todos dormían y la ciudad se abandonaba a sus sueños, cuando el búho cantaba, y la dama de plata dominó todo el reino, cuando los árboles se volvieron traslúcidos y opacos, cuando los gatos corrían silenciosos por las bardas y un silbido ventoso recorría las calles, llegó un hombre...


Un hombre especial. Entonando una bella pero misteriosa canción. Y su canto era acompañado de la melodiosa voz de un melodioso shamisen. Su andar lento, su figura limpia.
Penetró en las calles pronterianas y llegó hasta la glorieta central. Tras él, el aire se iba acomodando a sus pies, a sus pasos, a las notas perfectas y dulces de su instrumento. Los árboles casi volteaban a mirarlo, y hasta los fríos e ingobernables gatos se detenían en las bardas a escuchar. Amo y señor de cuanto quedara a merced de su shamisen, era como si la música por sí sola flotara en el viento a causa de él. “El Poeta”, cómo bien lo llamaban, luego de una larga ausencia en la que nadie había sabido nada de él, había regresado. Avanzó con musical ritmo, y su voz magistral y armoniosa era un espíritu benigno que como niebla se esparcía por Prontera lloviendo un montón de sentimientos de calma y paz. Las personas que no estaban durmiendo bien, pudieron hacerlo, y los que si, tuvieron sueños hermosos...




Al pasar por afuera de la Iglesia de Prontera, una chica que había interrumpido su sueño y estaba sumida en sus pensamientos le oyó pasar. Y sus acordes la encantaron, la conquistaron, casi podía decirse que la enamoraron, y la hicieron mirar la luna por largo rato.

domingo, septiembre 04, 2011

Conocer.

Mientras tanto, en Prontera, Jery se disponía a ordenar los libros que se hallaban sobre la mesa, devolviéndolos a sus estantes correspondientes. Libros que los usuarios dejaban sobre unos carritos metálicos y que servían para establecer un control de las consultas de los mismos. Traía algunas cosas en la mente. Cosas por cierto que enfrentaba un poco más con esperanza que preocupación. El sol avanzaba lento en el cielo pronteriano, en una tarde inusitadamente tranquila para la Gran Capital. Hacía mucho que una tarde así no se veía.

Jery acomodó los libros, los registró y fue a sentarse a la mesa junto al único usuario presente en la biblioteca desde hace ya un par de horas.

-Uff, al fin terminé –dijo en voz alta, buscando romper el hielo- por el momento… Al rato habrá mas cosas que hacer.
-Ah!, si, lo siento, Jery. He estado tan maravillada con estos libros que he olvidado por completo todo lo demás.
-Si, son fascinantes, algunos. Esta biblioteca tiene buenos materiales de lectura y consulta. ¿Me dijiste que eras Alma?
-Si, soy yo.
-Nunca había oído ese nombre, Suena lejano, De algún lugar muy lejano, Casi como de otro mundo.
-Mi padre me lo puso. Dijo que una vez tuvo un sueño. Un sueño en el que una mujer extraña, de ropas extrañas y una ciudad extraña se acercaba a él y le hablaba. Le preguntaba: “¿ha visto a mi hija?, su nombre es Alma…”. Y heme aquí, que decidió llamarme así.
-Debe haber sido un sueño muy vívido y significativo para él.
-Si, así es mi padre. Un hombre muy místico. Seguido dice que los espíritus le hablan.
-Oh…¿y, así que vienes de Hugel?.
-Si. ¿Has ido?
-No. No he ido. Pero he visto fotos muy bonitas en un libro que está por allá.
-Si, es muy bello –respondió Alma con un dejo de melancolía. No quería volver aún, y el tiempo se le terminaba. Se hizo un silencio entre ambas.

Por otro lado, Jery era una chica muy tranquila que casi no salía de Prontera. De vez en cuando, se dirigía a la puerta norte, cruzaba el castillo e incluso la muralla hasta salir al mundo natural. Esa área era una especie de laberinto verde y y amarillo de colinas y pequeños desniveles, pero muy tranquilo. Su fauna se limitaba a pequeños lunatics, porings e insectos que no atacaban a menos que se les molestara. A Jery le gustaba ir a veces a pensar y dar un paseo.

En eso, la campana de la Iglesia pronteriana sonó anunciando las 22 horas*. El sol comenzaba a inclinarse en el horizonte, ocasionando ese singular efecto de luz y sombra. A Alma se le encogió de pronto el corazón.

-Parece que ya es tarde –dijo Jery asomándose a las ventanas. Alma permaneció silenciosa.
-Y… -continuó Jery- ¿cuantas veces van que vienes a Prontera?.
-Es…la primera vez (y quizá la última. Los padres de Alma eran muy amorosos con ella pero casi no le permitían salir de los valles y praderas hugelinas).
-¡Cómo crees!. Eso no puede ser. ¿Nunca nunca habías venido antes?
-No. Y la verdad no quiero irme. He soñado con este día durante siete años, cuando me di cuenta de que Hugel era en realidad una burbuja, una pequeña parte del mundo y un libro me enseñó que había mas por ver. Desde entonces no hago otra cosa que soñar con venir a Prontera. Su biblioteca, su castillo, su gran catedral, la posada Heremes, su inigual mercado…

Alma se sintió un poco culpable al mencionar este último sitio. Recordaba las sentencias de su madre sobre esos vendedores y ese mundo de hombres y mujeres entregados a la guerra. “No quiero que te vayas a dejar atrapar por esas cosas satánicas” – le advirtió.
-Por eso casi no salgo de Prontera. Aquí hay todo lo que uno necesita.

-Si, oye, ¿puedo preguntarte algo?.
-Si.
-¿Esa vestimenta es de acólita? – preguntó Alma.
-Si,, soy una acólita. Se puede decir que estoy haciendo mi servicio. Me convertiré en Priest.
-¿De verdas?, he leído mucho sobre los priests. Dicen que son muy nobles y de mucha ayuda. Adempas de que recorren un agran cantidad de sitios. Pero… dices que tú casi no sales de Prontera.
-Seré una Priest muy hogareña –sonrió Jery- sólo espero que Madre Teresa no me envíe de nuevo en peregrinaje.

Ambas rieron.

Atardecía.

-Oye, ¿porqué no te quedas esta noche en Prontera en la gran Catedral?. Hablaré con Madre Teresa a ver si te deja quedarte conmigo en mi celda** y así podremos seguir conversando.
-Oh no!. Tengo que volver. Mi madre me mataría. De hecho, ya es muy tarde, ya debería haberme marchado.

Aunque decía esto, la cara de Alma era triste y angustiada. No quería irse. ¡No!. Daría lo que fuera por permanecer allí todo el tiempo posible.

-¡Anda!, vamos. Si lo haces, le pediré a un amigo que te acompañe de regreso a Hugel. Es un espadachín que está a punto de convertirse en knight (guerrero montado). Cuando le den su Peco-peco, podrás volver en unos pocos días, y no semanas. Y así mañana podemos dar un paseo por Prontera antes de que tenga que abrir de nuevo. Te llevaré a desayunar y a recorrer la ciudad.

-Eh…yo…

-Nadie se percatará de que te quedaste. Llegarás rápido y tus padres estarán contentos de tenerte de vuelta.

Era una locura. Una locura irresistible. Alma ya sentía la culpa sin siquiera haber aceptado. Luego de un rato de insistencia por parte de Jery y de caer vencida ante el poder de su gran deseo, decidió decir que sí.

Extasiada y nerviosa, Alma permaneció las horas restantes ayudando a Jery en los quehaceres de la biblioteca hasta que la noche se hizo en Prontera e hicieron el cierre de la jornada. Salieron de la Biblioteca con rumbo a la Gran Catederal.


_____________________
*El día en el Rune Midgard es de 40 horas, así que las 22 hrs son apenas las horas en que comienza el crepusculo tarde-noche.

*Antes de convertirse en Priests, muchas acólitas viven en una especie de internado en un apartado de la Catderal de Prontera. Las acólitas duermen allí y por el dia realizan sus deberes y tareas. Sus habitaciones son llamadas celdas.

viernes, septiembre 02, 2011

Preparar

La sala de espera estaba llena. Más de lo normal. El hombre grande y fuerte los miraba de cuando en cuando y se percataba de que muchos de ellos simulaban estar tranquilos, pues aunque sus jóvenes rostros aparentaban calma, los dedos, las manos, a veces los pies y una que otra mirada fugaz hacia donde él estaba sugería que en realidad, fingían paciencia. Otros dos jóvenes entraron por la puerta principal. Era un atardecer tranquilo en Izlude.

-¡Hey! , ya empiézalos a pasar. Dame cinco.

Entonces, el hombre grande y fuerte se volteó hacia la pequeña multitud y puso las manos sobre el recibidor de madera.

-¡Aspirantes!, ha llegado la hora. Su momento está cerca. Váyanse preparando. Empezaremos a llamarlos en grupos de cinco.

Se oyeron algunos murmullos y unas sonrisas perspicaces se dibujaron en rostros varios. Un joven callado, silencioso y de mirada profunda se movió hasta un rincón y se sentó allí, sobre el suelo, a la espera.

-¡Zhalim, Jahad! –gritó el hombre fuerte. Al instante un muchacho dio un paso al frente y se puso frente al voceador- pase de este lado.

Continuó la lista:

-¡Jung, Karl! –pasó uno más.

-¡Ikari, Matsuo!

El orgulloso joven pasó al frente, y por un momento, acaparó todas las miradas. Había algo distinto en él. En su andar, en su porte, en la fineza de sus movimientos. Era como si, en realidad, no se tratara de un aspirante, sino de un Sowrdman ya hecho. Su mirada era seria y determinada. La katana atada a su cinto, dejaba escapar un murmullo metálico, como si estuviera presta a ser desenfundada en cualquier instante con una destreza sumamente educada.

Durante unos segundos, se hizo silencio en la sala hasta que finalmente el joven espadachín estuvo del otro lado junto con los dos aspirantes que ya habían mencionado. El hombre grande y fuerte se percató de la expectación que había causado y quiso romper el silencio.

-¡Tsukino, Ayako!

Nadie salió.

-¡Tsukino Ayako! –repitió con mas fuerza y seriedad.
-¿Otra vez no está presente? –se oyó una voz del interior que apareció junto al hombre grande y fuerte.
-¿Ya había venido?.
-Sí. Ya ha venido. Varias veces. No ha pasado la prueba, no porque no parezca tener la fuerza, sino porque nunca la ha terminado. Siempre sale con algo y desaparece asegurando tener que irse y volver luego. ¡Esa chica es un desastre!.
-¡Qué irresponsabilidad!. ¿Cómo es que no la han quitado de la lista?
-Ya sabes… órdenes de Chivalry, el de ser mas flexibles en la admisión de espadachines mujeres.
- En fin, tendré que ponerla de nuevo en lista de espera. Tomaré otro.

El hombre grande y fuerte mencionó un nombre más y terminó el primer grupo de cinca a la voz de:

-¡Yoto, Ohan!. –era el muchacho solitario que se había sentado en el rincón.

Luego, cerró la lista con violencia y se dirigió a los aspirantes.

-Por acá, vengan. Los llevaré a la siguiente sala.